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(056) Lanzamiento y fracaso de los UMPC

El Asus R2H, uno de los modelos más representativos

A los estudiantes universitarios que visitan sitios como Wayerless les debe resultar familiar esas clases de “casos de éxito” que se hacen en algunas asignaturas. Básicamente, estudiar qué hicieron y cómo lo hicieron personajes que partieron de un concepto y lo hicieron evolucionar a un producto y luego, quizás, a un imperio comercial. Como estos casos no ocurren tan seguido la intuición debiera decirnos que por cada caso de de éxito hay muchos casos de fracaso o derechamente “fra-casos”. La historia de hoy trata sobre uno de ellos.

Ocurrió el año 2006, y se gestó como una idea conjunta entre Microsoft e Intel, una dupla que en el pasado había sido una aplanadora en casi todo lo que emprendían juntos. Uno hacía los procesadores y el otro el sistema operativo. Ambos tenían competidores pero ninguno les hacía sombra en las plataformas de escritorio, así que decidieron que había un nicho no explotado y que les tocaba a ellos entender el producto que hacía falta para satisfacerlo. No se imaginaban que sería una enorme pérdida de tiempo y plata.

La historia resumida

Básicamente, la idea era que los notebooks no eran lo suficientemente portátiles como para llevarlos a todos lados de forma práctica. Eran más portátiles que un PC y podías usarlos para ir del escritorio a la sala de reuniones cuando había que hacer una presentación pero… ¿Ir por ahí todo el día con un notebook de 3Kg?  Era incómodo, por supuesto, y estábamos en una época en donde esos 3Kg eran incluso menos que el promedio. La duración de batería era otro problema: si duraba 2 horas te considerabas afortunado.

Por esas y otras razones, dos gigantes de la industria se sentaron a pensar y dieron con un concepto de producto, un ultraportátil de pantalla táctil, desprovisto de teclado, liviano y pequeño, tal que pudieses llevarlo en un bolso minúsculo o incluso en un bolsillo grande.

El nombre pasó por múltiples iteraciones. Microsoft al principio le llamaba “Proyecto Origami” pero al final prevaleció el nombre de Intel: UMPC, Ultra Mobile Personal Computer (o Portable Computer, según algunos). Entonces fue cosa de contactar a los fabricantes y convencerlos de que sería grito y plata. Algunos se aventuraron y comprobaron con desilusión que inventar un nicho de la nada no es sencillo.

Para fines del 2006, lo que meses antes era una promesa de revolución se había convertido en los despojos de un invento fallido. No es que la idea haya sido absolutamente impopular, pues hasta el día de hoy hay fanáticos de los UMPC y se siguen vendiendo, pero no lograron el volumen ni la masificación que esperaban y los distintos actores fueron quitando sus fichas del tablero.

El 2007 irrumpió en escena con PDAs y smartphones de mejor rendimiento, pantallas generosas y funcionalidades complementarias a las del PC, todo eso por la mitad o un tercio del precio de los UMPC. Tal vez fueron esos smartphones modelo 2007 los que terminaron de poner los clavos en el ataud de los UMPC, o a lo mejor la plataforma había nacido muerta. Pero estos aparatos existieron y no es justo que se olviden, tanto por su rareza, por su estraña belleza, y por ser un caso en que toda la industria corrió al unísono persiguiendo una olla de oro al final del arcoíris que resultó ilusoria sencillamente porque la gente no se interesó lo suficiente en el invento.

Ya lo dijimos al principio, este es un caso de fracaso, pero vale la pena conocerlo para entender mejor como funciona la industria.

Precio

Los UMPC apuntaron a un precio objetivo de USD 1000, pensando que al producir en volumen llegarían a USD 800. Al final, entre accesorios y otras fruslerías, aparecieron modelos que costaban incluso el doble… y nadie los compraba. Sería irresponsable decir que los UMPC se hubieran vendido como pan caliente a USD 300. Es posible pero no es seguro, y nos obliga a cuestionar la idoneidad de los UMPC como reemplazo de un notebook. Definitivamente Intel no pretendía que la gente comprara el UMPC en vez de un notebook, sino que fuera un producto adicional. Microsoft seguramente esperaba lo mismo.

A más de USD 1000 en realidad un producto que no reemplaza el notebook tenía pocas chances de entrar fuerte. Actualmente está mucho más arraigada la idea de “la cuarta pantalla” (Ipad, Kindle, etc) complementaria al notebook y distinta al netbook que a estas alturas se visualizan como intercambiables, y por USD 300 se verán muchos tablets y Ebook readers, pero en el 2006 la idea no estaba difundida, la gente no estaba segura si tenía algún uso para el UMPC y, definitivamente, a más de USD 1000 muy pocos podían permitírselo.

Procesador

Intel venía saliendo de años muy negros con su Pentium 4. Lo que había empezado relativamente bien con la secuencia Wilamette-Northwood se había ido al tacho cuando apareció el Prescott, un CPU que consumía más electricidad que una estufa oleoeléctrica y se calentaba más o menos lo mismo. Como guinda de la torta, el rendimiento del Prescott no estaba a la altura y su precio -como acostumbraba a hacer Intel- era excesivo. Todo esto empeoraba de cara a que su principal competidor, AMD, estaba ganando terreno con un excelente producto como el Athlon 64.

Intel decidió matar la familia Pentium 4 -conocida como arquitectura Netburst- y a cambio basarse en su familia de procesadores portátiles Pentium M para extenderla al escritorio. Esa decisión salvó a Intel, y generó lo que más adelante conocimos como el Core 2 Duo, un CPU que se calentaba menos, consumía menos electricidad y rendía como los dioses. Intel había vuelto a brillar y tuvo un excelente segundo semestre 2006.

Pero no nos adelantemos. Los UMPC ocurrieron en la primera mitad de ese año e Intel no tenía su concepto realmente maduro. El Pentium M era un excelente procesador pero estaba pensado para notebooks, al igual que el Celeron M. Intentaron crear una familia de Celerons de ultra bajo consumo específicamente para los UMPC pero mientras tuvieron éxito en recortar su potencia de cálculo, no les fue tan bien recortando su consumo eléctrico y el calor generado. Para colmo de males no era un procesador barato -lo cual solía ser la tónica en CPUs portátiles- y encarecía el producto como un todo. Tuvieron que pasar tres años para que Intel diera con el Atom que hoy hubiera sido ideal para estos aparatos, pero bueno, en ese tiempo estaba el Celeron ULV y no le fue bien.

En resumen, un producto caro, que se chupaba la batería en un par de horas y apenas podía mover el Sistema Operativo, lo cual nos lleva al siguiente punto.

Sistema Operativo

Estábamos en plena época de lanzamiento de Windows Vista. En el mercado ya estaba ampliamente difundido Windows XP (que 4 años después sigue siendo el más popular) y XP tenía una versión Tablet Edition. Microsoft quería impulsar su nuevo sistema operativo y se vieron modelos con Windows Vista, pero los requerimientos de ese sistema eran tan exigentes que tales modelos eran una desgracia en cuando a velocidad. Los modelos con XP ofrecían mucho mejor velocidad, pero eran una desgracia en cuanto a usabilidad. La interfaz táctil era muy deficiente, tenía mala respuesta, mal reconocimiento de escritura y no estaba bien pensada para manejar el sistema completo sin teclado.

Teclado Virtual, hay gente que aún tiene pesadillas con esto.

No es que Vista fuera muy superior en este aspecto, pero habían hecho una capa de sotware algo más trabajada y subsanaba la falta de un teclado con un poco más de elegancia. Sin embargo, imagínense, si Vista ya era malo en un PC de escritorio, imagínenlo en un PC ultraportátil, sin teclado y con apenas la potencia justa para correr. Añadan a eso memoria RAM de 512MB y tendrán un aparato inutilizable.

Conectividad

Los UMPC tenían adaptador WiFi, y por lo tanto podías usarlos para navegar en lugares en donde pudieras tomar una internet inalámbrica abierta. En el 2006 no era tan común que restaurantes y estaciones de servicio ofrecieran enlace, pero a cambio casi todas las redes residenciales estaban compartidas y sin contraseña. Hoy en día es virtualmente imposible dar con una red inocentemente compartida incluso en zonas densamente pobladas, pero en esa época un adaptador WiFi podía permitirte navegar en muchos lugares.

Hoy sabemos que esa solución no sería aceptable. Un notebook con WiFi no se considera “banda ancha móvil” ni desde el más generoso de los conceptos. En la época de los UMPC los expertos ya visualizaban ese tema, y apostaban a que estos ultra móviles no serían realmente una solución de conectividad total hasta que se masificaran las redes WiMax.  Hoy sabemos que -al menos en occidente- la solución más común de banda ancha móvil son las redes 3G ampliamente ofrecidas por los proveedores de telefonía celular.  Es un hecho anecdótico, pero si los fabricantes hubiesen apostado por WiMax, y los UMPC hubiesen incluído un adaptador de esta tecnología, a lo mejor hubiesen sido un vector para la propagación de WiMax en países que hoy casi no usan esa tecnología.

El Distanciamiento

Eventualmente, tanto Intel como Microsoft sintieron que era necesario introducir cambios en el planteamiento inicial, pero cada uno tenía su propia visión acerca del camino a seguir. Intel culpaba a Microsoft sobre la deficiente interfaz de control -sobretodo en lo que correspondía al teclado virtual- mientras que Microsoft culpaba a Intel por el precio y por la insatisfactoria relación de potencia y consumo de batería que ofrecían los procesadores Intel.

Al final, cada uno terminó impulsando su propia visión de la plataforma. Microsoft se abrió a negociar con fabricantes que usaron procesadores AMD y VIA, de entre los cuales el C7M de 1Ghz era mucho más idóneo que el Pentium M y el Celeron ULV que había mostrado Intel.

Intel, por su parte, redefinió el diseño y empezaron a verse modelos que incorporaban alguna clase de teclado. A veces era abatible, otras era un slider, pero lo importante es que con ese planteamiento evidenciaron su insatisfacción con la solución de Microsoft. En buenas cuentas, equivalía a decir que el producto de Microsoft no daba el ancho para hacer un producto táctil, tanto así que era obligatorio ponerle un teclado para mejorar su usabilidad. En la imagen siguiente vemos el Sony Vaio UX180p, que incorporaba un teclado no del todo amistoso.

No sabríamos decir si este fue el origen del distanciamiento posterior de Intel y Microsoft, pero cabe destacar que en los años sucesivos se enviaron potentes señales el uno al otro respecto a que había más peces en el mar y podían encontrar otros socios. Intel contra todo pronóstico se acercó a Apple y hoy es su proveedor de CPUs, lo cual ha permitido a MacOSX volver a brillar y ser incluso codiciado por usuarios de PCs no Apple que sueñan con un Hackintosh. La versión X86 de OSX fue posible gracias a Intel y eso fue una puñalada para Microsoft. Adicionalmente, Intel ha incrementado su soporte y la certificación de sus plataformas de servidores para Linux, en particular para RedHat y SUSE EL.

Microsoft no lo ha hecho nada de mal en este aspecto. El mes pasado modificó su licencia ARM insinuando que podría empezar a fabricar procesadores. Si OSX corriendo sobre X86 es una puñalada para Windows, entonces Windows corriendo sobre ARM es una puñalada todavía mayor para Intel. Paralelamente, mientras su empuje sobre sistemas operativos móviles se veía menguar en la época que transcurrió entre Windows Mobile 2003 y 2005, en los últimos dos años hemos visto una fortuna destinada a mejorar la presencia de Windows Mobile 6, 6.5 y ahora 7 en los smartphones. Eso también es una poderosa señal.

Lecciones Aprendidas

Terminada nuestra historia cabe hacer una pregunta que acaso contradice todo lo que han leído. ¿Fueron los UMPC realmente un fracaso? En el artículo se desprende que sí, pero en la industria tecnológica incluso los fracasos son pequeñas victorias:

  1. Microsoft pudo entender que incluso con un aparato perfecto -y el UMPC no lo era- no tenía un sistema operativo amigable para el uso táctil. Cuando Ballmer y Gates presentaron y promovieron los tabletPC a principios de la década, básicamente mostraron un ladrillo con pantalla táctil y abatible, y no entendieron por qué el concepto nunca prendió. Los UMPC les ayudaron a ver que, sin un teclado a mano, Windows XP Tablet Edition era inmanejable. No estamos diciendo que Windows 7 sea la panacea en ese aspecto, pero la incorporación de gestos multitáctiles de la actualidad incorpora muchas amargas lecciones que aprendieron el 2006 con los UMPC. Otras tantas suponemos les sirvieron para mejorar la interfaz de Windows Mobile.
  2. Intel entendió, a su vez, que los procesadores que estaban usando en sus portátiles no eran aptos para ir a un peldaño más exigente en la relación potencia de cálculo vs consumo. Los Pentium M y Celeron ULV que destinaron a los UMPC no eran realmente idóneos para esa plataforma, seguían siendo demasiado exigentes en batería, seguían calentándose más de lo admisible. Después de muchos años pensando en que podían hacer CPUs groseramente potentes y consumidores, los UMPC fueron la muralla contra la que Intel tuvo que estrellarse para buscar alternativas, y esa alternativa hoy se llama Atom, pero aún queda camino por recorrer.
  3. Asus implementó obedientemente el diseño de Intel y Microsoft. A lo mejor fue una de las firmas que más dinero destinó a los UMPC y por consiguiente la que más duro sintió el costalazo cuando estos productos no se vendieron como esperaban. Pero lo que aprendió Asus construyendo modelos como el R2H no se perdió. Incluso, ellos insistieron con el modelito cuando otros habían descontinuado sus versiones, pensando que si lograban producir en volumen podrían bajar el precio hasta hacerlo popular. No lo consiguieron esa vez, pero maduraron esa idea y dos años después la plasmaron en lo que fue el Asus EeePC, un producto que en su concepto era un cruce entre UMPC y notebook, pero producido en volumen y a un precio tan conveniente que los catapultó a otro nivel. Asus tuvo que fracasar con los UMPC para coronarse, dos años más tarde, como la empresa que inventó los netbooks:

Y el resto, es historia.

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