Columna

Opinión: ¡Déjenme tranquilo, les ruego!

La paciencia se agota y no me gusta pasar malos ratos.

Existe una variable presente en todas las personas y se relaciona con el concepto de paciencia, la cual define en gran parte nuestra personalidad. Me considero una persona muy paciente, mis cercanos saben que me pueden pegar tres paipes antes de que les llegue uno de vuelta.

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Asumiendo que somos seres vivos y respondemos a estímulos del medio, es un hecho que alguna vez alguien o alguna situación haya agotado nuestra paciencia, en mi caso así ha sucedido y quienes me la agotaron fueron las compañías de telecomunicaciones y su horrible SPAM Telefónico.

Cuando adquirimos un número de teléfono asumimos que es para un uso personal y el conocimiento de los dígitos es supervisado por nosotros, a modo de recibir llamadas de personas que realmente nos interesan. Desde mi perspectiva de cliente de una compañía de telefonía celular, he notado que la realidad en Chile dista bastante de eso, y tener un teléfono para muchos significa un “mal necesario”. ¿Por qué?, por el horrible SPAM telefónico de las compañías hacia sus propios clientes, o sencillamente a usuarios de la competencia. Ese maldito SPAM telefónico que hace ya varios años no deja vivir en paz a millones de Chilenos.

SPAM telefónico – Representación gráfica

Permítame señor lector caer en la ya habitual autorreferencia, pero lo considero necesario a modo de exponer de una mejor manera mi indignación y de paso representar a varias personas en la misma situación, todo desde la perspectiva de un usuario común.

Mi odisea comenzó hace ya un par años. Soy una persona que mantiene su número telefónico muy reservado, no lo deben conocer más de 20 personas, y no porque no tenga amigos, sino porque siempre ofrezco alternativas y medios más cómodos para ubicarme como “un mail” o “un tweet”. Poco a poco empecé a notar las típicas llamadas de números que tienen varios ceros, o de esos números que dicen “Num. Desconocido“, las recibía tanto en la mañana como en la tarde, ¿El asunto o motivo de la llamada?: Ofrecer un nuevo beneficio por un monto X que será cargado mensualmente a mi boleta, el estereotipo de la llamada se basaba en que persuasivamente la operadora decía de una manera muy acelerada: “Su llamada será grabada”, lo que en mi cabeza era traducido automáticamente a la frase policial “Lo que diga puede ser usado en su contra”, cortésmente —y en un principio— me dignaba a decir: “No necesito beneficios, estoy bien, muchas gracias”. Comprenderán que con el paso del tiempo mi paciencia comenzó a agotarse y el tono amable de “No gracias” comenzó a desaparecer. Se torna muy frustrante cuando cuelgas (das tono de ocupado) y te vuelven a llamar, o cuando contestas y quedas como loco en la calle diciendo “Aló …aló” y a los 3 segundos te cortan, o sencillamente te dicen “Esta llamada es importante para usted” y te ponen el clásico Minuet de Bach como canción de espera.

Paciencia, paciencia.

Pese a todo, nunca he tratado mal a una operador(a). Una vez mi mamá me llamó a ser consciente y a mirar más allá de la persona que te habla. Probablemente ese trabajador(a) que te está ofreciendo “el super-beneficio” tiene una familia, hijos, quizás estudia y en su lucha por salir adelante se ve sentada en un call-center llamando a decenas de personas todos los días. Es un trabajo al fin y al cabo, un trabajo en el cual se ve obligada(o) a interrumpir los quehaceres de los demás.

El detonante y lo que me motivó a escribir esto, es que el 90% de las veces que recibía un llamado, estaba ocupado, almorzando, en una cita, en clases… No fueron pocas las veces que me llamaron mientras estaba haciendo el amor, eso se traducía en que tenía que arrancar a contestar el teléfono ¿Es justo eso? ¿Ah?. Cuando noté que el SPAM telefónico me empezó a afectar como persona, me puse serio, cosa que no me caracteriza y encolerizado mandé tweets al soporte vía Twitter que ofrece mi compañía para que me borraran. Por lo general me llamaba un ejecutivo y comentaba que “Sería eliminado de la base de datos”, yo satisfecho le daba las gracias.

¿Acaso todos tenemos que mandar Tweets pidiendo que nos eliminen de sus famosas bases de datos?. ¿Mi abuelita que no tiene Twitter como lo hace?, ¿Tiene que estar llamando y gastando su tiempo en vez de ver la teleserie?. Yo pensaba que el deber de nosotros como clientes era pagar todos lo meses y no atrasarse en las cuentas, pero al parecer se agrega el tener que llamar para “que te saquen de la base de datos de SPAM”.

En mi caso, luego que se contactaron y me juraron de guata que no me volverían a llamar para ofrecerme tonteras, a las 2 semanas reanudaron los trabajos. ¿Qué onda?, tuve que volver a mandar un Tweet para que me sacaran nuevamente su base de datos, lo más chistoso fue la conversación con el ejecutivo.

– Yo: Me dijeron que no me iban a volver a llamar ¿Que pasó?
– Ejecutivo: Lo sacaré nuevamente de la base de datos.
– Yo: OK. Mire, me parece el colmo, no me dejan vivir. Estoy pensando seriamente en cambiarme de compañía.
– Ejecutivo: Pero si todas las compañías lo hacen…

En ese entonces una venita cerca de mi sien se pronunció (así como los dibujos de manga o anime).

Verán esta es una cuestión que contribuye al estrés y a nuestro desequilibrio mental como persona. Mientras tanto, existe un proyecto de ley contra el Spam telefónico que no ha sido aprobado ni revisado, ojalá que después que se solucione lo del conflicto estudiantil puedan legislar sobre ese proyecto.

Antes de terminar con mi exposición quiero dejar un par de preguntas y comentarios al aire.

1) ¿Por qué mejor en vez de que las compañías inviertan en Call-Center de SPAM no invierten en capacitación para sus ejecutivos?.
2) No entiendo a la gente que maneja estas áreas en las compañías y autoriza el SPAM, no soy experto en el tema, pero es una pésima estrategia de Marketing que lo único que hace es crear un odio hacia una marca.
3) ¿Cuando entre en funcionamiento la portabilidad numérica mi teléfono no parará de sonar luego de que me llamen todas las compañías ofreciendo planes?.
4) En el artículo mencioné solamente los llamados telefónicos, no incluí los SMS.

Link: Proyecto de ley que duerme y trata sobre el Spam Telefónico en Chile 

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