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NB Opinión: La necesidad de velocidad

A propósito de Diablo III, muchos intentaron terminar este título lo antes posible. Quizás es una mera muestra de cómo todos jugamos hoy en día.

Al igual que ustedes, me llevé una impresión al saber que alguien había terminado Diablo III con 12 horas de juego el mismo día que fue lanzado (según las propias palabras del jugador, de ocioso no más). Un grupo de chilenos bajó el tiempo a 8 horas y media y, seguramente, el record ya debe ser inferior a las 6 horas… y esto generó admiración por la ñoña dedicación de algunos jugadores pero también gatilló críticas dentro de la misma comunidad gametril.

El lanzamiento de Diablo III fue precedido por una larga espera… una de esas que parecían nunca iban a terminar. Luego de aguardar por años, los jugadores finalmente pudieron disfrutar de esta ansiada nueva entrega, varios de ellos intentando terminarla en el menor tiempo posible. Esperar más de una década para terminar el juego en menos de 12 horas en lo estrictamente personal me parece un contrasentido, pero también es reflejo del tiempo en que vivimos y de los jugadores que hoy, en general, todos somos. Y ese es el tema de esta columna.

En los viejos tiempos, jugábamos un título una y mil veces, conociendo cada uno de sus recovecos, descubriendo cada uno de sus secretos, sacándole el máximo provecho posible.  Hoy al parecer la premisa para algunos es terminar un título, jugarlo como una línea recta y poder decirle al mundo “pero lo terminé antes y más rápido que tú”; el exceso de información, el ímpetu de jugar y la ausencia del esquivo tiempo libre puede explicar esta conducta, pero no la justifica.

Hace unos 15 años la cosa era distinta, las ganas de jugar y la visión general del cómo jugar también. Eran días más simples, quizás nos sobraban momentos de ocio y veíamos los juegos como una experiencia a conocer… no a terminar. Más de alguna vez hemos mencionado que, sin ser peyorativo, nos hemos vuelto jugadores unos flojos que dependen de guías, tutoriales, foros y videos de YouTube porque la posibilidad está, transformándose silenciosamente en una mala y usual costumbre (quien no lo haya hecho jamás, le levante el primer comment… o algo así).

Hoy tenemos poco tiempo, una invasión de excesiva información de fácil acceso y contamos con una supuesta necesidad de jugar algo para terminarlo. Es difícil encontrar tiempo para jugar como corresponde, no cabe duda de ello, pero terminar un juego debería -en teoría- ser consecuencia de haberlo disfrutado a destajo y que ese conocimiento de la experiencia desemboque en ver su final, así que quizás estamos confundiendo la consecuencia con la finalidad, confundiendo ‘hay que jugarlo’ con ‘hay que terminarlo’. Ya nadie ‘completa’ juegos (a lo sumo los cazadores de logros y trofeos) y si esto nos sucede a quienes llevamos años en los videojuegos, sólo piensen en cómo son y serán los jugadores más jóvenes.

Los speedrun (terminar el juego en el menor tiempo posible) aparecieron gracias a jugadores que se autoimpusieron dichas metas en juegos clásicos, aprovechando errores de programación (como con Super Mario 64) o buscando un desafío que genere un record en algún otro oldie. Son títulos más bien antiguos que los jugadores conocen tan bien que pensaron en intentar semejante misión, sea por el desafío o para probar sus habilidades y lo conseguido es sin lugar a dudas impresionante.

Lo anterior es extremadamente distinto a terminar un juego su primer semana en el mercado (a veces, primer día), casi en linea recta desde A hasta B bajo la excusa que ‘tengo poco tiempo’, haciendo que la larga espera por ese gran juego pierda algo su valor. Muchos de nosotros hemos esperado por ese gran juego durante quien sabe cuanto, lo jugamos, lo terminamos y en menos de una semana sentimos que su vida útil ya terminó. Entonces:  ¿Qué sentido tiene eso? ¿Cuánto valió la espera?.

El concepto de ‘disfrutar’ un juego parece estar en retroceso, sobre todo por la abundancia del ya clásico ‘sí, ya lo terminé’. Lo peor es que nosotros mismos perdemos, los jugadores, ya que proporcionamente le sacamos menos provecho a nuestros propios billetes, pagando lo mismo por jugar y disfrutar menos.

Si alguien desea jugar y terminar un título lo más rápido posible está en su absoluto y completo derecho, no tiene nada de malo; pagó por un juego y puede hacer lo que se le antoje… pero también indirectamente refleja como jugamos hoy. Lo bueno es que esto depende de nosotros, de optimizar nuestra experiencia de juego y de sacar provecho al dinero que invertimos a cambio de una grata experiencia. Si no lo hacemos, con la excusa de ‘la falta de tiempo’ los juegos perfectamente podrían comenzarán a ser cada vez más breves, más simples y aún más lineales.

Quizás debemos volver al inicio, a lo que realmente nos convocó al mundo jugón: disfrutar, relajarse un rato y olvidarse de la hora o la fecha. Sé que es difícil, pero se puede… finalmente la necesidad de terminar un juego rápido la definimos nosotros mismos, nadie más.

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