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A primera vista: PlayStation All-Stars Battle Royale (segunda vuelta)

Caos, golpes, balas y mucho mivimiento en nuestro segundo vistazo del juego.

Olvidemos tan sólo por un momento toda la polémica entorno a la nueva apuesta de Sony y su más que clara semejanza con Super Smash Bros. Omitamos palabras como “copia”, “plagio”, “imitación” y todos los términos que se puedan evocar sobre el juego. Si el ejercicio anterior se cumple satisfactoriamente, entonces no será difícil descubrir que PlayStation All-Stars Battle Royale es un título destacable que alcanza su objetivo de divertir sin importar su procedencia o fuente de inspiración.

Durante esta segunda vuelta tuvimos la oportunidad de analizar el título en su versión para PlayStation Vita más detenidamente, jugar con los 12 personajes disponibles hasta ahora (menos los anunciados recientemente en la Gamescom) y comprobar más a fondo las diferencias sustanciales en comparación con… bueno, ustedes lo saben.

Como primer punto a resaltar están los peleadores y el particular estilo de cada uno, aunque el esquema de control será igual para todos: stick izquierdo arriba, derecha o abajo + cuadrado, triángulo o círculo para ejecutar las diferentes habilidades. Por supuesto que no es lo mismo escoger al pesado, pero poderoso Big Daddy que al ágil y escurridizo Jak and Daxter. Todos los personajes tendrán fortalezas y debilidades, determinadas principalmente por lo mostrado en sus respectivos universos.

Para esclarecer un poco más lo anterior, pongamos como ejemplo el caso puntual de dos peleadores. Kratos se valdrá de sus espadas del caos para atacar a una distancia media haciendo diferentes combinaciones horizontal y verticalmente; sin embargo, pese a que cuenta dentro de su arsenal con el Arco de Apolo, sus ataques a distancia serán poco efectivos para dañar al contrincante.

Drake es exactamente lo mismo que el espartano, sólo que al revés. Sus armas de fuego (escopeta y pistola), adicionado con la posibilidad de lanzar barriles rodando por el piso, lo convierten en un oponente con un amplio rango en la ofensiva, pero sus combos a mano limpia cuando se encuentra cara a cara con el rival son sumamente ineficientes.

A fin de cuentas, la victoria dependerá del dominio que se tenga de cada personaje, aprendiendo sus movimientos y las capacidades de cada uno. Extrañamente, durante la sesión tuve mi mejor participación en batalla utilizando a Fat Princess y Heihachi, dos peleadores que ni en mis más locos sueños de opio imaginé escoger en un juego de trancazos. Todo es cuestión de saber el estilo preferido y buscar dentro del repertorio a alguno que cumpla con los requerimientos.

Otro factor que no podemos dejar de mencionar son los poderes especiales. Los contrincantes tendrán una barra en la parte inferior de la pantalla con un número a la derecha. En total serán tres por cada uno, y dependiendo del número (1,2 o 3) será la fuerza del ataque. ¿Cómo llenar ese medidor? Machacando botones y golpeando a los rivales, aunque sin duda llegar al tercer nivel no será sencillo (en especial por el hecho de aguantar la tentación de liberarlo antes de tiempo).

Pero, si se consigue llegar al máximo poder, el resultado será devastador, dando golpes mortales a diestra y siniestra y dejando poca posibilidad de escapar al rival, algo de vital importancia si tomamos en cuenta que el ganador se determina por puntos conseguidos con cada asesinato y promediado con las muertes sufridas.

Estas habilidades son muy variadas y con mecánicas diferentes. Sólo por mencionar algunas, Sly Cooper activará un “minijuego” con vista en primera persona con la ayuda de su Binocucom para dispararles a los demás personajes dentro de la arena; por su parte, Sweet Tooth utilizará todo el poder hidráulico de su “mecha” para rociar plomo por todos lados y agujerear a los enemigos.

La versión que probamos contaba con cuatro diferentes escenarios interactivos, otro elemento único del juego que evita a los famosos “campers” y sazona con más caos al revoltijo aparecido en pantalla. Desde la oscura locación del Hades directamente extraída de God of War, hasta el colorido mundo de Little Big Planet, todas las arenas de combate estarán esperando con algunas sorpresas bajo la manga, algo en lo que no haremos mucho hincapié en este previo para no arruinar la experiencia.

En cada refriega se pueden encontrar diferentes ítems como lanzacohetes o escudos para echarnos un poco la mano en las batallas, aunque en términos generales, no se sienten determinantes para ganar el combate (a diferencia de lo ocurrido con el hermano incomodo de la competencia). No obstante la adición de estos objetos le agrega más variedad a cada enfrentamiento.

En conclusión, PlayStation All-Stars Battle Royale se perfila para ser una propuesta agradable para pasar el tiempo con los amigos y darle duro al aspecto competitivo, y aunque no revoluciona el género del brawl, el proyecto brilla con luz propia que no le pide nada a nadie para resaltar. Sólo esperemos que la versión final corrija algunos aspectos negativos que pudimos notar, tales como demasiada ventaja en los especiales de Nathan Drake (en especial el número 2) y los excesivamente peligrosos combos de Kratos, algo que le quita balance al juego.

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