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NB Oldies: Teenage Mutant Ninja Turtles

Las tortugas que pusieron de moda la palabra Kawabonga y sus inicios en la industria de los videojuegos.

Antes de entregarme por completo a la animación japonesa y a los Kame hame ha, una de las caricaturas que sin lugar a dudas marcaron mi infancia fue Las Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes (o Tortugas Ninja, para los amigos). Esos sujetos verdes, “acaparazonados” y amantes de la pizza que lograron permanecer al aire cerca de 10 años y sumar tres películas (de las cuales sólo la primera vale la pena) juntando una cantidad envidiable de fanáticos en la década de los 90.

Por supuesto que una marca tan exitosa no podía pasar desapercibida ante los ojos de la industria del entretenimiento virtual, por lo que los videojuegos basados en la emblemática serie no tardaron en aparecer.

El primer videojuego de las Tortugas Ninja vio la luz en la consola 8-bits de Nintendo durante 1989. Un título bautizado simplemente como Teenage Mutant Ninja Turtles que produjo un sabor agridulce en los aficionados debido a su elevada dificultad (rayando en lo ridículo) y diseño genérico de enemigos. El juego estaba dividido en dos partes: exploración –similar a lo visto en The Legend of Zelda- y el clásico beat’em up, siendo esto último lo más sobresaliente.

Más tarde, ese mismo año apareció en los salones de arcadia otro juego que compartió nombre con la primera entrega, sólo que esta vez las tortugas dejaron de lado la exploración para dedicarse tiempo completo a lo que mejor saben hacer: patear los traseros del Foot Clan.

Las gráficas eran coloridas y se ajustaron perfectamente al espíritu de su contraparte animada, agregando también una increíble actuación de voz (para su tiempo) y teniendo como gran plus la primera estrofa del pegajoso e inmortal tema musical de la serie en la pantalla de presentación –sí, ahí donde se lee la leyenda “Insert coins”.

La entrega desarrollada por Konami contaba con modo cooperativo de hasta cuatro jugadores, poniendo en pantalla a Leonardo, Donatello, Raphael y Miguel Ángel, todos con sus características armas de oriente (Katana, Bo, Sai y nunchakus respectivamente) avanzando entre olas de enemigos integrados por los soldados del Foot Clan, molestos robots y los acostumbrados jefes finales de cada escenario representados por los antagonistas más conocidos de la caricatura.

A lo largo de ocho diferentes escenarios compuestos por calles, cloacas y edificios en llamas, las tortugas deben de librar diferentes enfrentamientos en orden de rescatar a la periodista –y más cercana amiga – Abril O’Neill y posteriormente a su roedor mentor, Splinter; todo para desembocar en la inevitable batalla final en contra de Krang y Destructor, los más malos del cuento.

Aunque no existe gran diferencia entre una y otra, cada tortuga está definida por el alcance de su arma: Donatello, por ejemplo, logra asestar buenos golpes con su Bo a larga distancia; mientras que Raphael y Miguel Ángel son más rápidos y efectivos en combate cuerpo a cuerpo; finalmente, Leonardo –como debe ser– es el personaje más equilibrado en velocidad y ataque, tomando lo mejor de cada estilo.

Jugar Teenage Mutant Ninja Turtles en maquinita era una experiencia inigualable, aunque las repercusiones a la bolsa del pantalón se hacían notar desde muy temprano. La dificultad del juego era suficiente para derrochar algunas decenas de fichas en la tragamonedas, sobre todo si el empeño era suficiente como para lograr ver la pantalla del final e introducir una marca con las iniciales (no alcanzaba el espacio para escribir una grosería).

Tras un corto historial de bolsillos desangrados y niños desnutridos, una ligera esperanza se asomó en el NES: se trataba ni más ni menos que de Teenage Mutant Ninja Turtles II: The Arcade Game, juego adaptado de la versión para maquinitas puesto a disposición de todos los hogares (que pudieran pagarlo, claro está) cansados de gastar ficha tras ficha sin conseguir avance alguno.

The Arcade Game rápidamente se convirtió en uno de los favoritos entre los jugadores y fanáticos de las Tortugas Ninja, aunque el traspaso de una plataforma a otra le cobró factura en algunos aspectos. Esta versión sólo soportaba dos jugadores en lugar de cuatro; las gráficas perdieron mucho de su colorido por las limitadas capacidades de la consola; y la dificultad quedó disminuida debido a la cantidad de enemigos que podían presentarse en pantalla.

En aras de compensar estos cambios, la compañía Ultra (subsidiaria de Konami que llevó el juego a América) agregó dos nuevas etapas dentro de la adaptación de Nintendo: un escenario de nieve y otro basado en la arquitectura del Japón feudal, cada uno con jefes nuevos y retos diferentes.

A pesar de que los cambios fueron substanciales, el juego no perdió la capacidad de divertir y fascinar a todos aquellos que durante el recreo se asignaban papeles diferentes para jugar a ser sus héroes favoritos. La moda de las Tortugas Ninja perduró un buen rato antes de que Goku tomara las riendas de la idolatría en las escuelas.

Si bien el primer juego de las Ninja Tortugas Adolescentes Mutantes no fue del todo malo, Teenage Mutant Ninja Turtles (tanto en arcadia, como en su posterior adaptación a Nintendo) fue el título que realmente logró anotarse un lugar dentro del saturado campo de los beat’em up, dejando secuelas y prosperidad a la serie por una generación más.

Curiosidades

  1. En la versión de NES pueden verse anuncios de Pizza Hut en algunos carteles distribuidos por los escenarios. Uno de los primeros ejemplos del llamado In-game advertising (o publicidad dentro del juego) del que se tiene registro.
  2. El jefe de la escena dos en la versión de arcadia es el dúo Rocoso-Bebop, mientras que en la versión de NES fueron sustituidos por Baxter Stockman.
  3. Tanto en la caricatura como en los videojuegos, el nombre sufrió un ligero cambio en la versión europea, sustituyendo la palabra “Ninja” por “Heroes”, ya que se consideró que el término podría resultar violento para los infantes.

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