Ciencia

Ya son 1741 los argentinos que piensan donde poner su parrilla en el terrenito comprado en la Luna

(cc) flickr ~BostonBill~

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Si lo pensamos como inversión, los 36,50 dólares que cuestan 4 mil metros cuadrados en la Luna resultan una baratija comparado con los casi 2 mil dólares que cuesta el metro cuadrado construído y habitable en la Ciudad de Buenos Aires. Pero, como sucede en muchas ciudades, que al alejarnos de los centros urbanos los precios bajan y sube el costo de traslado, en este caso también, el “pequeño” problemita sería el viaje.

Argentina es el segundo país de América Latina en cantidad de compradores de terrenos en la Luna con 1741 felices propietarios, detrás de Brasil que duplica esa cantidad y encima de Chile que llega a los 1000 inversores lunares.

El precio de este 40% de hectárea que podemos poseer en nuestro único satélite no es azaroso. Está compuesto por 19,99 dólares de costo del terreno en si, más impuestos (1,51 dólares), 12,50 dólares de envío y apenas 2,50 dólares para que nuestro nombre esté impreso en la foto satelital que recibiremos de nuestro lote junto con la escritura de propiedad e información geográfica para localizarlo (no sea cosa que nos perdamos durante el viaje…)

Incluso, algunos ávidos inversores han optado por comprar también terrenos en Marte y Venus a precios de liquidación para así evitar pagar dos o tres veces los gastos de envío.

Lo insólito de esta noticia es que, paradójicamente, no es un argentino el avispado que se está haciendo la América con este negocio, sino el empresario estadounidense Dennis Hope, propietario de la Luna desde 1980, año en que la registró a su nombre amparado en un vacío legal dentro del Tratado de Espacio Exterior establecido por Naciones Unidas en 1967. Desde su noventoso sitio web Lunar Embassy, Hope se encarga de parcelar y vender terrenos en la Luna, Marte, Venus y otros planetas del sistema solar que posee, además de pasaportes extraterrestres.

Dennis notó que en el Tratado de Espacio Exterior se prohibía a los estados y naciones apropiarse de cualquier planeta o estrella, pero no decía nada de los particulares. Con este detalle legal recurrió a la Justicia y fue aprobada su petición. A partir de ese momento y luego de lotear sus nuevas propiedades comenzó su negocio, el cual se estima, le ha redituado cerca de 9 millones de dólares hasta el momento, algo que ya que sacó toda gana de escribir y reírme sobre el tema.

Me quedo con el antecedente del dueño original de la Luna, el poeta chileno Jenaro Gajardo Vega, quien en un gesto más romántico, siendo el único y primer propietario del satélite de la Tierra desde 1954 hasta su muerte en 1998, en su testamento cedió la propiedad al pueblo chileno con la frase: “Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus penas”.

Link: De locos: casi 2.000 argentinos compraron un terreno en la Luna por 36,50 dólares (cronista.com)

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