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La fusión de AT&T y T-Mobile, ¿va o no va?

Analistas hacen sus pronósticos en función de la jurisprudencia y la dinámica del mercado móvil.

La posible fusión de las operadoras AT&T y T-Mobile es un tema que no podemos perder de vista: de concretarse, se trataría del primer hito monopolista desde la crisis financiera de 2008, que marcó el inicio de un nuevo ciclo del capitalismo. No en vano, la intención de AT&T adquirir T-Mobile por 39 millardos de dólares ha encontrado toda clase de oposiciones y no parece cercana a realizarse.

Lo que está claro: AT&T no va a quedarse tranquila con que el Departamento de Justicia de Estados Unidos le haya dicho que no puede comprar a T-Mobile. La telefónica seguirá intentando ganar la venia de los sindicatos y los consumidores y combatir las matrices de opinión generadas por los activistas antimonopolio, que afirman que la eventual fusión iría en completo perjuicio de los usuarios, dada la evidente reducción de sus opciones en materia de telefonía y datos.

Pero, ¿qué tanto puede hacer concretamente una empresa frente a argumentos de fácil comprobación? No hay esoterismo en los planteamientos contrarios a la fusión: se habla de menos competitividad, siendo obvio menos competidores = menos competitividad; se habla de menos innovación, siendo fácil pensar que una única empresa piensa y genera un único plan de acción; se habla de mayores precios para los consumidores… discutible, por lo menos en términos de lo que podría ser una estrategia inicial de adaptación al naciente conglomerado.

Los juristas antimonopolio apuntan, además, un hecho que muestra sin disimulos que, en efecto, se trata de una acción impropia en lo que a fusiones respecta: T-Mobile no necesita un rescate, es una rival clara de AT&T en el mercado norteamericano de las telecomunicaciones.

Para colmo, las políticas antimonopolio han sido bandera del presidente Obama, permitir la fusión sería desafiarse a sí mismo: «Obama, durante su campaña por la presidencia, dijo que revisaría las grandes fusiones más cuidadosamente de lo que lo hicieron administraciones anteriores… y éste es su primer caso antimonopolio desde que llegó al cargo», comenta Marya Cotten, profesora de leyes de Baruch College.

¿Telecomunicaciones más eficientes?

Para AT&T no hay ningún monopolio a la vista o, al menos, eso no importa tanto frente a los supuestos beneficios que su unión con T-Mobile daría a los usuarios. Argumentan que la fusión hará la industria de las telecomunicaciones más eficiente, mejorando para los consumidores. De no completarse la negociación, AT&T tendría que pagar unos 7,8 millardos de dólares a T-Mobile como penalización por fallas reglamentarias en el acuerdo, eso sin contar que el bochorno de ambas compañías frente a la opinión pública será difícil de superar.

No en vano AT&T quiere agotar todos los recursos para convertirse en el quinto litigante en ganarle un caso antimonopolio al Departamento de Justicia desde 1999. Claro que faltaría ver qué tantas cartas tiene la operadora para jugarse, toda vez que el director de comunicaciones externas de T-Mobile USA, Herman Daguerre, declarase que la decisión del Departamento les tomó «por sorpresa».

La consultora Strategy Analytics, por su parte, dice que la unión aún es posible, siempre que AT&T ajuste las características del acuerdo (¿vuelve a salir el tema de ceder espectro?) y que Deutsche Telekom, matriz de T-Mobile, se arme de paciencia hasta dar con un convenio que resulte aplicable con la bendición del Departamento de Justicia.

«La adquisición de T-Mobile por AT&T podría compararse al acuerdo 2000 GTE Verizon, que tomó 23 meses para completarse y tuvo muchas modificaciones requeridas por el Departamento de Justicia. AT&T aún tiene una fuerte competencia en el país. Los problemas potenciales están específicamente en el área del mercado de celulares», dijo Sue Rudd, director de análisis de Strategy Analytics.

Por un mercado saludable

La tríada clave para el mercado estadounidense de telefonía y datos es la competitividad, el crecimiento y la innovación. La búsqueda de más, mejores y más baratos servicios será el punto álgido para mantener contentos a los usuarios y en el mundo 4G podría estar el elemento de mayor atención para mantener en orden la competencia en el sector telecomunicaciones.

Ahora bien, ¿quiénes están esforzándose por el 4G? Sprint Nextel y Verizon. La fusión de AT&T y T-Mobile significaría la presencia de un tercer actor fundamental para que el nuevo paso en tecnología les esté garantizado a los usuarios con condiciones accesibles en cuanto a costos, al menos para Chitika Insights, cuyo interesante punto de vista agrega algo sobre lo cual reflexionar:

¿Las empresas tecnológicas crecen piramidalmente? Si Google compró a Motorola, Nokia se unió a Microsoft y Facebook compró la desarrolladora de importantes elementos del iPhone, ¿debemos pensar que a medida que aumenten las posibilidades tecnológicas de los usuarios se reducirá su opción de elegir proveedores de productos y servicios? ¿Estamos entrando a una era de colosos tecnológicos y hacia una estandarización obligada del mercado en la que todos tendremos más o menos lo mismo porque, en definitiva, no hay mucho por escoger?

Ahora bien, existe una moción del Departamento de Justicia que bloquea tras un portón de hierro la intención de AT&T adquirir T-Mobile. Pero también existen precedentes que indican que con esfuerzos argumentativos y redefinición de algunos puntos del acuerdo la operadora podría salirse con la suya, luego, la pregunta que nos rompe la cabeza sigue ahí: La fusión de AT&T y T-Mobile ¿va o no va?

Link: RedState, TMCNet

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