Ciencia

Ágil rana vs. nuevo pequeño escarabajo, ¿quién gana? (videos)

En la gran mayoría de los enfrentamientos entre una rana y un escarabajo, el ganador será el anfibio, pero cuando se trata del hasta ahora poco conocido escarabajo Epomis, las chances se invierten dramáticamente, haciendo casi seguro que la rana se convierta en el plato de comida en lugar de conseguirse uno para ella. Son dos especies (circumscriptus y dejeani) que viven en Oriente Medio y ambas son especialistas en aniquilar y alimentarse de ranas, sapos, salamandras y otros anfibios.

En la gran mayoría de los enfrentamientos entre una rana y un escarabajo, el ganador será el anfibio, pero cuando se trata del hasta ahora poco conocido escarabajo Epomis, las chances se invierten dramáticamente, haciendo casi seguro que la rana se convierta en el plato de comida en lugar de conseguirse uno para ella. Son dos especies (circumscriptus y dejeani) que viven en Oriente Medio y ambas son especialistas en aniquilar y alimentarse de ranas, sapos, salamandras y otros anfibios.

Fueron descubiertos, estudiados y documentados por los entomólogos Gil Wizen y Avital Gasith (de las universidades de Toronto y de Tel-Aviv, respectivamente), y tras cuatro años de seguimiento ya definieron la estrategia de estos bichos, descrita en la última publicación de PloS One.

No se pierdan los videos tras el salto.

La mandíbula de doble gancho de la larva de Epomis.

Existen las larvas, cuyo menú es exclusivamente anfibio y su tasa de éxito bordea el 100%. Atraen al depredador/presa moviendo sus antenas y mandíbula para ser atacadas y cuando son impactadas por la pegajosa lengua, se adosan al atacante con su poderosa mandíbula de doble gancho. Y ahí comienzan a succionar, comiéndose vivo al anfibio. En tanto, el escarabajo adulto brinca sobre la espalda a su víctima y le da una mordida paralizante, para luego tener todo el tiempo para devorársela:

Y la técnica no falla, porque los anfibios cazan por movimiento; se concentran en objetos que se mueven, atacan a los pequeños y evitan los más grandes. Entonces, por regla, son candidatos perfectos. El problema es que si la lengua de la rana es rapidísima, la larva es más veloz y antes de ser cazada, agarra a su rival y comienza a comer. Primero succiona los fluidos de su presa y luego comienza a masticar lo restante, dejando sólo osamentas.

El triunfo del escarabajo es lapidario. De cerca de 400 enfrentamientos observados, sólo en siete ocasiones la rana consiguió llevarse a su rival a la boca, pero aún así acababa botando la larva, que rápidamente terminaba de atacar de vuelta:

En otra oportunidad, el sapo incluso se tragó la larva, pero ésta se movió en su interior por unas dos horas hasta que eventualmente fue regurgitada y -aparentemente ilesa- contraatacó, comiéndose al animal que acababa de comérsela a ella:

Según el estudio, las larvas se desarrollan en tres etapas, matando una víctima en cada una de ellas. Una vez satisfecha, se esconde para mudar su caparazón, expande su cuerpo y vuelve a la caza para completar su siguiente fase de crecimiento. Sus escondites son en los mismos lugares húmedos de los anfibios y los atacan de noche.

De temer.

Link: Beetle larva lures and kills frogs, while the adult hunts and paralyses them (Discover Magazine)

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