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A primera vista: LittleBigPlanet Karting

La fórmula ganadora de las carreras en karts ahora incluye al Sackboy.

¿Por qué LittleBigPlanet Karting y no ModNation Racers 2? Esa fue la pregunta que le hicimos a Mark Stanley, y su respuesta fue bastante clarificadora: el arrastre que tiene Sackboy y LittleBigPlanet como marca es mayor. Dicho y hecho, LittleBigPlanet Karting prácticamente funciona como una unión bastante potenciada de ambas franquicias.

Lo cierto es que en carrera el juego no difiere mucho de lo que ya se vió en ModNation Racers. Ocho karts en competencia, armas, items, golpes, turbos y explosiones a destajo. El control es bastante simple y fácil de dominar, aunque hay algunas acciones que necesitan algo de práctica ya sea para ajustar el timing preciso o para saber en que momento soltar el botón para salir disparado.

De hecho, hay dos cuestiones en LittleBigPlanet Karting que requieren de bastante precisión. Primero, está la forma de defenderse de los ataques enemigos cuando se tiene un objeto a disposición: un pequeño escudo aparece en la parte de atrás del kart, avisando que se viene un ataque directo. Pero eso todavía no es el momento de hacer nada, hasta que ese escudo cambia de color y ahí es cuando apretando el botón correspondiente se realiza la defensa exitosa. Olvídense de dejar apretado el botón para ir con una protección permanente al estilo Mario Kart.

El otro movimiento que requiere precisión es el drifting. Funciona de manera similar al de todos los juegos del estilo, dejando presionado un botón al momento de tomar las curvas y girar hacia el lado contrario. Una llama en el motor del kart indica que el turbo está listo para cargar, pero dependiendo del tiempo que dure el giro se puede ir aumentando el turbo, y si se suelta el botón justo en el momento en que cambia la llama, el impulso es máximo. Utilizar el drifting es relativamente simple en cualquier sector del juego (aunque chocar con una pared significa perderlo), pero para sacarle el máximo de provecho se necesita algo de práctica y precisión.

La beta cuenta con siete circuitos (incluyendo un tutorial) que se pueden jugar ya sea compitiendo contra la CPU, o en línea con el resto de la comunidad. Para los que tenían la duda, afortunadamente los tiempos de carga en LBPK están dentro de lo normal, aunque quien sabe eso puede cambiar para peor en el juego final (esperemos que no). Obviamente que por tratarse de LittleBigPlanet viniendo de los creadores de MNR, los siete circuitos son apenas una anécdota al lado de los muchos creados por los usuarios, gracias al editor de pistas. Y entre los creados por la comunidad, no podían faltar los que rememoran juegos clásicos del estilo como Mario Kart. ¿Mi favorito personal? Sin duda aquella rendición al estilo LBPK de la pista DK Mountain, de Mario Kart Double Dash.

Algo que me quedó dando vueltas después de bastantes carreras en la beta, fue el tema de los ítems. Hay unos bien útiles, como adelantarse en la carrera al estilo Fast Forward, o el clásico ataque que persigue sin parar al que va en primer lugar. Pero los demás se sienten como de relleno, como que no aportan realmente a la competición más allá de estar presentes casi “porque sí”. Ahora, tampoco se trata de pedir que el juego se convierta en un caos de proporciones como en otros juegos al jugar contra la CPU donde más que correr se trate de esquivar lo que lanza el rival, pero da la sensación de que ese apartado definitivamente podría trabajarse de mejor manera en pos de la versión final del juego.

Más allá de ese detalle, y de que a un juego como este le vendrían como anillo al dedo los 60 cuadros por segundo, LittleBigPlanet Karting tiene todos los papeles para convertirse en uno de los favoritos de la PlayStation Network. Primero, porque como diría Mark Stanley, la marca LittleBigPlanet es definitivamente más llamativa en general; segundo, porque esta es la oportunidad de mejorar algunos apartados de ModNation Racers que a juicio de mucha gente se quedaron sin pulir. Por encima de todo eso, echar carreras en karts, dispararle a los rivales, perder esa carrera en el último minuto o remontar cuando parece que todo juega en contra, nunca va a pasar de moda.

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