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Periódicos y revistas en iPad… ¿La muerte de los impresos?

TechShake

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El temor a que la tecnología mate al periodismo impreso es de vieja data y en más de una ocasión se ha dicho “ahora sí” cuando la verdad no hay muerte alguna sino redefiniciones del medio. Pero esta vez podría ser verdad. Al eterno consuelo de “la televisión no mató al cine” se enfrenta un hecho contundente: Newyorker, una de las revistas más leídas del mundo, se suma junto a Fortune y People, a los muchos otros periódicos en el planeta que han lanzado su aplicación para iPad.

Hoy los que crecimos viendo a nuestros padres agarrar con pericia un periódico medio pliego y encontramos en el gesto de sacudirlo para arreglarlo un indicador de admirable adultez, los que un día nos descubrimos con sabores y manías como leer de atrás hacia adelante o abrir el diario al azar o pegar la nariz en las hojas más coloridas hasta notar el olor de la tinta más en esa página que en otra, así como los que en un momento dado decidimos estudiar ciencias de la comunicación con la ilusión de hacer prensa, nos debatimos entre maravillarnos de la tecnología o caer de plano en la nostalgia al preguntarnos si de veras estamos en un punto de no retorno en que el papel gris y la tinta que mancha se deslizan resignados al rincón de los recuerdos.

Hay quienes dicen que nunca será lo mismo leer en digital que en un soporte físico. No obstante, el tiempo nos va demostrando que esto más que una garantía de que lo impreso prevalecerá es un reto de diseño: en la medida en que las versiones para soportes digitales logren evocar la sensación de una lectura en papel y en cuanto se vayan implementando opciones como marcar páginas, subrayar o dibujar en las esquinas de manera “realística”, las diferencias se irán desvaneciendo, sobre todo porque los nativos de la Era Digital no extrañarán demasiado una costumbre que no tuvieron: leer en hojas, marcar esas hojas, no llevar al colegio una tableta sino un morral lleno de cuadernos.

Entre la redefinición y la muerte

Desde principios de este siglo, cuando aunque unos lo sabían, los usuarios de a pie no sabíamos la que se iba a montar con las tabletas, la gente de la prensa se ha estado despidiendo, como lo hizo Antonio Franco cuando en mayo de 2006 reconoció desecho su sueño de dirigir el Periódico de Catalunya y dijo al gremio “luchen por la prensa escrita. Exíjanle cambios para que tenga más calidad, para que sea más valiente en defensa de la verdad y para que resulte más amena. Pero, créanme, con todos sus defectos, la necesitamos como foco cualitativo de información, como divulgadora de criterios y como contrapeso de los poderes”.

Algo menos melancólico fue lo que en 2007 dijo Arthur Sulzberger Jr, el presidente del New York Times, cuando en el Foro Económico Mundial en Suiza declaró: “Realmente no sé si estaremos imprimiendo el Times dentro de cinco años, y ¿saben qué? No me importa tampoco”.

Aunque después Sulzeberger quiso “aclarar” lo dicho, el ruido quedó en la cabeza de todo el mundo: algún día, y muy seguramente pronto, el periódico impreso va a desaparecer y para ello parece estarse preparando la gente de Los Angeles Times, desde que se filtró el informa Spring Street Project en el mismo año, en el cual se hablaba de prepararse para los cambios digitales.

Pero, ¿realmente se acabará el periódico de papel? Yo, aquí entre nosotros, creo que no en el corto plazo, a pesar de que muchos periódicos, incluso en países latinoamericanos como Venezuela, están generando contenido para tabletas.

Aun cuando se dice que los impresos van a desaparecer, para 2010 la relación entre la gente que consulta noticias en la Internet y la que lee los diarios era muy cercana: 46% Vs. 40% y la gente que ve noticias en Internet, en muchos casos, las ve en las versiones digitales de los diarios tradicionales, así que tomará un tiempo desprenderse de la “tradición de veracidad” de los grandes medios.

Otro punto es la validación de noticias que ofrecen los impresos, pues la velocidad de la Internet normalmente hace que un hecho noticioso esté rodeado de rumores y la gente falle al momento de corroborar informaciones y formarse una versión basada en la búsqueda de la verdad por parte de quienes, justamente, se profesionalizaron en ello. Es muy común, entonces, que la gente se entere de las cosas por Internet y vaya luego a los impresos a buscar los detalles más fieles.

El mundo impreso está creciendo: en todo el mundo aumentó en más del 5 por ciento en los últimos cinco años y muchos clientes publicitarios nos dicen a la gente de las agencias: “quiero una campaña con aviso de prensa y comercial de televisión”, lo cual garantiza ingresos (aunque disminuidos) por un tiempo más, hasta que los anunciantes aprendan a pedir algo distinto a los publicistas, como Social Media o más mercadeo directo.

Además, en muchos casos, como nos contó Adriano hace unos días, para acceder a ciertos beneficios de las ediciones para tabletas tienes que estar suscrito a los impresos, como en el caso de la revista Time.

Entonces, ¿qué va a pasar?

Sin lugar a dudas el periodismo en todos los medios tiene que redefinirse para terminar de acomodarse a lo que está pasando en la Red. Si a mí me pidieran hacerlo, diría que dejemos las Internet para informar y los impresos para analizar temas en profundidad y que capitalizáramos el pseudo rechazo que en Internet hay hacia los “divos”. En otras palabras, reservar el mundo digital para la horizontalidad y el impreso para los liderazgos de opinión, al menos mientras el mundo asimila la transición… ¿Ustedes qué opinan?

Link: CrunchGearThe Peninsular Qatar

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