fayerwayer

Porfirio Negado: haciendo las cosas por Internet

Como tengo tiempo, soy ordenado y me gusta caminar, hasta hace algún tiempo acostumbraba a pagar todas mis cuentas en bancos y centros de pago. Sin embargo, un poco fastidiado por las largas filas y por el eterno dicho de “se nos cayó el sistema”,  mis sobrinos me aconsejaron  tratar de hacer mis pagos a través de la internet. Hasta ahora no ha sido nada fácil.

Hasta ahora, siempre hago estas transacciones en compañía de alguno de mis sobrinos, pues de otra forma me resulta imposible. Ellos incluso tuvieron que acompañarme al banco para pedir ese aparatito que sirve para obtener la clave que se usa en cada operación. Debo confesar que, según lo que puedo ver con mis sobrinos, los pagos se hacen en forma rápida y segura. Sin embargo, aún extraño esos días cuando luego de ir a hacer estos trámites al banco me pasaba a tomar un café con los amigos… Todo sea por la modernidad y la eficiencia.

Yo pensaba que esto de hacer los trámites del banco y el pago de cuentas a través de la internet era lo más moderno que hay en estos asuntos tecnológicos. Sin embargo, de a poco me he dado cuenta que hay muchas otras cosas que se pueden hacer sin tener que moverse del ordenador. Por ejemplo, hace poco tuve que pedir una hora al médico. Justo estaba con uno de mis sobrinos cuando cogí el teléfono para hacer la cita y este me dijo que eso también se podía hacer con la internet.

Me tocó ver con sorpresa cómo él buscó la clínica donde yo quería ir, encontró el médico indicado y hasta eligió la hora del día en que éste me atendería. De ahí en más, todo lo que son mis asuntos médicos los veo por internet, claro está, con la ayudad del muchacho. De hecho, mi médico de cabecera me acaba de contar que tiene correo electrónico, por lo que puedo hacer mis consultas y hasta mandar mis exámenes por esa vía. ¿Qué tal? Claro, sería más fácil si yo pudiera hacer todo esto solo, sin molestar a mis sobrinos, pero eso tiene para largo.

Esto de hacer cosas por la internet suma y sigue. Tras pasar unos días en casa de mi hermana porque en la mía estaban haciendo unos arreglos, pude darme cuenta cómo mis sobrinos prácticamente manejan todas las tareas del hogar desde el ordenador. Es increíble cómo ellos, sin salir incluso se sus cuartos, hacen la compra en el super, ordenan pizza y comida china, rentan pelis y hasta compran entradas para ir con sus novias al cine por la noche.

Pasó que un día hubo un problema con uno de los baños que se inundó por completo y hasta se hizo un cortocircuito. En ese momento yo pensé que estos rufianes tendrían que salir de sus cuartos de una buena vez. Pero grande fue mi sorpresa cuando me contaron que habían contactado –vía la internet- a un plomero y un electricista para que arreglaran el asunto. Y así fue, al poco rato llegaron unos tipos de lo más modernos y arreglaron todo. Increíble.

Lo único que falta ahora es que pueda contactar a mi podólogo y al tío que me viene a cortar el pasto de la casa con el ordenador. Sin embargo, mis sobrinos me dicen que la internet ha avanzado, pero nunca tanto como para que ese par de vejestorios puedan conectarse a la red.

Tags

Lo Último


Te recomendamos