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A primera vista: Forza Horizon

La franquicia Forza toma nuevos aires gracias a Playground Games.

Forza Horizon era por lejos uno de los juegos más solicitados por el público dentro del stand de Microsoft en el centro de convenciones. Y es que la curiosidad con el juego es mucha, principalmente dado el hecho de que la franquicia Forza ha estado históricamente ligada a la simulación de la conducción. Por eso, Forza Horizon había que probarlo.

Y mientras estábamos en la fila, pudimos conversar con algunos de los personeros de Turn 10, que para esta versión están trabajando como asesores de Playground Games. Lo primero que nos quisieron dejar en claro es que Horizon es “el juego de ellos”, y tanto Turn 10 como Microsoft le han dado suficiente libertad a Playground para que implementen lo que ellos estimen necesario, aún cuando la idea principal fue compartida entre Microsoft y Turn 10.

En temas más técnicos, Forza Horizon está construído utilizando el mismo motor de Turn 10 para los otros Forz, pero con algunos ajustes para potenciar el estilo de juego más desenfadado y arcade. Lo primero que uno nota es que los 60 cuadros por segundo quedan de lado, aún cuando visualmente todo se me muy fluído y estable. Eso sí, respecto a la reducción en esa tasa de cuadros por segundo (ahora bloqueada a 30), la gente de Turn 10 deja en claro que es solamente una cuestión visual, porque el motor sigue procesando las físicas y las colisiones a un ritmo de 40 a 50 cuadros por segundo, por lo que la fidelidad de la marca Forza en lo que se refiere a conducción y físicas, seguirá tan presente como siempre.

Ya con el control en la mano, quedan claras las diferencias entre Forza Motorsport 4 y este nuevo Horizon. Definitivamente esto es un arcade, pero no tan libre como otros juegos y de hecho lo primero que se me vino a la mente fue Project Gotham Racing en versión campo abierto. El juego incluye un sistema de puntaje muy en la vena de lo que fue el último PGR4, donde se obtienen puntos por todo: desde tomar atajos, romper cercas fuera de la pista, y hasta sacarle los espejos a los rivales con pequeños toques.

En las pruebas tuvimos acceso a solo un vehículo, pero fue suficiente para notar como cambia el control dependiendo del terreno por donde nos movamos. El juego no es totalmente abierto en el sentido de que hay un cierto recorrido que cumplir para llegar a la meta, pero las bifurcaciones y los recortes están a la orden del día y solo es cuestión de estar atentos a lo que ofrece el trazado para sacarle el máximo provecho y recortar segundos a los rivales. Es importante no chocar, sí, pero hacerlo no penaliza tanto en cuanto a daños en el auto o tiempo perdido, lo que no significa que las carreras vayan a ser “coser y cantar” ni nada parecido.

Y por otra parte, el juego incluye algunos detalles visuales que son muy llamativos. Sin que la gente de Turn 10 lo quisiera confirmar, el sistema de iluminación ha sido rediseñado en pos de la espectacularidad visual antes que el realismo. En Forza Horizon se deja de lado algo de la seriedad de Forza Motorsport, y se le saca partido a los parajes de Colorado gracias a la luz colándose entre los árboles y dándole un tono anaranjado a la pista.

Pero lo más importante de todo, es que Forza Horizon sí se siente como un juego diferente a la línea principal de Forza. Tiene su propia personalidad, su propio estilo, aún cuando el manejo y la conducción de los autos sea menos exigente que en un simulador. El espíritu de la franquicia parece estar todavía presente, con un envoltorio muy consistente y bien cuidado (aún en una versión prematura esto es posible de notar), por lo que los fanáticos de la conducción marca Forza y los que echaron de menos un nuevo Project Gotham Racing tienen la obligación de seguirle la pista desde aquí a su lanzamiento a finales de año.

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