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Británico fue enviado a prisión por no querer revelar su contraseña

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Oliver Drage (19) fue arrestado en mayo del año pasado en medio de una investigación por explotación sexual infantil. Su computador fue confiscado por la policía en busca de evidencia, pero oh sorpresa: no se podía acceder a una parte del material almacenado debido a que estaba encriptado bajo una contraseña de 50 caracteres.

Naturalmente, la policía le pidió al joven el código de acceso, a lo que él se negó. Como consecuencia, fue sentenciado a 16 semanas en una correccional para jóvenes.

La medida fue tomada bajo el amparo de una ley que rige desde 2000 en Inglaterra (Regulation of Investigatory Powers Act), que permite mandar a prisión en estos casos – aún sin pruebas de que el chico sea culpable de algo. No es primer caso de este tipo en ese país.

La sentencia, de acuerdo a la corte, “envía un robusto mensaje a aquellos que intentan enmascarar sus actividades criminales, de que serán puestos ante la ley con las más duras sanciones, y en este caso, se trata de una sentencia de custodia”.

La policía todavía está tratando de descifrar la contraseña de 50 caracteres.

El asunto aquí es complicado, porque no se sabe si el chico es inocente o no: no hay pruebas de que haya cometido el crimen del que se le acusa, y la única cosa que podría ser prueba está encriptada bajo 50 caracteres. El hecho de que no quiera revelar el password, por otro lado, podría ser una forma de “proteger su privacidad”, sin embargo, al mismo tiempo lo hace parecer culpable.

Link: Youth jailed for not handing over encryption password (The Register)

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