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Mi primera semana con Windows 8: Parte 2

La experiencia de uso en equipos de escritorio y portátiles con Windows 8.

Continuando con nuestro artículo anterior sobre Windows 8, en esta segunda y última parte describiré mi experiencia de uso con el nuevo sistema operativo de Microsoft en un par de equipos de uso personal en los que lo instalé.

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La experiencia de uso en Windows 8

Si hay algo que ha hecho famoso a Windows es lo intuitivo de su interfaz de usuario visual, con la cual puedes acceder a todo con un simple click. La nueva interfaz de usuario de Windows 8, en su esfuerzo por maximizar el espacio para las aplicaciones, ha perdido en parte su acceso con un simple click; ahora hay que recurrir más a menudo al anticlick y a la rueda de desplazamiento del mouse.

Mouse versus touchpad versus pantalla táctil

En teoría Windows 8 recibe con los brazos abiertos a los usuarios que poseen equipos con pantallas táctiles, y muchos de los cambios en su interfaz de usuario están dirigidos a ellos. Pero eso no quiere decir que no sea amigable con los usuarios que poseen equipos con mouse y/o touchpad.

Tradicionalmente, el touchpad es algo más laborioso de usar con relación al mouse, y esta situación no mejora con Windows 8, aunque debo mencionar que se mantiene la misma relación que en versiones anteriores de Windows. Lo que sí debo criticar a Microsoft es el haber incrementado de sobremanera el número de clicks, anticlicks, arrastre y desplazamiento del mouse/touchpad en relación a los requeridos por versiones anteriores del sistema operativo.

La nueva interfaz de usuario versus el escritorio clásico

No lo voy a negar: la nueva interfaz de usuario limpia y simple de Windows 8 se siente como un entorno de trabajo muy calmado y tranquilo, algo que no veía desde tiempos del MS-DOS. Para un usuario acostumbrado al ajetreo y continuas distracciones presentes en el escritorio clásico de Windows, equivale a viajar a un remoto, tranquilo y pequeño pueblo; un lugar agradable para vacacionar, pero nada como tu hogar en la bulliciosa ciudad, donde también se encuentra tu centro de labores y fuente de ingresos.

Me sentí mucho más cómodo usando el escritorio clásico y las aplicaciones diseñadas para él, pues requieren menos pulsos del mouse. El mantenerlo, es a mi punto de vista la mejor decisión que tomó Microsoft, pues abandonar el escritorio clásico hubiera sido un error imperdonable, pues todo requiere una transición suave.

La nueva interfaz de usuario de Windows 8

 

Interfaz del escritorio clásico en Windows 8.

Me hubiese gustado un funcionamiento conjunto más estrecho entre el escritorio clásico y la nueva interfaz de usuario de Windows 8, pero entiendo la decisión de Microsoft de que en un futuro, cuando la nueva interfaz de usuario madure, simplemente el escritorio clásico podría eliminarse, y el mantener ambas interfaces “no tan unidas” es quizá una forma un poquito brusca de invitarnos al cambio.

Internet Explorer al estilo Windows 8

Internet Explorer luce simple y espacioso bajo la nueva interfaz de usuario; pero esta simplicidad trae consigo la pérdida de algo de funcionalidad. Por ejemplo, los botones atrás/adelante no poseen opción alguna para retroceder directamente a la página abierta hace cuatro o más páginas atrás, requiriendo retroceder ordenadamente por cada una de las páginas anteriormente abiertas; un claro desperdicio de tiempo y ancho de banda.

Si bien es un buen detalle mostrar el contenido web a pantalla completa, es molesto recurrir al click derecho incluso para tareas tan simples como cambiar hacia otra pestaña abierta; aunque me gustó la opción de anclar páginas web en el propio explorador.

¿Es la nueva interfaz de usuario de Windows 8 un fiasco?

Simplemente eso no es cierto. Si bien tiene algunos inconvenientes como los mencionados a lo largo de este artículo, creo que Microsoft puede trabajar en pulirlos, sobre todo en los apartados del intercambio entre aplicaciones, el número de ellas que pueden mostrarse simultáneamente en pantalla y permitir que las acomodemos y redimensionemos a nuestro parecer.

La orientación hacia las pantallas táctiles si bien es algo a agradecer, debería ser algo que se deba poder activar/desactivar a voluntad, o ser detectada automáticamente por el sistema operativo, el cual debería ofrecer adornos visuales que faciliten la vida de los usuarios de mouse/touchpad, los que aún son la gran mayoría.

Este tipo de inconvenientes me hacen pensar que al menos inicialmente serán pocos los desarrolladores de aplicaciones que lancen aplicaciones Modern UI, y la mayor parte de ellos continuarán desarrollando aplicaciones para el escritorio tradicional.

Conclusión

Windows 8 se comportó de forma muy estable y su rendimiento se percibe muy similar al de Windows 7, lo cual es un muy buen punto; pues en muchas ocasiones un nuevo sistema operativo significa menor rendimiento en equipos viejos, y he percibido prácticamente el mismo rendimiento que en Windows 7 tanto en una PC AMD FX-8120 como en un portátil AMD E-240.

En las próximas semanas realizaré una comparativa enfrentando a Windows 7 contra Windows 8 en ambos equipos, a fin de comprobar los aspectos que más interesan del nuevo sistema operativo, como su excelente tiempo de encendido/reanudación/apagado y la sensación de un rendimiento mayor; aspectos que como todo buen amante del hardware y software no puedo conformarme con lo que percibo, sino prefiero datos concretos y números puros y duros, los que no se dejan influenciar por ninguna nueva sensación causada por algo tan importante como una nueva versión del sistema operativo.

Para terminar debo decir que acostumbrarse a la nueva interfaz de usuario no es ningún desafío, y que Windows 8 es un gran sistema operativo cuyo comportamiento ha sido ejemplar, al menos en esta primera semana de uso.

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