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Samsung Galaxy S4 [A Primera Vista]

Pasamos tiempo de calidad con el nuevo teléfono icónico de la surcoreana y esta fue la primera impresión que nos dejó.

Lo de este jueves no fue la presentación que esperábamos, ni por un momento.

Es que la magia del secreto se había diluido gracias a las filtraciones y a los videos que ya habían avanzado casi todos los aspectos más importantes del teléfono que viene a reemplazar al más exitoso de la historia de Samsung.

Con cero grados en Nueva York, una fila eterna y el retraso en la entrada no eran cosas que ayudaran a mantener la expectativa alta respecto de lo que veríamos, y la verdad es que hasta el momento — horas después de salir — todavía no termino de digerir bien lo que la surcoreana nos ha mostrado.

A nivel de hardware, el Galaxy S4 es todo lo que nos podríamos haber esperado: Una hermosa pantalla Full HD AMOLED de 4.99 pulgadas, cámara de 13 MP, un buen procesador, 2 GB de RAM y una serie de sensores nuevos harán las delicias de todos aquellos que todavía esperan una continuidad en esa ridícula guerra de especificaciones en la que los fabricantes parecen haberse enfrascado.

Sin embargo, el diferenciador real de este aparato está en el software, y esa es una buena noticia para el resto.

A primera vista, el Galaxy S4 luce como una mejora interesante en el diseño que Samsung ha llevado a sus dispositivos durante los últimos años, puliendo lineas que hacen del teléfono algo bastante estilizado. El nuevo Galaxy S vuelve a usar policarbonato para su construcción, y aunque está usado de una forma en que le otorga mucha más solidez al conjunto, sigue siendo plástico y de terminaciones casi idénticas a las de su antecesor, incluso en el tramado.

No éramos pocos los que nos mirábamos las caras mientras probábamos los teléfonos y nos dábamos cuenta que en la mano el Galaxy S4 se siente igual al S III. Igual. Misma sensación al tacto, un peso similar, un tamaño casi idéntico y lineas que hacen que la sensación de cambio no sea tan impactante. De todas formas, se agradecen los bordes rectps que ahora integra el teléfono, los que ayudan a entregar más seguridad para el agarre, sabiendo que el aparato no se va a resbalar de tus manos con la misma facilidad con que el anterior lo hacía.

Pero hablemos de software. Nuestro protagonista acá se luce, y lo hace con creces, demostrando una madurez impresionante en el ADN que Samsung impone a sus teléfonos al agregar características que realmente crean una diferencia y, a la vez, una forma inesperada de entregar una experiencia personalizada a cada segmento de usuarios que adquiera el equipo.

Hablo de toda la enorme lista de aplicaciones S-Algo que están añadidas al teléfono. Herramientas que hasta el Galaxy S III no pasaban de ser un accidente — casi un error — en su variante de Android, y que hoy por fin comienza a sumar valor de forma significativa para el cliente.

Y no es que necesitemos un software de traducción en tiempo real, ni efectos nuevos en la cámara, ni mucho menos que el equipo nos diga si el lugar donde estamos tiene la temperatura y la humedad ideales para desarrollar nuestras actividades. Sin embargo, cada una de sus mejoras apunta a un público distinto, intentando entregar herramientas ideales que a cada persona le sumen valor dentro de su propio campo de acción.

Si soy un Power User de la cámara, hay mejoras interesantes como el Drama shot — los resultados son realmente llamativos — o el borrador de personas de tu foto (Hola Nokia), las fotos con sonido e incluso la opción para poder integrar ambos lados de la acción en una misma toma. Todo eso es realmente llamativo, y dará una nueva dimensión a los que dan una importancia máxima a la cámara.

De todas formas, no todo son mejoras. Llama la atención que los resultados en baja luz no sean los mejores. Quizás lo estamos juzgando demasiado anticipadamente, pero las fotos que tomé en esas condiciones distaban mucho de la calidad que podemos lograr con otros competidores.

Smart Scroll funciona. Y sorprende lo bien que lo hace. Reconoce perfectamente la posición del ojo y trabaja con los sensores de movimiento del equipo para definir si debe bajar o subir haciendo scroll para así realizar el proceso sin necesidad de tocar la pantalla. Del mismo modo, hay gestos para contestar llamados, gestos para averiguar el contenido de una carpeta, y hasta sabe cuando dejas de mirarlo — como si fuera una novia celosa — y deja de reproducir los videos que estés viendo para reanudarlos cuando vuelvas a clavarle la mirada encima. Genios.

Dado que el equipo ahora integra de fábrica Android 4.2.2, uno creería que S Voice sucumbiría ante Google Now como asistente personal, pero no. Samsung sigue intentándolo y le da una nueva oportunidad de brillar en el teléfono al integrarlo a distintas secciones del teléfono, como S Voice Drive. Necesitamos probar eso en terreno, pero como intención está interesante y apunta en la dirección correcta para convertirse en un facilitador de acceso móvil en una instancia en que los desarrollos de Google han ignorado.

Mucho, mucho, mucho software nuevo, y también pequeños cambios en la interfaz que le dan un look renovado incluso pareciéndose tanto. La pantalla de stand-by, por ejemplo, integra nuevos efectos de luz que marcan la primera diferencia real que notarás al iniciar el equipo. Luego de eso están los widgets de clima, los menús internos que ahora adoptan el blanco como color base, la nueva distribución de los menús de configuración — eso podría confundirte un poco — y la eliminación de la barra negra de notificaciones para dar paso a una transparente totalmente integrada a la pantalla. Eso es llamativo, y — además — se ve bien. Cumple.

¿Un teléfono que tenga como accesorio una pesa? Bueno, sí. El iPhone ya tiene una pesa como accesorio, y hoy Samsung se suma a esa tendencia de autocuidado con este llamativo aparato, una banda que mide tus signos vitales, un medidor de glucosa en la sangre y un monitor de ritmo cardiaco. Sin embargo, la pesa es el último de los accesorios que mirarás.

Hay múltiples fundas, incluyendo una con tapa y una ventana en la que podrás ver notificaciones y sucesos relevantes para ti sin siquiera tener que destapar el teléfono, así como una tapa trasera distinta que agregará carga inalámbrica al teléfono… Sí, representantes de Samsung nos dijeron que el equipo no traería nativamente esta característica, y que cuando compres el sistema se incluirá una tapa especial para sacarle partido.

Los benchmarks que hicimos a esta versión basada en procesador Qualcomm — GT-I9505 — son realmente llamativos.

Samsung se las ha ingeniado para reinventar su gama alta una vez más, empujando al mismo tiempo los límites de su hardware y su software para lograr un producto que sea tan llamativo como funcional. Lo primero es discutible tomando en cuenta todos los temas de materiales y forma que ya mencionamos arriba. Sin embargo, he de decir que el Galaxy S4 nos muestra la mejor cara de la surcoreana a nivel de software.

Ese es el principal cambio, y estoy conforme con eso en este momento.

Mi principal duda al respecto es la duración de su batería. Los nuevos procesadores usados, LTE y las nuevas características añadidas hacen de este teléfono un potencial glotón energético que se comerá su autonomía sin pensar en el mañana, lo que plantea un desafío mayor para la compañía, que todavía tiene un mes para ajustar todo y permitirnos tener un equipo que funcione — al menos — las mismas horas que nos entrega su antecesor. Ya lo veremos cuando este dispositivo pase por nuestro W Labs.

Más allá de la forma lúdica en que fue presentado, el Galaxy S4 es una declaración de principios para Samsung, pasando de diseñar para humanos a desarrollar para satisfacer a sus clientes. Haciendo eso, lograron un producto que se luce a distintos niveles, destacando por sus características más que por su poder… Bueno, Samsung tampoco hizo mucho aspaviento con sus desarrollos a nivel de hardware, quizás porque al usar chips de Qualcomm para ciertas versiones está posicionándose a la misma altura de su competencia.

Pero se distancia efectivamente en software, en experiencia, en la forma en que el equipo se integra en nuestra vida diaria. Para muchos los nuevos sensores sólo serán una anécdota y no servirán para mucho más que para presumir frente a los amigos. Para otros el software de autocuidado no ayudará en nada. Otros pondrán el foco en la seguridad y el modo dual en que el dispositivo puede trabajar para separar contenido de trabajo y contenido personal en el mismo dispositivo. El enfoque es variable, y eso nos entrega una riqueza de elección nunca antes vista en un equipo de Samsung.

La experiencia, aunque fuertemente intervenida, puede ser moldeada a lo que nosotros queramos hacer de ella para sacar partido de nuestro móvil.

El Galaxy S4 viene en dos colores: Blanco y un tono de negro que dejará contentos a los viudos del azul y a los que lo odiaban, pues bajo la luz todavía es posible encontrar trazas de azul que se disimulan perfectamente cuando el equipo es visto desde los ángulos normales de uso.

Como todo recién llegado, el mundo a su alrededor puede ser algo duro e incomprensivo con él. Esperaremos a que pase por nuestro W Labs para dar una opinión acabada del teléfono, aunque por ahora la primera impresión nos llena de dudas que deben ser resueltas probando el dispositivo en condiciones de vida real. Ya veremos cómo va eso.

El evento al que asistimos este jueves no fue lo que esperábamos, porque en vez de ser el lanzamiento de un gama alta para dejar contentos a su base de clientes, Samsung presentó un dispositivo que ahora comienza la batalla por ganar cuota de mercado en segmentos de usuarios que habían ignorado las anteriores 3 versiones al crear un conjunto llamativo de hardware, software y prestaciones que podría entusiasmar a cualquiera.

¿Contento, conforme quizás? No sé. El nuevo Galaxy S4 tiene características que lo hacen ser único dentro de la fauna Android, pero al mismo tiempo queda al mismo nivel de su competencia en términos de hardware. Si eres de los que busca un teléfono bonito y el software añadido no es un tema relevante, entonces tienes diversas alternativas para elegir como el HTC One y el Xperia Z, dos equipos ejecutados en mejores materiales y con un diseño que le otorga mejor look y — probablemente — mejor resistencia.

Visto desde ese punto de vista, el recién llegado necesita ser apreciado a nivel de software o pierde toda su ventaja frente al resto. Una dualidad arriesgada, hasta peligrosa si se quiere, pero que entrega una oportunidad de crecimiento interesante que tendrá que ser juzgada por consumidores de todo el mundo.

Personalmente, quisiera decir que estoy impresionado, pero no estoy seguro ahora mismo de que eso sea así… Prefiero tomármelo con calma y evaluar el dispositivo de mejor manera más adelante.

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