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La oportunidad de Intel por democratizar la nueva generación de televisión

Hay muchas cosas que están mal con las Smart TVs. La solución no está simplemente en conectarlas a Internet y ponerles aplicaciones. ¿Será que Intel está trabajando en algo mejor?

Para todos los que estamos casi todo el día conectados a Internet, la posibiliad de tener un dispositivo capaz de mostrar nuestra información, redes sociales, fotos, vídeos y en realidad todo lo que podamos acceder o guarda en internet, es siempre de gran ayuda. Es por eso que usamos móviles que tienen acceso a la red y que tienen grandes pantallas, porque queremos acceder a esta información donde queramos con cierta comodidad, sin importar la localización geográfica, incluso si se trata de nuestra propia casa.

Las Smart TV nacieron como una respuesta de algunos fabricantes a la evolución lógica del televisor. Literalmente, lo que se pensaba era que eso sería una evolución lógica. Si teníamos unos televisores planos capaces de poder conectarles unos nuevos reproductores Blu-ray o sistemas para conectarse a tu red local y hacer streaming de vídeo, ¿por qué no darles a las TV directamente conexión a internet? Y ya que se pusieron a trabajar, también les dieron nuevas y confusas interfaces, nuevos controles remotos, ¡Incluso aplicaciones! ¿Quién no quiere aplicaciones? ¡Si las tienes en tu móvil!

El problema de las Smart TV

La era del Smart TV ha empezado mal, muy mal. La industria del televisor está dominada por tres marcas principales, que suelen ser las que marcan las pautas de por donde irán el resto. Sony decidió que el 3D sería la gran revolución del televisor. La realidad aplastante ha sido que nadie ha conseguido crear material para estas pantallas aparte de algunos juegos y películas que evidentemente solo puedes ver un número limitado de veces, por aburrimiento suponemos. Ahora tenemos 4K y de pronto vemos como todos estos fabricantes abandonan el 3D para apostar a por 4K. No por el 4K compatible con 3D, no, simplemente abandonan el 3D porque por fin se han dado cuenta que el consumidor no necesita una pantalla con cuatro gafas y un ángulo de visión muy limitado para ver Avatar en 3D por décima vez.

Llegamos al mundo de las aplicaciones, que ha sido de risa. No he probado una sola “Smart TV” que incluya aplicaciones como por ejemplo de redes sociales sin sentir que es una pérdida de tiempo. Los fabricantes se lo jugaron todo para intentar que sus pantallas fueran, de nuevo, la llamada “primera pantalla”.

La realidad generalizada en la que vivimos nos dice que la “primera pantalla” en realidad es el móvil o la tablet, incluso un portátil en tus rodillas. La segunda pantalla podría ser cualquiera de las anteriores o bien, un televisor. Sí, este viejo invento que tantas horas nos ha dado para nuestro disfrute, de pronto, ha pasado a un segundo plano en apenas un par de años. Y los intentos por devolver al primer plano al televisor han fracasado.

Google intentó tener su papel en este mundo. No olvidemos nunca a Google TV, esta versión de Android optimizada para pantallas grandes y con controles remotos. En papel, Google TV es un sistema perfecto. Tenemos un sistema operativo muy personalizable que nos permite hasta instalar aplicaciones, con una interfaz especialmente diseñada para mostrar directamente el contenido que te interesa, que incluso se conecta a sistemas famosos de vídeo bajo demanda, pero que de alguna forma, nunca funcionó.

¿Por qué Google TV no funcionó? Aunque la respuesta más sencilla sería decir algo como “el mercado no está listo” o “las personas no están interesadas en sistemas como este”, sería reducir el problema a simplemente la punta del iceberg.

Es posible que las Smart TV o Google TV o cualquier intento de este tipo por atacar las TV no estén listas para el mercado actual, pero es que un televisor no es una tablet, tampoco es un smartphone. Aunque en muchas ocasiones un televisor puede costar lo mismo o incluso algo menos de lo que estamos pagando por algunos smartphones o tablets, son dispositivos tan diferentes, que intentar integrar la misma interfaz o funciones ha sido un completo error.

Un móvil o una tablet puedes moverla, te la puedes llevar de vacaciones o a tu trabajo. No estás sujeto a que para funcionar esté conectado a la red eléctrica, por lo que tienes una movilidad imposible de comparar. Un televisor puede ser igual de caro o más barato, pero jamás igualará el nivel de interacción personal que tienen estos dispositivos. Aquí tenemos el primer gran problema de las Smart TV, aunque con funciones similares, un televisor es para quedarse quieto en un lugar durante los próximos cinco a diez años.

Las interfaces de las Smart TV son en esencia muy similares, incluso si miras diferentes marcas y fabricantes. Tienes un panel con acceso a las funciones del televisor, ya sea el listado de canales de televisión, una lista de aplicaciones o la posibilidad de cambiar de fuente de vídeo para conectarte a una videoconsola. Ninguna de ellas ha logrado ser intuitiva o las aplicaciones lo suficientemente buenas para que su uso se prolongue más que para enseñar las funciones que tiene tu nuevo televisor a tus amigos y familiares. ¿De verdad necesitas Facebook en un televisor cuando lo tienes en la palma de tu mano?

Intel quiere cambiarlo todo

Desde hace un año hemos conocido las intenciones de Intel para cambiar el mundo del televisor. Y es una tarea titánica, porque para volver a hacerlo relevante hay que cambiar muchas cosas que están mal, de una forma que funcione.

Ahora sabemos que Intel está en conversaciones con las principales empresas de medios para ofrecer sus canales de TV en EE.UU. y sus licencias en el resto del mundo para el aparato o servicio que está desarrollando. El problema es que no sabemos que está haciendo Intel. En serio, no hay ningún rumor exacto, ninguna filtración, un prototipo o simplemente algo que nos diga con algún nivel de exactitud, qué es lo que está creando Intel.

Lo que se sabe es que se basa en un aparato que se conectará a nuestros actuales televisores, por tanto, se tratará de un servicio que llevará algún proceasdor de Intel y tecnología propietaria de la empresa, pero que por coherencia lo licenciará a otros fabricantes, tal y como hicieron con los ultrabooks.

Y porque no sabemos exactamente de qué se trata lo que Intel está creando, con la esperanza de que no sea un simple ordenador que se conecta a tu televisor y que te ofrezca ver algún canal o contenido con tus redes sociales al lado, lo que vamos a hacer es hacer una lista de deseos.

  1. Porque el televisor ya no es nuestra primera pantalla, no queremos un aparato que intente devolver su viejo reinado.
  2. Queremos un sistema con una interfaz sencilla de usar y que no necesite más de unos pocos clics para acceder a lo que queremos ver.
  3. Debemos poder decidir que ver y cuándo verlo, por lo que el streaming de vídeo o la grabación de vídeo que podemos captar usando nuestra antena debe estar por defecto.
  4. Si existen tratos con grandes medios de televisión, no debería existir la limitación de que si no estás suscrito a un tipo de proveedor concreto, no puedas acceder a su contenido (como pasa en EE.UU. con el acceso web a las series de HBO).
  5. Debe ser pequeño y que pase desapercibido.
  6. Debemos poder conectarlo a cualquier TV.
  7. Quiero poder conectar un USB para ver el vídeo que me ha traído un amigo, o con DLNA para poder ver fotos o vídeos desde mi móvil o tablet.
  8. No necesitamos otro mando a distancia, tenemos otros dispositivos como nuestros móviles que lo pueden reemplazar.

Yo no apostaría por una revolución del televisor en Intel, si que su producto podría democratizar el acceso a contenido bajo streaming de la misma forma que hicieron con los ultrabooks. Es decir, si Apple tenía el MacBook Air y hasta que Intel no se puso a trabajar en prototipos y hardware para este tipo de portátiles ultradelgados, lo mismo pasa con Apple TV en el mundo del televisor y del acceso a contenido en streaming.

Link: Intel Said to Be Nearing Media Deals for Pay-TV Service (Bloomberg)

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