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NB Labs: Diablo III

Después de una semana y muchas horas de juego por fin tenemos el veredicto de este gran título. Sangre, oro y errores de conexión a continuación.

Plataformas: PC y MacDesarrollador: Blizzard EntertainmentDistribuidor: Blizzard Entertainment

Después de una semana llena de oro, muertes y decenas de errores de conexión por fin podemos sentarnos a platicar de la experiencia con Diablo III. Hemos terminado el juego con una clase, visitado la mayoría de los lugares y cumplido muchos side quests para desbloquear logros en nuestra cuenta de Battle.net.

Al final del día tenemos un veredicto: Diablo III es un juego divertido y adictivo con el que pierdes la noción del tiempo. Blizzard ha hecho ajustes para que el juego sea accesible para todos, incluso para aquellos que no están familiarizados con la franquicia. Si bien la mecánica de juego no es compleja (clic, mata, recoge el botín), Diablo III la ha sabido equilibrar muy bien con el resto de componentes del juego.

En Diablo III creas a un personaje a partir de cinco clases, cada una con ciertas características que se adaptarán a tu estilo de juego. Al igual que en otros RPGs subes de nivel y vas desbloqueando nuevas habilidades. En tu camino contrarás nuevas armas o aditamentos para lidiar con las hordas demoniacas, oro o basura que podrás vender con tu mercader más cercano.

Aquellos que son fieles a la franquicia notarán grandes diferencias. Los atributos desaparecieron, ahora tu personaje evoluciona «en automático» y los valores son asignados sin tu intervención. El árbol de habilidades fue sustituido por un catálogo con múltiples opciones ofensivas y defensivas que se desbloquean después de ciertos niveles. Cada una podrá mejorarse con Runas, piedras que otorgan un extra interesante y que también se activan medida que avanzamos.

Otra cosa que cambió fue la ilusión de encontrar un jugoso botín después de horas de juego. Comparado con su antecesor, las recompensas por matar monstruos en Diablo III no son tan atractivas , al menos en la primera ronda de juego. Esto podría justificarse con la inclusión de la Casa de Subastas, un lugar para comprar y vender lo que encuentres (o construyas) a otros jugadores.

La Casa de Subastas permite compras con oro del juego y pronto con dinero real para aquellos que no les gusta invertir horas. En nuestra aventura con un Bárbaro visitamos varias veces este mercado de ítems para conseguirnos mejores armas y vestimenta. Tal vez con esto se rompe la magia de matar y matar para buscar el mejor objeto, sin embargo no perdemos la ilusión de encontrar algo decente en nuestra segunda o tercera vuelta por los niveles de dificultad más altos.

Diablo III nos robó unas veinte horas en modo solitario y dificultad normal (invertimos otras cinco en multijugador). Habrá algunos que les tome más o menos, pero la recomendación es jugarlo con calma y conocer la historia. Para hacer menos tediosa la aventura, el juego permite llevar a uno de tres aliados (Templar, Enchantress y Scoundrel). La intención es buena y es interesante conocer su historia, sin embargo carecen del poder suficiente como para ayudarte en los momentos difíciles.

Siempre optamos por recorrer la totalidad del mapa en cada capítulo de los cuatro actos. Debido a que el objetivo es subir de nivel matando cientos de monstruos, nunca sentirás que estuvo de más ese recorrido que hiciste. El único problema que encontramos fueron los errores de conexión que nos sacaban de la partida. Diablo III se maneja por checkpoints y una desconexión implica tener que hacer el recorrido de nuevo. Si tu conexión es inestable, aquí empezará la frustración.

La historia se divide en cuatro actos, cada uno ambientado en determinada locación. Las críticas que se hicieron en un comienzo por la paleta de colores quedan completamente anuladas después de pasear por bellos y escalofriantes terrenos. Hay desiertos, cementerios, un oasis nocturno y varias peleas en territorios infernales. El aspecto visual sorprende y no porque goce de texturas o modelos ultra-detallados, sino porque a veces sentirás que te mueves por arte conceptual.

Este apartado genera sentimientos encontrados, de hecho los puristas de los polígonos podrían sentirse ofendidos de no explotar a fondo su flamante Radeon 7870. Los visuales de Diablo III están bien integrados, aunque no estaría de más contar con un paquete opcional con texturas en alta resolución, similar a lo que hizo Bethesda con Skyrim.

A nivel hardware no sufrimos ralentizaciones, lo probamos en un equipo de hace dos años (Core 2 Quad, 6GB RAM, GeForce GTX 460) con detalle alto. En equipos de la manzanita lo vimos correr muy bien en una iMac de 27 pulgadas (Core i5, 4GB RAM, Radeon HD 6770M), aunque al intentarlo jugar en una MacBook Pro de hace dos años (Core 2 Duo, 4GB RAM, GeForce 320M) nos dio como resultado una serie de diapositivas.

Diablo III puede jugarse en inglés, español para Latinoamérica, castellano y otros idiomas. Afortunadamente no hay restricción de lenguaje como en StarCraft II, solo basta ajustar la opción en el menú de preferencias y descargar el parche con el lenguaje correspondiente. Una vez descargado podremos alternar entre idiomas las veces que se nos pegue la gana.

¿Qué tan bueno es el doblaje a español de Latinoamérica? Blizzard hizo un excelente trabajo con StarCraft II y ahora repite la dosis con Diablo III. La mayoría de los personajes principales ejecutan bien su papel, nos llamó la atención que la entonación y el acento cambian dependiendo la clase. Hay algunas excepciones, como los tres acompañantes que constantemente repiten diálogos tan bobos y absurdos que ni ellos se la creen.

La traducción es al 100%. Todo el juego se encuentra en nuestro idioma y eso incluye menús, nombres de ciudades, habilidades e incluso las clases. Nuestra recomendación es que le des una oportunidad a este idioma, ya sea en un capítulo o una vuelta completa a los cuatro actos. Total para regresar al idioma original bastará con cambiar una opción y reiniciar el juego.

Una de las cosas que caracterizaron a Diablo II fue su replay value. El juego estaba construido para jugarse una y otra vez con tal de encontrar los mejores tesoros en dificultades altas y con distintas configuraciones. En el caso de Diablo III ocurre lo mismo, ya que cada vuelta desbloquea un nivel de dificultad (cuatro en total) y a esto hay que sumar las cinco clases disponibles.

La primer vuelta es recomendable jugarla en solitario para familiarizarse con la historia, de lo contrario alguno de tus amigos podría darle “saltar” al diálogo o al cinema y te perderías de un dato importante. Más adelante podrás hacer equipo hasta con tres personas para vencer el juego en las dificultades más altas.

Quisiera decir que las armas o vestimentas de más nivel me invitan a darle dos o tres vueltas, pero no estamos en el 2001 y la Casa de Subastas soluciona esa cuestión. La razón por la que Diablo III invita a jugarlo una y otra vez es para experimentar las distintas clases y configuraciones de habilidades. Contar con dungeons al azar es lo mejor que le pudo haber pasado a esta franquicia.

Diablo III no es un juego perfecto, tiene un defecto se llama conexión permanente a internet. El juego requiere que estés conectado incluso para jugar una partida en solitario. Si no tienes acceso a internet o tu servicio es intermitente, ahórrate el gasto y mejor invierte en otra cosa.

Esta opción ha sido la causa que cientos de miles protestaran e incluso otorgaran calificaciones ridículamente bajas en Metacritic o Amazon. No importa cuantas veces quieran justificar lo mucho que beneficia esta opción; el juego no es un MMOG y hay gente a la que simple y sencillamente no le interesa el multijugador.

La infraestructura online de Blizzard quedó en evidencia durante la semana del lanzamiento. Las ansias de jugarlo primer día se convirtieron en frustración; el problema de latencia, las constantes caídas y mantenimiento a servidores opacaron el lanzamiento de uno de los juegos más esperados.

Menos mal que después de la tormenta Blizzard no decepciona. Diablo III es un juego que deben probar todos los fanáticos de los RPG de acción. Desde el fin de semana lo hemos jugado sin problema, de hecho aquellos que piensen comprar la edición física el próximo 7 de junio tendrán una experiencia mucho más fluida y estable.

Lo imperdible

  1. Jugabilidad equilibrada
  2. Diseño de escenarios y enemigos
  3. Manejo de las runas y habilidades
  4. Alto Replay Value
  5. Doblaje al español

Lo impresentable

  1. Conexión permanente a internet
  2. La Casa de Subastas puede romper la ilusión de jugar por un mejor botín
  3. Nula personalización en la parte de atributos

¿Qué significa esto?

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