Varias son las características de la Xbox Juan Xbox One que están causando algo de picazón entre la gente alrededor del globo. Sin embargo, hay una que viene de larga data y que compete a todas las nuevas consolas que salen al mercado: la retrocompatibilidad.
Como ya se sabe, la nueva Xbox no será compatible con los juegos de Xbox 360. ¿Y por qué? Parece ser que la arquitectura no es una gran dificultad como sí lo es el hecho de quedarse estancado. Tal cual, Don Mattrick explica por qué decidieron dejar de lado la retrocompatibilidad en Xbox One: «La retrocompatibilidad es cosa del pasado».
Mattrick justifica la decisión con base a ciertos números que indican que apenas el 5% de los jugadores de un nuevo sistema utilizan juegos antiguos; por esto, invertir dinero en desarrollar tecnología para este fin simplemente no vale la pena.
A estas alturas ya no es una curiosidad que los juegos no se puedan llevar de una consola a otra, a diferencia de todo el contenido multimedia (músicas, películas, fotos) que se podrán trasladar sin mayores complicaciones de la 360 a la One.
Por otra parte, es probable que la jugada a la larga le salga bien a Microsoft y todo con Xbox One. Pero pareciera que, de cara al público consumidor de consolas de videojuegos, cada declaración de los directivos de la compañía sobre la consola termina siendo más desafortunada que la anterior.
Link: Microsoft and Sony Diverge on Gaming ‘Cloud’ (WSJ)
