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Nokia Lumia 925, el jorobado que te da y te quita [A Primera Vista]

Lanzado este martes en Londres, el primer Lumia con estructura de aluminio te obliga a abandonar ciertas características si quieres un diseño más estilizado. Difícil decisión.

Tras Mobile World Congress, Nokia hizo una declaración de principios respecto a sus gamas de productos actuales. Motivada por sus resultados en ventas, se ha dedicado en los últimos meses a posicionar productos de buena calidad en segmentos donde la competencia es bastante descarnada, haciendo con esta medida una necesaria mejora en su estrategia para volver a sus productos más inclusivos y alcanzables, todo para crear masa crítica de usuarios de Windows Phone 8 y — claro — de dispositivos Lumia.

Lo de este martes en Londres es un paso más en esa dirección, poniendo al Lumia 925 en una posición agresiva de ataque a un mercado que quiere ser parte del mundo WP8 a lo grande, pero que no está dispuesta a pagar el precio que su actual gama alta tiene. ¿Y cómo lo quiere lograr? Bueno, durante 2013 lo hemos visto plasmado en pequeños-grandes cambios y evoluciones que han ido modificando notoriamente la identidad de la marca.

Diseño

Con Lumia 925 vemos la llegada de un producto que luce mucho más profesional, y a un punto de precio más bajo que el de 920, aunque esto trae algunos sacrificios.

A Primera Vista, el Lumia 925 luce muy lejano a la convencional familia Lumia en cuanto a diseño, pero se posiciona como un equipo que recuerda en pequeños detalles a otros teléfonos salidos de la mesa de diseño finlandesa caracterizados por la clásica “joroba” que podemos encontrar en N8 y en el 808 PureView entre otros, y que terminó desapareciendo tras la adopción del diseño Fabula como lenguaje de diseño de la compañía.

Pero la joroba no es lo único que recuerda a equipos antiguos.

Como era de esperarse, su pantalla AMOLED de 4.5 pulgadas luce bien cuando es vista en condiciones de luz desfavorables. Mientras que en reposo, el Lumia 925 revive al reloj y el sistema de notificaciones que encontrábamos en equipos Symbian, añadiendo además la opción de “despertar” a nuestro teléfono con dos toques en su pantalla, tal como pasa con el N9 y con el recientemente lanzado Asha 501.

Y para todos aquellos que pedían metal en un Lumia, el 925 responde la plegaria de forma parcial… Sí, tiene aluminio, pero lo encontramos alrededor del dispositivo y no en su panel trasero, donde el policarbonato sigue siendo amo y señor. Esto podría decepcionar a más de alguien, pero debo decir que una vez que tomas en tus manos este aparato hace sentido la elección. El plástico usado es de muy buena calidad, y su terminación opaca le da un toque de refinamiento que extrañamos en las coloridas y brillosas unidades comercializadas anteriormente en gama alta.

El arco metálico que le da estructura a este dispositivo no sólo es un elemento estético, pues tal como en otros equipos, es usado como antena.

Sí, sí… Sé de lo que se están acordando, y en Nokia se apuraron en asegurar que su diseño está bien hecho, y que este equipo no van a presentar problema alguno de cobertura aunque lo tomes “mal”.

Al hacer bordes curvos y no rectos como acostumbrábamos ver en equipos anteriores, el altavoz pasó a la parte inferior del panel posterior del dispositivo. No probamos calidad del sonido, y no voy a inventarles un puñado de palabras para contarles si esa posición es correcta, incorrecta o si afecta en algo su uso sobre escritorios y superficies lisas. Lo veremos en un futuro W Labs.

El recién llegado recuerda mucho al Lumia 720 en cuanto a construcción, aunque la calidad de los materiales — por motivos obvios — favorece al 925. Sus líneas fluyen suavemente dando un carácter más serio y ejecutivo al aparato, y sus terminaciones son todo lo que podríamos esperar de un gama alta.

No así en cuanto a lo que trae — o no trae — por dentro, donde comienza a hacer sentido que el precio de este equipo sea algo más bajo que el de 920.

¿Cuánto quieres dejar de lado por el aluminio?

En cuanto a especificaciones no hay mucho que decir, pues el 920 y el 925 tienen prácticamente las mismas tripas: Mismo procesador, mismo tamaño de pantalla, misma cantidad de RAM, misma batería y un largo etcétera de otros temas en los que son equivalentes. Sus diferencias están en la cámara, donde agrega un lente más al juego presente dentro de la primera evolución de PureView fuera de 808, y el resto son sólo sustracciones pequeñas pero significativas.

Adiós 32 GB de memoria interna y arrivederci carga por inducción, al menos integrada. Al igual que en el Lumia 720, el Lumia 925 no incorpora esta característica bajo su piel, algo que — siendo quisquillosos — podría ser una tendencia preocupante para el futuro de Qi en futuras iteraciones dentro de la familia. Todo viene en forma de accesorios que complementan esta función para aquel que esté dispuesto a pagar la diferencia.

Si añadimos al precio de lista de este teléfono el costo de una carcasa apta para carga inalámbrica — de colores, ojo — y el valor del cargador inalámbrico, probablemente sea mucho mejor negocio comprar un 920… Claro, a menos que el aluminio sea lo tuyo.

Quizás, dejando de lado el metal, el otro gran cambio de esta evolución sea la cámara. El mismo sensor PureView de 8.7 MP ahora integra una pieza óptica más que — según la compañía — hace una gran diferencia en comparación con Lumia 920. Jugué un rato con este equipo en distintas condiciones de luz, y debo decir que la diferencia resultó muy difícil de percibir a simple vista, pero tras hacer zoom al máximo en las imágenes capturadas permite notar detalles más claros y colores más reales.

Tuve que llevar el 925 a una zona oscura para ver que ante situaciones límite de iluminación el sensor marca una buena diferencia en comparación con el modelo vendido actualmente. Sus imágenes son todavía más claras, aunque el ruido en la foto aumenta en comparación con 920. Una por otra.

De acuerdo a las tendencias del mercado, Nokia aprovecha su compra de Scalado para potenciar notoriamente el software que da vida a la cámara añadiendo nuevas funciones: Mejor disparo (que se explica sola), Motion Focus (que añade desenfoque al fondo de las imágenes para otorgar una sensación de movimiento), y Toma Acción (que crea una secuencia de movimiento de una persona y objeto plasmada en una fotografía).

Cambios interesantes, pero que no son definitivos si quieres cambiarte del 920 al 925. No vale la pena, pues el software añadido llegará en forma de actualización dentro de poco tiempo a varios Lumia basados en Windows Phone 8.

El resto es muy similar a cualquier otro Lumia. Su software propietario, las mejoras que sólo son para Nokia y el mismo viejo y conocido Windows Phone 8 que tantas pasiones diversas despierta entre fans de la marca. Su rendimiento es equivalente al de cualquier otro Windows Phone de gama alta.

¿Es el mejor de todos los WP8 que hemos visto? Probablemente. Probablemente no. ¿Se acerca siquiera? Sí, y bastante, sobre todo en términos de diseño.

Tras sumas y restas, sigue siendo muy bueno

Si alguien me hubiese dicho que Nokia iba a lanzar este martes un teléfono de aluminio y policarbonato que resultaría ser más barato que el Lumia 920, probablemente no lo hubiese creído. Y eso sería por varios motivos.

Primero, porque no esperaba que el policarbonato siguiera presente en el dispositivo, sobre todo si tomamos en cuenta la expectativa creada detrás de esta integración del metal en una nueva variante del equipo de la finlandesa. Segundo, porque la noche del lunes me fui a dormir convencido en despertar con la noticia de un Lumia con PureView Pro y 41 MP de cámara. Y tercero, porque si no íbamos a ver una actualización muy revolucionaria en comparación con el 920, al menos se pudo haber esperado la integración del flash de xenón añadido a Lumia 928.

De todos modos, el Lumia 925 no decepciona.

Lo que hizo Nokia con este equipo es darnos un gran cambio físico en el dispositivo y mejoras en su cámara, pero eso no vendrá sin un sacrificio… Dile adiós a la carga por inducción embebida en el aparato, y tendrás que acostumbrarte a la idea de tener menos memoria interna en tu smartphone. Si consideramos que el equipo no acepta microSD, esto podría hacer de este Lumia algo poco interesante para algunos.

Sin embargo, el resultado no deja de ser excelente en cuanto a forma y fondo. Nokia parece ofrecer un trato justo a aquellos que están dispuestos a dejar de lado ciertas cosas para tener una mejor cámara y un equipo más estilizado que el Lumia 920. No todo el mundo necesita todo lo que el gama alta actual trae, y para aquellos que lo crean así la propuesta podría no necesariamente resultar mucho más barata, pero definitivamente es más bonita.

Disponible desde Junio.

¿Y para el equipo con PureView Pro? Bueno, parece que sólo nos queda sentarnos y esperar un buen rato más.

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