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Columna: Cuando Twitter es un pañuelo

En Chile los usuarios de Twitter han subido como la espuma durante los últimos meses. Según el estudio “Radiografía de la Twittósfera Chilena”, realizado en septiembre de 2009, el número de personas que en ese momento utilizaban Twitter en Chile llegaba a las 95.012. Sin embargo, para marzo de 2010 ya se estimaba que los twitteros chilenos eran más de 200.000. Es decir, se más-que-duplicaron en seis meses y de seguro siguen aumentando  día a día.

A pesar de las infinitas posibilidades que ofrece Twitter para comunicarse con gente de todo el mundo –o al menos enterarse de lo que otras personas hacen o piensan-, al revisar los timelines de diferentes twitteros chilenos las temáticas que se pueden leer son, muchas veces, increíblemente locales. Más aún cuando, a juzgar por lo que se ve, buena parte de los chilenos que utilizan esta plataforma vive en Santiago. Pero bueno, esto no es culpa de Twitter, sino solo un reflejo palpable de la terrible concentración de población que tiene Chile, con una capital que alberga prácticamente a la mitad del total de habitantes del país.

Un claro ejemplo del centralismo que tiene la llamada “Twittósfera Chilena” se pudo ver en un reciente estudio que entregó el primer ranking de influencia a través de Twitter, realizado por la Escuela Periodismo de la Universidad Diego Portales y la consultora CR Comunicaciones. Ambas instituciones, con sede en Santiago. En las tres clasificaciones que se establecieron en este ranking (por cantidad de followers, de retweets y de menciones), prácticamente todos los twitteros mejor posicionados en estas categorías –salvo algunas excepciones de chilenos radicados en el extranjero- vive en Santiago.

¿Es bueno o malo esto? La verdad es que ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, resulta al menos curioso pensar que mientras para muchos Twitter es prácticamente sinónimo de globalización, en Santiago de Chile muchos twitteros conocen a varios de los personajes que siguen (o que los siguen) a través de esta plataforma. Si no los conocen en persona, de seguro tampoco les sería muy complicado encontrarlos para tener un encuentro cara a cara.

Parodiando el dicho popular de que “el mundo es un pañuelo”, más de alguien podría decir que, al menos en Chile, Twitter es un pañuelo. Aunque tal vez, más que un pañuelo, se trate de una elite que goza de los privilegios que entrega el acceso a internet. Sin embargo, a la luz de las cifras, esta elite tiene un potencial y una velocidad de crecimiento que no posee ninguna otra elite.

¿Cómo será esto de la “Twittosfera Local” en otros países?

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