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Apple TV Take 2 [FW Labs]

Analizamos en extenso el Apple TV de segunda generación, los servicios disponibles en nuestra región y si vale la pena o no hacerse de uno.

Hace sólo un mes cantábamos victoria por la llegada de la iTunes Store a Latinoamérica. “Ahora sí la experiencia está completa”, dijimos, al comprobar la forma en que esta tienda digital, nuestro computador con iTunes y nuestro dispositivo iOS funcionan en conjunto.

Sin embargo, iTunes Store no fue lo único de lo que Apple nos privó en la región durante algunos años. Definido hasta el último momento por el propio Steve Jobs como un “hobby”, hace sólo un par de semanas llegó el Apple TV de segunda generación a varios países de la región, un producto al que, como indican las palabras del fundador, Apple nunca pareció dedicar demasiado esfuerzo.

Si bien el Apple TV está lejos de ser uno de los dispositivos más rentables o siquiera emblemáticos de la compañía de Cupertino, no deja de ser una interesante adición para quien quiera contar con una experiencia multimedia integral en casa, sobre todo tratándose de aquellos que cuenten con más de un dispositivo con el sello de la manzana. De esta forma, ahora sí puede decirse que la experiencia de uso y la incorporación de la iTunes Store pareciera estar completa, y que Apple comienza a tomar en serio nuestra región.

Para revisar este pequeño receptor de vídeo por streaming, vuestro servidor se sacrificó durante algunas semanas consiguiéndose una TV, conectando el equipo de Apple en cuestión y modificando sus hábitos diarios. Lo que leerán a continuación es una reseña completa del Apple TV de segunda generación, una indicación de lo que puede ofrecer y algunas conclusiones sobre la experiencia en general.

Diseño y especificaciones

Como es costumbre tratándose de Apple, ya en el empaque del dispositivo sale a relucir un diseño de lo más minimalista, sencillo y limpio posible.

Abierta la diminuta caja nos encontraremos con el control remoto de aluminio (o Apple Remote), el Apple TV propiamente tal, el correspondiente adaptador de corriente y la escasa papelería que Apple suele agregar en sus productos (incluyendo por supuesto las calcomanías). El cable HDMI, tal como advierte el fabricante en su web, no se incluye.

Ya en nuestras manos, el Apple TV de segunda generación llama la atención a primera vista por sus reducidas dimensiones, sobre todo en comparación con su predecesor. Básicamente se trata de una simple cajita negra en que apenas destacan el nombre del dispositivo –sobriamente impreso sobre la parte superior– y un casi imperceptible LED blanco en el frente. En tanto, todas las conexiones (adaptador de corriente, HDMI, sonido óptico y Ethernet) se encuentran en la parte posterior.

Con apenas 2,3 cm de alto, 9,8 cm de ancho, 9,8 cm de fondo y un peso de 270 gramos, su diseño es sencillo a más no poder, de manera que visualmente no agregará demasiado “ruido” a nuestro ya ostentoso sistema de entretenimiento y hasta se verá bien al lado del televisor.

Yendo a las entrañas del Apple TV, éste cuenta con un procesador Apple A4 (capaz como de reproducir vídeo en 720p, pero insuficiente para soportar archivos en Full HD) y conectividad Wi-Fi 802.11a/b/g/n. Por otra parte, y a diferencia de su predecesor, este dispositivo ya no cuenta con disco duro ni unidad de almacenamiento interno alguna, limitándose a reproducir todo el contenido a través de Internet, ya sea conectándose de forma inalámbrica a una red casera o por medio del puerto Ethernet.

Instalación y configuración inicial

Ya desempacado y con los plásticos fuera, es poco y nada lo que hay que hacer. Basta conectar el Apple TV a la corriente y al televisor por medio de un cable HDMI para tener el 50% del trabajo hecho.

El otro 50% pasa por la configuración propiamente tal, cuyo primer paso consiste simplemente en conectarse a una red. Si no lo hacemos cuando el sistema nos lo pide por primera vez al encender el dispositivo, siempre podremos acudir al menú Ajustes (el que, dicho sea de paso, y como ocurre con todo lo que se empaca bajo el sello de la manzana, está diseñado de la manera más simple posible, dejando al usuario sin demasiadas opciones de configuración y limitándose a lo esencial).

El segundo paso consiste en configurar los distintos servicios. Aquí podremos, entre otras cosas, agregar nuestra biblioteca de iTunes y configurar nuestras cuentas de Netflix, Youtube y demás proveedores de entretenimiento online.

Nada en este proceso resulta especialmente frustrante, salvo en lo que respecta a la introducción de contraseñas. Personalmente no me encuentro familiarizado con los controles remotos y los teclados en pantalla, de manera que tener que hacer login en Netflix, Youtube, Vimeo y iTunes se convierte en un auténtico suplicio, sobre todo si uno ha acatado obedientemente los consejos de los expertos en seguridad y las contraseñas cuentan con unos 15 caracteres –entre minúsculas, mayúsculas, números y caracteres especiales–. Realmente ésta es la peor parte, y sólo me hace desear que Siri (el asistente de voz introducido en el iPhone 4S) se extienda pronto al Apple TV.

Configuradas todas nuestras cuentas y agregada nuestra biblioteca de iTunes en Windows o Mac, todo está en orden y ya se puede comenzar a disfrutar de las bondades del vídeo por streaming.

Experiencia general

El menú principal está compuesto por cuatro grandes secciones: Películas (aquí accedemos al catálogo de películas de la iTunes Store), Internet (se incluyen los demás servicios online, sean de Apple o terceros), Ordenadores (permite acceder a la biblioteca de iTunes en tu computador) y Ajustes.

Antes de pasar a revisar las posibilidades que este pequeño dispositivo ofrece, es necesario abordar algunos aspectos generales en cuanto a la experiencia de uso, partiendo por el diminuto artefacto que intermedia entre nuestras manos y el Apple TV, también conocido como control remoto.

Esta pequeña pieza de aluminio cuenta con una rueda con cuatro botones de desplazamiento, uno de selección en el centro y dos adicionales más abajo (menú y otro para reproducir/pausar). Felizmente, su limitado diseño y reducida cantidad de botones bastan y sobran para llevar a cabo la mayor parte de lo que se requiere mientras usamos el dispositivo: desde movernos con fluidez por los menús hasta controlar las opciones de reproducción en los vídeos.

A propósito de esto, un interesante bonus track es la disponibilidad en la App Store de una aplicación llamada Remote, desarrollada por la propia Apple, y que permite, como podrán deducir a partir del nombre, reemplazar el uso del Remote de aluminio y su tecnología IR por un iPhone o iPad que, conectado vía Wi-Fi a la red en que se encuentre el Apple TV, podrá ejecutar las mismas funciones.

El gran pero que no puede dejarse pasar, sin embargo, es la falta de controles de volumen. Esto resulta particularmente extraño considerando que en el Apple TV de primera generación (y también en un Mac) el volumen puede subirse o bajarse simplemente presionando arriba y abajo en el control remoto. Sorprendentemente, en el Apple TV de segunda generación esa opción no existe, lo que nos obligará a estar maniobrando siempre con dos controles: el del televisor y el Apple Remote. Si consideramos la posibilidad de emplear un sistema de sonido externo, la pesadilla se puede extender al punto de tener que estar manejando tres controles.

Pasando a los aspectos de software, la experiencia en general es tan sencilla como moverse por Front Row en Mac (los usuarios pre-Lion sabrán a lo que me refiero). Con los cuatro botones de la rueda nos desplazaremos como si se tratara de las flechas de dirección del control de un DVD, mientras que el botón central servirá para seleccionar opciones y el botón menú para volver atrás. Además, si mantenemos presionado este último volveremos rápidamente a la pantalla principal del Apple TV, cualquiera sea el menú o sección en que nos encontremos. Cómodo, intuitivo y accesible.

En resumen, los menús y el sistema operativo en general (que no es sino una versión especial de iOS para el Apple TV) se encuentran perfectamente optimizados –tanto en términos visuales como de usabilidad– para funcionar en un televisor. Sin embargo, no puedo dejar de criticar lo restrictivo y básico de esta versión especial de iOS. Y es que esta pequeña cajita negra no sólo desperdicia un tremendo potencial para crecer, pudiendo permitirse perfectamente el desarrollo y soporte para aplicaciones de terceros, sino que carece de funciones muy básicas y sencillas, pero que podrían enriquecer la experiencia de uso, como un mísero reloj, canales del tiempo o widgets.

Muy bonito, ¿y qué se puede hacer?

En términos generales, con este centro de entretenimiento digital de bajo costo se podrá acceder a diversos contenidos multimedia, ya sea que se encuentren disponible en Internet o almacenados en tu biblioteca de iTunes, y visualizarlos en la TV. Así, podrás pasarte la tarde revisando tus fotos, vídeos y música, observando lolcats en Youtube y viendo algunas series y películas del catálogo de iTunes o Netflix en la comodidad de tu cama o sofá.

En esencia, muchas de las cosas que permite hacer el Apple TV ya se pueden realizar en un computador conectado a Internet. Pero como ocurre con muchos dispositivos en estos tiempos, no se trata de hacer de forma exclusiva algo que no se pueda realizar ya en otro aparato, sino de trasladar estas funciones de la forma más cómoda posible al contexto adecuado. En este sentido, la propuesta del Apple TV es clara: la mejor forma de pasar el rato es revisando tus contenidos favoritos en el sofá, en el salón de estar, con una TV de proporciones generosas y un buen sistema de sonido; no sentado frente al escritorio.

A continuación leerán especificaciones sobre lo que se puede hacer con algunos de los servicios disponibles, tras algunas semanas de experimentación y uso semi-intensivo.

Netflix

Junto con la iTunes Store, Netflix es la mayor fuente de contenidos disponible en el Apple TV. Desde ya les advierto: si no cuentan con una suscripción a este servicio de series y películas por streaming, probablemente se estén perdiendo la mitad de la funcionalidad del dispositivo.

Dicho lo anterior, y ya con una cuenta de Netflix en mis manos, tuve la oportunidad de explorar el catálogo desde el televisor durante varios días. Se puede ver exactamente lo mismo que ya se puede ver en un Mac, PC, consola de videojuegos o iPhone, lo que implica que nos encontraremos con algunas películas buenas, muchas películas del montón y varias disponibles sólo con audio en español (ver nuestro análisis de Netflix).

Lo que Netflix puede ofrecer en cuanto a cine se limita prácticamente a clásicos y, como dijo algún sabio chileno en una ocasión, al tipo de películas de las que uno podía disfrutar hace algunos años viendo Red TV a las 7 de la tarde. Los que quieran ver películas relativamente recientes o estrenos, deberán acudir a la iTunes Store o esperar pacientemente la llegada del día en que el catálogo de Netflix se amplíe.

El caso de las series resulta más dramático aún. Las que se encuentran disponibles son más bien escasas, echándose en falta prácticamente todas las que han marcado la televisión norteamericana durante los últimos años (por ejemplo Dexter, House, etc.). Hay algunas excepciones notables como Californication, Breaking Bad, Mad Men y Lost, pero nos encontramos con el problema de que no siempre están todas las temporadas disponibles, y por si fuera poco, no siempre estarán en su idioma original.

Por cierto, demás está decir que el material disponible se encuentra categorizado por géneros. También hay una opción de búsqueda, debiendo introducirse los caracteres de la misma manera en que guardamos nuestras contraseñas al principio.

Pasando a la reproducción propiamente tal, Netflix permite seguir viendo un vídeo justo donde quedó la vez anterior, incluso si la reproducción se inició en otro dispositivo. Lo malo es que, según pude comprobar en más de una ocasión, si por ejemplo comencé a ver un episodio de Breaking Bad en inglés en mi iMac, al retomar la reproducción en el Apple TV el audio seleccionado será español.

Esto último resulta especialmente problemático considerando que las opciones de reproducción del Apple TV no permiten seleccionar el audio deseado (aunque sí los subtítulos), de manera que ocasionalmente tendremos que contentarnos con los doblajes, al menos hasta que se descubra la curiosa causa de este problema y si es de responsabilidad del Apple TV o del servicio de streaming.

iTunes Store

La iTunes Store es, sin lugar a dudas, la segunda gran fuente de material para el Apple TV. Puedes ver nuestro completo review del servicio, si no estás familiarizado con ellaConectado ya con tu Apple ID, tendrás acceso a una cartelera bastante más nutrida, con blockbusters, estrenos y, en general, películas mucho más recientes que las que ofrece Netflix.

A diferencia de este último servicio, en donde se paga una tarifa fija mensual, para poder ver en el Apple TV las películas disponibles en la iTunes Store deberás rentarlas, lo que en la mayoría de los casos tiene un costo de US$ 3,99 y te permite verlas dentro de 48 horas una vez que se ha iniciado la reproducción. El plazo para comenzar a verla es de 30 días; luego de eso expira.

Como cabría esperar, todas las películas se encuentran perfectamente ordenadas por categorías, tal como los álbumes en el apartado musical de la misma iTunes Store. Además, junto con la variedad de películas disponibles, existe un apartado especial con una selección de adelantos y trailers.

Un pequeño detalle cuya inclusión también se agradece, es la posibilidad de buscar películas por los nombres de los actores e incluso directores, algo que en definitiva facilita la navegación en el amplio catálogo fílmico que ofrece Apple.

Ya seleccionada la película de nuestro interés podremos ver una completa descripción, la que incluye sinopsis, detalles del elenco y del resto del staff, duración, rating, disponibilidad en HD, audio y subtítulos. También existe la opción de ver el trailer antes de arrendar, aunque por lo general termina tratándose de un breve fragmento de la película y no, como se esperaría, de un verdadero trailer cinematográfico.

En general el servicio funciona impecable. La velocidad de transferencia es notablemente buena y hay una cantidad más que aceptable de material disponible en alta definición. No hay cortes ni ralentizaciones y la calidad de imagen es excepcional, según pude comprobar con cada una de las películas que arrendé. Por cierto, cuando éstas se encuentran en HD, se trata de alta definición de verdad y no de esas resoluciones 720p a las que los servicios de vídeo por streaming como Youtube y Netflix nos tienen acostumbrados.

Algo que me disgustó, eso sí, es la imposibilidad de comprar películas desde el mismo Apple TV, puesto que sólo existe la opción de arriendo. Si quisiéramos descargar un largometraje para almacenarlo de forma definitiva en nuestra biblioteca tendremos que recurrir a iTunes en un Mac o PC con Windows. De esta manera, incluso si quisiéramos ver en el Apple TV alguna película ya adquirida previamente, nos veremos limitados a dos opciones: arrendar o mantener encendido nuestro computador y acceder a nuestra biblioteca por Wi-Fi, tal y como se explica a continuación.

Biblioteca de iTunes

Si no estuvieras suscrito a Netflix, no piensas gastar dinero en la iTunes Store y los chinos te hubieran dejado sin Internet, ésta sería una de las últimas opciones que nos van quedando para que la compra de un Apple TV de alguna manera valga la pena.

Básicamente se trata de compartir tu biblioteca de iTunes desde un Mac o PC con Windows a través una red inalámbrica, lo que te permitirá disfrutar de tus fotos (en el caso de Mac serán las que se encuentren almacenadas en iPhoto), películas, programas de televisión,  podcasts y música en la comodidad de tu sofá o cama frente al Apple TV.

Lo referente a la reproducción de fotografías y música está bien trabajado, siendo poco lo que se podría agregar. Simplemente funciona como cabría esperar, de manera que podrás mostrar tus fotos en generosas proporciones a tus familiares, o animar el ambiente en tu living reproduciendo alguno de tus álbumes de música favoritos.

Las complejidades aparecen, sin embargo, cuando se trata de visualizar los vídeos que almacenas en tu computador, donde básicamente estaremos restringidos por las posibilidades de reproducción de archivos multimedia de iTunes. Esto significa que sólo podremos ver lo que hayamos agregado a dicha biblioteca, y esto implica, a su vez, limitarse a vídeos en MP4. Por lo tanto pueden irse olvidando de esos flamantes episodios nuevos de su serie favorita en MKV, a menos que hagan el correspondiente cambio de formato de vídeo utilizando alguna aplicación ad hoc y luego los agreguen a su biblioteca de iTunes.

Demás está decir que para poder acceder a su biblioteca de iTunes desde el Apple TV se necesita tener el Mac o PC encendido y con la correspondiente aplicación ejecutándose; de otra manera sencillamente no se puede.

Youtube

Personalmente no soy muy asiduo a los vídeos de gatos en posiciones erráticas y otros contenidos de ese estilo, de manera que el acceso a Youtube es para mí apenas un agregado como lo es Buscaminas en Windows (y probablemente ésta sea una adición mucho más importante en su contexto, al menos para la generación que alcanzó a entretenerse en la oficina con juegos de cartas cuando no había Call of Duty y similares). Sin embargo, creo que hay gente que se pasaría toda una vida sentada frente al computador viendo vídeos en esta clase de servicios, de manera que no dejaré de comentar algo al respecto.

Lo primero que debe recalcarse es que, para desgracia de los melómanos, el catálogo de vídeos musicales se encuentra limitado por razones de copyright. Quienes usen dispositivos como un iPhone o iPad sabrán que al buscar en Youtube vídeos de música no obtendrán los mismos resultados que si hicieran una búsqueda ordinaria en su computador. Pues bien, lamentablemente esta restricción también ha sido trasladada al Apple TV, de manera que sencillamente no encontrarán videoclips oficiales.

Más allá de este punto negativo, la verdad es que no hay mucho que agregar. Básicamente se puede hacer todo lo esencial que uno haría jugando con la versión web de Youtube: revisar suscripciones, ver tus listas, favoritos, vídeos relacionados, etc. Mientras, otras opciones menos esenciales como calificar un vídeo o trollear en los comentarios han sido descartadas.

Por cierto, para dicha de todos, los vídeos en HD sí están soportados, aunque en mis pruebas los cortes y ralentizaciones fueron más o menos recurrentes.

AirPlay

Esta función probablemente sea de las más notables, pareciéndome, en lo personal, incluso más interesante que el acceso a vídeos por streaming. Básicamente permite que quienes cuenten con un iPad 2 o un iPhone 4S puedan transmitir la imagen y audio de sus equipos portátiles al Apple TV. Esto se torna especialmente interesante a la hora de hablar de juegos, si bien AirPlay permite mucho más.

En la actualidad existen algunos títulos para iOS (pocos por el momento) que soportan air mirroring, lo que significa que podrás utilizar el iPad 2 o iPhone 4S como control mientras la acción transcurre en tu televisor. Esto permite que gracias al Apple TV tengamos una pseudo-plataforma de videojuegos casera, en la medida que la calidad del enlace inalámbrico entre aquel y el iPhone o iPad lo permita.

Para realizar este review conecté a mi red casera un iPad 2 y probé dos excelentes juegos que le sacan provecho a esta función: Real Racing 2 y Modern Combat 3; el primero es de carreras y el segundo un clon de Modern Warfare 2 FPS.

En el primer caso la experiencia resultó ser bastante buena, pudiendo utilizarse el iPad 2 como control –tipo Wii Wheel– y como una pantalla secundaria en la que se pueden visualizar el mapa, los competidores y demás indicadores como el número de vueltas restantes. Si consideramos que para frenar el vehículo se puede simplemente tocar en cualquier punto de la pantalla, que para virar nos vamos a valer del acelerómetro del dispositivo, y que además el juego cuenta con autoaceleración, el control acaba siendo sumamente cómodo al final, y la experiencia en general resulta de lo más entretenida e inmersiva.

En el caso de Modern Combat 3 se trata de un estilo de juego total diferente, de manera que los controles obviamente varían y no para bien. Y es que si ya resulta particularmente complicado para algunos el jugar FPS en una pantalla táctil con esos clásicos joystick y botones virtuales, hacer lo mismo mientras desvías la vista a un monitor externo puede convertirse en toda una odisea. Dicho esto, lamentablemente, y por mucho esfuerzo que exista detrás del desarrollo del juego, no existe manera efectiva de que mientras prestamos atención al televisor podamos controlar nuestro personaje, lo que involucra no sólo moverse y disparar, sino también apuntar, agacharse, esprintar, acuchillar, plantar C-4 y un sinfín de otras acciones como las que se suelen ejecutar en un título de este tipo.

Es por esto último y por la poca disponibilidad de títulos que implementan la función air mirroring (de nuevo, limitada al iPhone 4S y iPad 2) que no me atrevería a decir que el Apple TV puede transformarse en una consola casera. Lo anterior sin perjuicio de que, gracias al poderoso chip A5 que incorpora el iPad 2 y el iPhone 4S, estos juegos se ven sorprendentemente bien en la TV, teniendo poco que envidiar en términos gráficos a las consolas tradicionales.

Por cierto, no puedo dejar de recalcar que nuestra experiencia de juego estará notoriamente condicionada por la calidad de la conexión. Si bien lo normal es que no exista un tiempo de respuesta demasiado extenso entre el momento en que presionas tu pantalla táctil y ves la acción correspondiente en el televisor, eventualmente podría notarse algún lag. Lo bueno es que si el problema se vuelve demasiado persistente, viendo salir la bala de tu fusil sólo tres segundos después de que has tocado tu iPad, el Apple TV inmediatamente reducirá la calidad de imagen, de manera que ésta se volverá mucho más pixeleada, pero la experiencia será más fluida, con más fps en pantalla y un menor tiempo de respuesta.

Finalmente, y si bien hasta ahora sólo he abordado AirPlay desde el punto de vista de los juegos, no hay que olvidar que también se pueden transmitir al Apple TV imágenes, vídeo y música desde tu iPad o iPhone. De hecho, existe la posibilidad de ver directamente en nuestro televisor la pantalla de nuestro iPad 2 o iPhone 4S en todo momento, ya sea que estemos jugando, en pleno escritorio o nos encontremos utilizando alguna aplicación.

He de suponer que la inclusión de esta posibilidad apunta a favorecer, por ejemplo, la navegación en Internet o la lectura de noticias en algún cliente RSS en una pantalla mucho más grande que la del dispositivo táctil en cuestión. Sin embargo, creo que al final la experiencia resulta incómoda, y en la práctica sigo quedándome con la comodidad de tocar y mirar mi iPad.

Otras posibilidades

En este reducido saco intentaré echar todas las demás funciones que el Apple TV incorpora en la sección Internet, y que debido a su relevancia más bien menor no ameritan su propio apartado.

Partiendo por las funciones desarrolladas por la propia Apple, tenemos Fotos en streaming, servicio que forma parte de la suite iCloud. Éste permite que cada vez que saquemos una foto o agreguemos una imagen al carrete de un iPod, iPhone o iPad, dicha imagen sea subida a la nube y aparezca instantáneamente en todos los dispositivos asociados con nuestra cuenta de iCloud, incluyendo por supuesto el Apple TV.

A este respecto vale hacer una advertencia: según han comentado muchos usuarios en foros, Fotos en streaming puede ser un arma de doble filo. Ya que por ahora el sistema no permite gestionar manualmente qué fotos se suben a la nube y cuáles no, y la forma de eliminar las imágenes que ya se han subido no es la más intuitiva y accesible, podría darse el caso de que, si tienes esta opción activada y sacas con tu iPhone una foto fuera de casa que no te gustaría que los demás vieran (ya sea por falta de decoro o cualquier otra razón), tu familia las vea al instante, sin querer queriendo, como un lindo salvapantallas en el televisor del living.

El otro servicio de Apple disponible en este apartado corresponde a las galerías de MobileMe. Lamentablemente, y como ya deben saber a estas alturas, el que fuera el antecesor de iCloud tiene sus días contados, de manera que el servicio desaparecerá a mediados de este año, llevándose de paso las galerías y varias otras funciones.

También tenemos en el Apple TV la opción de suscribirnos a podcasts. No es que se trate de una función imprescindible, sobre todo considerando que normalmente uno escucharía podcasts en su teléfono de camino al trabajo y no sentado en el sofá frente al televisor, pero su existencia en el menú Internet tampoco le hace mal a nadie. En cambio, la inclusión de Radios sí resulta un poco más útil, de suerte que podremos escuchar las mismas emisoras en línea que se encuentran en iTunes para Windows o Mac OS X.

Pasando a los servicios de terceros, el resto de chiches disponibles en este apartado lo componen Vimeo, Flickr, MLB.TV y WSJ Live. A decir verdad, nada especialmente trascendente o que amerite por sí solo la adquisición de un Apple TV.

Palabras al cierre

Como dije en algún momento, hoy en día son pocos los dispositivos realmente revolucionarios que hagan algo que no se pueda hacer ya en un computador. En este sentido, el Apple TV se posiciona como una opción cómoda, accesible, sencilla y práctica para acceder a las bondades del vídeo por streaming desde alguna confortable posición que no sea la silla de escritorio.

Siendo franco, si en Latinoamérica existiera el mismo acceso a contenidos en línea del que gozan nuestros amigos del país del norte, no tendría excusas para negar que el Apple TV es una adquisición completamente recomendable, capaz de reemplazar la cada vez más insulsa programación de los operadores de TV y que, además, completa el círculo interactivo entre los dispositivos de Apple.

La triste realidad, sin embargo, es otra. La versión de Netflix a la que tenemos acceso ni de cerca se compara a la existente en Estados Unidos, mientras que la iTunes Store simplemente no cuenta con serie alguna en su catálogo. No sé si concordarán conmigo, pero creo que es precisamente el boom de las series televisivas de procedencia norteamericana lo que le ha dado un auge al streaming de vídeo, la razón por la que muchos tiene tele y, en definitiva, la razón por la que nos gustaría tener un pequeño centro de entretenimiento que reemplace el cable.

Dicho lo anterior, las razones para no dejarse impresionar por un Apple TV lamentablemente dicen relación, más que con las limitaciones propias del equipo, con las restricciones que las nobles compañías defensoras de los derechos de autor imponen en suelo latinoamericano. Así, mientras menos nutrido sea el catálogo de películas y series, menos razones nos van quedando para hacernos de un Apple TV.

En síntesis, si lo que quieres es ver series de televisión, por ahora el Apple TV no satisfará tus expectativas. En cambio, si te basta el acceso a un amplio catálogo fílmico con películas en alta definición y la posibilidad de transmitir audio y vídeo desde tu computador, iPhone, iPad o iPod a tu televisor, el Apple TV podría convertirse en una buena adquisición para la sala de estar.

Lo imperdible

  1. El catálogo de iTunes Store es bastante amplio y ofrece varias películas en HD
  2. Acceso rápido y cómodo a toda tu biblioteca multimedia desde la comodidad del sofá
  3. Diseño diminuto, ligero y sobre todo silencioso
  4. AirPlay

Lo impresentable

  1. No soporta Full HD
  2. El catálogo latinoamericano de iTunes Store no cuenta con series de TV
  3. El sistema operativo aún parece bastante limitado
  4. No se puede controlar el volumen desde el propio dispositivo
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