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Esto necesitas saber al comprar un PC para: Crear audio y video

No cualquier computadora sirve para estos efectos: necesitamos fijarnos en qué es lo importante para cada caso, y porqué.

Crear contenido multimedia nunca ha sido una tarea fácil cuando el equipo no acompaña. Todo equipo puede hacer trabajos como: retocar fotografías en Adobe Photoshop, modificar ilustraciones con InkScape, editar y transcodificar un video en Sony Vegas, crear una canción con múltiples instrumentos, etcétera. Pero las tareas son bastante diferentes entre sí; unas demandan más poder en un componente, mientras otras se enfocan en uno en específico.

Dependiendo de las necesidades de cada uno, o el trabajo que necesites cumplir, es relativamente difícil determinar que es lo que más necesitas a la hora de comprar un equipo para trabajar de forma seria en crear contenido multimedia.

La edición no es tan difícil

Vamos a hacer la separación entre editar y crear. Una tarea demanda más que la otra. En otras palabras, crear un tema en Ableton Live, Pro Tools, Cubase, Logic o FL Studio es muy diferente a editar la canción ya armada en Audacity o Adobe Audition, por ejemplo.

Imagínense el siguiente flujo de trabajo: una fotografía en bruto (RAW) nos llega para ser corregida en varios ámbitos, la cual debe luego integrarse a una animación interactiva en Flash con ilustraciones y audio, que será parte de una campaña de un sitio web y un DVD. Lo primero que se les vendrá a la mente será algo así: Photoshop, Flash, Soundbooth, Dreamweaver y Sony Vegas. En sí son programas grandes que requieren mucho espacio en memoria para funcionar, pero el resultado final generalmente bastante más pequeño.

El consejo sigue el protocolo: tales programas demandarán memoria RAM como si nada, por ende un buen equipo bastante de ella permitirá que todas se comporten bien especialmente cuando coexisten de forma simultánea.

¿No que Adobe Photoshop usa la GPU? Sí, pero el aporte es relativamente mínimo. O sea, una buena tarjeta de video de rango medio mejora la experiencia para manejar el programa y aplicar algunos filtros, pero el CPU sigue siendo responsable de gran parte del “otro” trabajo fuera del programa y la mejor inversión a la hora de aumentar el rendimiento.

Adobe Photoshop CS6 con algunas herramientas aceleradas por GPU.

Volviendo al tema, es muy común la transcodificación. Tomar material capturado de otra fuente para ser transformada en algo listo para digerir por la web y otros dispositivos usa un componente en común: el procesador. Imagínense pasar un DVD a MP4 para ser leído en el móvil, o un alargar una canción en MP3 para ser integrada a un video. No son tareas fáciles, y demandan tiempo.

Por lo mismo, un buen procesador es el Talón de Aquiles en este tipo de tareas. Algunas aplicaciones admiten que también pueden hacer lo mismo más rápido (y mejor) con un GPU, pero como dicta el artículo de ExtremeTech, son todo lo contrario. De hecho es mejor quedarse con Handbrake, que realiza un excelente trabajo sólo con el CPU. Así mismo, más memoria significa que los programas se sentirán más ágiles, y un buen monitor te permitirá apreciar con detalle y comodidad lo que estás haciendo.

Un escalón más adelante está la creación de audio y video. Es literalmente otro tema, otro precio, y otra responsabilidad.

Alta exigencia: Creando audio y video

En lo que respecta a crear audio, nos referimos desde música hasta efectos de sonido. Obviamente este es terreno para productores musicales con buen oído más que el resto de mortales que no encuentran gran diferencia entre audífonos de USD$ 50 y USD$ 100. Pasamos de los temas estéreo a sesiones con varias pistas, diferentes fuentes –audio y MIDI–, múltiples instrumentos, sintetizadores virtuales de software, grandes librerías de samples, etc.

¿Lo esencial por sobre todo lo anterior? Conseguir una baja latencia del sistema en general. Esto quiere decir que requerimos de una máquina capaz de manejar audio en tiempo real sin demoras, y esto no es tarea fácil de conseguir, habiendo múltiples factores que afectan el desempeño.

Dependiendo de la necesidad de la tarea a llevar, diferentes tarjetas de sonido pueden salir de una conversación. Éstas nos permitiran reemplazar la solución que venga integrada en nuestra placa base, permitiéndonos acceder a mejores conversores de análogo a digital, pues cuando editamos audio, necesitamos transformar la señal, por ejemplo, de una guitarra eléctrica, al dominio virtual. Si no tenemos buenos conversores, sonará mal. También la tarjeta de sonido nos permitirá tener bajas latencias, aumentará el número de salidas/entradas de audio para nuestra plataforma y en algunos casos, nos dará pre-amplificadores de señal para conectar micrófonos profesionales, incluso condensadores si es que la tarjeta de sonido viene con Phantom power.

Algunos productos prometen conectarte hasta la tostadora, otras dicen que harán que baile hasta la cerilla de tus oídos, etcétera. Dependiendo del presupuesto, estás entre la clásica M-Audio Audiophile 192 (y otros de la misma marca) y apuestas más caras, pero más versátiles, que incluyen interfaces externas — léase, una caja al lado de tu equipo donde conectarás todo lo que entra y sale — y otras con más entradas y opciones para controlar el sonido. Éstas interfaces externas son nada más que tarjetas de sonido que se conectan vía USB 1.1, USB 2.0 o Firewire, en la mayoría de los casos.

Una Saffire 6 USB y similares pueden ser una buena opción para empezar, pero otros la considerarán apuestas con más entradas.

Soluciones como las que entrega la marca Creative las tenemos que dejar pasar por alto. Si lo que buscamos es crear/editar audio de manera seria, debemos remitirnos a marcas especializadas en aquello, como Presonus, M-Audio y Focusrite, ojalá por USB 2.0 o Firewire, ya que la calidad de nuestra conexión afectará el número de instrumentos análogos que podamos conectar, así como también la latencia del sistema en general.

Caso diferente es cuando sólo queremos consumir audio. En esta parte es que deberías echarle un ojo obligado a la serie ASUS Xonar por sobre las Creative X-Fi. Múltiples análisis en la red apuntan a un claro ganador a la hora de reproducir contenido. Obviamente no tienen una gran interfaz para conectar dispositivos, pues su función es otra.

Deberías también incluir dentro del presupuesto buenos altavoces o audífonos. De nada sirve tener una buena tarjeta de sonido y el audio que sale al aire no se reproduce de igual o mejor forma. Como comprar un Monster Truck pero andar con ruedas de triciclo.

Por otra parte, el video es también algo muy exigente en una computadora. No sólo debe ponerse el oberol cuando se trata de video en bruto (RAW) con centenas de gigabytes por hora. Editar ese tipo de material, unirla con otras fuentes como efectos especiales u otros videos, y transcodificar para que sea legible por el resto del mundo es una gran hazaña que demanda bastante tiempo.

Lo que más requerirá el equipo en este caso sólo es un buen procesador. Actualmente no hay gran beneficio en tener una buena tarjeta de video, al menos que estemos hablando de aquellas con gran cantidad de conexiones. Profesionales estarán escuchando marcas como AJA, BlackMagic Design y Matrox para esas tareas exigentes.

Con eso, ya tenemos más o menos el perfil del equipo que queremos:

  1. Que maneje programas de gran peso simultáneamente.
  2. Bastante almacenamiento disponible.
  3. Mucha exigencia a la hora de procesar y calcular.
  4. Escuchar o ver de la mejor forma el resultado.

Tarjeta de sonido y video

El asunto aquí está para una larga conversación en nuestros foros. ¿Quieres algo para producción amateur o novatos? ¿Estás buscando componentes de edición profesional? ¿Planeas ver tu obra en estereoscopía, o masterizar una producción musical completa? Y por sobre todo ¿Cuánto de presupuesto tienes disponible?

DeckLink HD Extreme 3D promete solucionar el problema para editar video en estereoscopía.

Yo personalmente recomiendo partir siempre desde el piso, con componentes que se adecúen a lo que pides y evitar pagar de más. Los gastos grandes siempre se pueden empujar para más adelante, ya cuando hayas dominado la plataforma de trabajo. Quizás tu próxima actualización no sea una mejor tarjeta de sonido, sino un portátil con una interfaz externa para conectar todo. O un rack-mount con una captura de video para que cumplir con todas tus exigencias.

Lo importante acá es diferenciar dos clases de productos: los apuntados para consumo multimedia y los que sirven para producción. Marcas como ASUS o Creative claramente van hacia el consumo, mientras que la línea E-MU de Creative, Presonus, M-Audio, Focusrite, y varias otras, ofrecen interfaces de audio compactas y de gran calidad, ideales para montar una plataforma de producción musical y grabación de sonido bastante serio, y por un bajo presupuesto.

Periféricos (Monitor, Altavoces)

KRK Rokit 5: Gran transparencia por un bajo precio.

Obviamente todo esto hay que acompañarlo con un buen monitor, o buena salida de audio. Y no estamos hablando de componentes de medio pelo, sino cosas que están sobre la media y que seguramente encontrarás en el mercado especializado en vez de una tienda de electrónica en general o dentro de un departamento de audio y video de una cadena retail.

El monitor servirá para mostrar toda la interfaz de los programas con los cuales planeas trabajar, así que la decisión es optar por uno que sea grande y de alta resolución, dejando como un punto a considerar la buena calibración de colores si lo tuyo es lo visual. No esperes encontrar este tipo de periféricos en la vuelta de la esquina, es sabido el caso de importaciones de tiendas norteamericanas dado que aquí no existe disponibilidad o el precio es prohibitivo.

En el caso de la edición de audio, la elección es más especial. Hay que saber que cuando creamos audio y/o grabamos bandas, lo esencial es obtener la mayor claridad posible de audio, sin distorsiones. Esto se llama “monitorear” el audio, para lo cual no debemos remitirnos a marcas populares que hacen todo lo contrario: ensucian el sonido añadiendo más bajos, etc. Nuevamente nos encontramos con marcas especializadas en entregar “monitores de estudio” apuntados hacia aquello, como M-Audio, Sony (línea MDR), Sennheiser HD o los míticos KRK Systems, siendo éstos últimos la elección predilecta de muchos “músicos de dormitorio” y también varios profesionales.

Ir por audífonos también es buena elección si andamos cortos de dinero. Pero recordar siempre: a la hora de editar audio, y también video, hay que saber que lo mejor son monitores de estudio, no parlantes glamurosos. Dejemos de lado los Bose, Skullcandy y varios otros.

Buen procesador

La decisión es unánime; no hay otra forma de elevar el rendimiento general del equipo en las tareas de edición y creación multimedia que teniendo un poderoso procesador. Es el encargado de pasar de un formato a otro los archivos de sonido y video, además de procesar el resto de tareas internas de los programas.

En teoría, mientras más núcleos y más velocidad tenga, mucho mejor – varios estarán viendo el artículo de overclock por si acaso. A estas alturas de la vida varios programas son capaces de manejar y aprovechar múltiples hilos de procesamiento.

Especialmente en labores de creación de audio a través de sintetizadores virtuales, como los incluidos en FL Studio, Ableton Live y Reason, tener más núcleos será mejor. Casi todas las tareas de esta clase exigen mucho la CPU, y cuando queremos crear audio, un buen chip central nos permitirá tener muchas instancias de sintetizadores virtuales al mismo tiempo, sin cortes ni molestias. Este factor ayuda además a reducir la latencia general del sistema, ya que podemos reducir la cantidad de samples para obtener mejor latencia, llevándose la CPU la carga adicional. Es decir: a mejor CPU, podemos acceder a menores latencias.

Mucho y rápido almacenamiento

¿Dónde planeas guardar todo? Lamentablemente el precio de los discos duros aún es medianamente prohibitivo, pero es la opción más conveniente al medir el precio por tamaño. Dependiendo de lo que planeas hacer y del presupuesto, la configuración puede variar desde un disco simple, hasta un arreglo RAID-0 para aumentar el almacenamiento junto a la velocidad a la que se accede y escriben datos – a cambio de perder algo de “confianza” respecto a la seguridad.

Si hablamos de audio, generalmente los proyectos resultantes no serán de mucho peso, pero hay otro factor a considerar: las librerías de samples. Por ejemplo, la librería de fábrica del sampleador Native Instruments Kontakt se lleva como 60GB, dependiendo la versión. Acá tenemos orquestas completas y sonidos del mundo. Por otro lado, sintetizadores basados en samples (además de osciladores) tienen librerías que pesan otros 60GB. Y vamos sumando. En este caso necesitamos, además de un disco duro masivo, uno que sea veloz, lo suficiente como para no morir esperando a que se cargue una librería pesada antes que sea pasada a la memoria RAM. Y hablando de eso…

Mucha memoria

Como dijimos, si en audio piensas trabajar con librerías de samples pesadas, éstas pasaran a la RAM cuando sean ejecutadas. Y mientras más tengamos, mejor. En el caso de la edición de video, dependiendo el número de programas abiertos que puedas tener (Avid + Photoshop, por ejemplo) veremos cuánta RAM necesitamos. En todos los casos, de cualquier manera, hablamos de software pesado.

Por otro lado, si consideras que no necesitas tanto espacio libre para el uso que le darás al equipo, puedes aumentar el tamaño de la memoria RAM de forma segura, sin embargo cuando se trata de archivos pesados lo más probable es que no quieras sufrir de “falta de espacio disponible” por sólo tener la comodidad de trabajar algo más rápido. Una cosa por otra si el presupuesto es apretado.

¿Cuánto memoria RAM? La norma parece ser 8GB como mínimo. Al tener más memoria, los programas se comportan más ágiles con archivos más pesados, y se disminuye tanto acceso al disco por el archivo de paginación de Windows. No es mala idea que sea un tercer punto para un nuevo equipo en vez de algo en el primer lugar de la lista.

En resumen

Lo importante: Buena interfaz de audio, Periféricos.
A considerar:  Buen procesador, Almacenamiento, Memoria RAM.
Costo: Alto hacia el infinito y más allá, sobre los USD$ 1200.

Aunque editar video o sonido lo puede hacer cualquier persona en cualquier computadora, lejos la mejor experiencia y calidad final se puede lograr con un equipo creado para tales efectos. Lo recomendable es siempre optar por los grandes responsables de llevar a cabo esa tarea, como es la tarjeta de sonido y los periféricos que acompañan, en vez de poner todos los billetes en rendimiento del equipo –  la vida útil de esos altavoces o monitores son mucho más largos que 4 años.

Se los dice alguien que tiene sus antiquísimos Microlab M-300 desde hace una década, y otros altavoces con 20 años encima.

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Autor: Italo Baeza Cabrera, con el aporte de Juan Pablo Oyanedel en el apartado de audio.

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