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Fusión de AT&T y T-Mobile encuentra nuevo oponente

Cellular South viene a ser la voz de pequeñas operadoras que quedarían invisibilizadas en el mercado en caso de completarse la operación.

T-Mobile parece cada vez más cercana a ganar el dinero por indemnización que AT&T deberá pagarle si no se concreta la polémica fusión de ambas compañías. Con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y varios voceros antimonopolio en contra el pacto se desdibuja y, quizás para disolver las últimas posibilidades, el proveedor Cellular South se ha sumado a la causa que pone en vilo el negocio de 39 millones de dólares que entre otras cosas cambiaría las leyes antimonopolio de Estados Unidos.El argumento de la operadora es único y simple: el acuerdo, que podría costar hasta 10mil dólares por usuario, no debe ser aprobado. En una demanda presentada en la Corte de Distrito de EEUU la telefónica expresa que la negociación viola la Ley Clayton Antimonopolio al convertir al naciente gigante en un obstáculo para la competencia en el mercado.

«La propuesta de fusión permitirá a AT & T aumentar su influencia mediante la eliminación de T-Mobile como una fuente independiente de la demanda de dispositivos inalámbricos y un proveedor independiente de roaming… El daño competitivo se hará sentir en las compañías regionales, incluyendo Cellular South, que tendrán más dificultades para asegurar tanto los dispositivos inalámbricos a precios y plazos competitivos y los servicios de roaming nacional».

En números, AT & T cerró el segundo trimestre de 2011 con más de 98,6 millones de suscriptores, mientras que T-Mobile tenía alrededor de 33,6 millones de clientes. Si se juntaran contarían con más de 130 millones de abonados y el juego se restringiría a la nueva AT&T y Verizon, que a finales del segundo trimestre tenía 106,3 millones de suscriptores, dejando muy atrás a una debilitada Sprint que bajaría del tercero al último lugar con sus 51,8 millones de clientes.

En ese sentido prácticamente desaparecerían del mapa competitivo las pequeñas operadoras como Cellular South, que sólo cuenta actualmente con 870.000 clientes en Mississippi, Tennessee, Alabama y Florida. A simple vista pareciera que el negocio entre AT&T y T-Mobile ni siquiera debería importarle a una empresa tan diminuta, pero de esto justamente van los activistas antimonopolio: entre más grandes se hagan los grandes, más lejos estarán las posibilidades de que los pequeños pasen a competir con ellos. Incluso una ampliación en el espectro unificado de AT&T y T-Mobile eventualmente podría canibalizar a empresas como Cellular South y las otras muchas que ofrecen soluciones inalámbricas de telecomunicación a carteras de menos de 10mil usuarios.

Muchos enemigos

Aunque la fusión de ambas telefónicas ha contado en cierto modo con la venia de los sindicatos, no es un secreto que ha movido a varios sectores con explicaciones como que «la combinación de AT & T y T-Mobile se traduciría en decenas de millones de consumidores en todo Estados Unidos frente a los precios más altos, menos opciones y productos de menor calidad para servicios inalámbricos móviles… Los consumidores de todo el país, incluso en las zonas rurales y las personas con menores ingresos, se benefician de la competencia entre los operadores de telefonía móvil del país… Esta demanda tiene por objeto garantizar que todos puedan seguir recibiendo los beneficios de la competencia», dicha por el Fiscal General Adjunto, James M. Cole, en un comunicado anunciando la decisión del Departamento de Justicia de bloquear la fusión.

Sprint también se quejó expresando que «la propuesta de adquisición de T-Mobile por parte de AT&T es descaradamente anti-competencia… De un sólo golpe, la propuesta de AT&T eliminaría uno de los cuatro competidores nacionales y marginaría a un Sprint, empujando el mercado hacia un duopolio que obligaría a los consumidores a soportar precios más altos y descuidar la innovación.»

A estas voces se sumaron los fiscales generales de California, Nueva York, Pennsylvania y otros estados. Eric Schneiderman, fiscal general de Nueva York, se mostró un poco más dispuesto con respecto a la fusión diciendo que «su impacto sobre la competencia inalámbrica, el crecimiento económico y la innovación tecnológica podría ser enorme.»

Lo cierto es que el tiempo está pasando y el acuerdo no termina de concretarse dejando entre dudas a los que a fin de cuentas serán los mayores afectados de cualquier decisión: los consumidores que se siguen preguntando si la fusión entre AT&T y T-Mobile va o no va.

Link: CNET

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