Una mujer saudí de 30 años fue condenada a recibir latigazos por enviar un sms a otra mujer que contenía una serie de números telefónicos donde ella podría encontrar “servicios religiosos islámicos chiítas”.
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El problema de esto es que uno de estos números correspondía al de Ayatollah Sistani, máximo clérigo representante de los chiítas en Irak. La mujer saudita pertenece a una sociedad de la rama sunita del Islam, la cual se contrapone totalmente a la chiíta. Es por esto que la mujer fue condenada a esta violenta condena solo por enviar un mensaje con algunos contactos.
Según el International Business Times “a los musulmanes chiitas que viven en Arabia Saudita no se les permite practicar su fe o incluso profesar sus creencias sectarias en privado”.
La mujer condenada será gracias a la exigencia pública realizada por el Fiscal General árabe. La sentencia fue dictada por el juez Davoud Mohammad al-Davoud. Sin embargo, la acusada ha impugnado fuertemente el juicio pidiendo que se anule, pero lo más probable es que esto no ocurra.