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La historia oculta detrás de la venta de Palm

HP ganó ofertando sólo 20¢ por acción más que la competencia.

A modo de ejemplo, ¿sabía usted que 16 empresas llegaron a contactarse con Palm para alcanzar algún acuerdo comercial? ¿O que en la empresa de Sunnyvale se plantearon, incluso, la posibilidad de licenciar WebOS con tal de sobrevivir a su tormenta financiera?

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Pero vamos en orden. Primero que todo, si bien en poco más de una mes llegaron a ser 16 las compañías que se pusieron en contacto con Palm, los “verdaderos interesados” (aquellos que realizaron ofertas concretas) fueron sólo 4 -sin contar a la propia HP-. Lamentablemente, y decepcionando nuestra demanda de morbo, en la fuente (un documento cuya naturaleza no he podido desentrañar pero parece confiable) sólo se ha limitado a llamarlas “A”, “B”, “C” y “D”. Claro, si le ponían a alguna de ellas “G”, supongo que ya daba para muchas sospechas… Aunque ahora que lo pienso, ¿tendrá que ver esa “A” con cierta compañía frutal (y no, no me refiero a una de exportación de bananas, precisamente)?

La primera oferta de la mano de HP se presentó en la mejor oportunidad posible: un martes 13. En aquella ocasión, el ofrecimiento era de US$ 4,75 por acción más la solicitud de un plazo de 30 días para llevar a cabo “negociaciones exclusivas”. Por otra parte, la empresa “A” emprendió su propio ataque dos días más tarde, el 15 de abril, con una oferta de 600 millones de dólares en efectivo, mientras que “B” ofreció un intercambio de acciones (una compañía recibe acciones de otra en proporciones equivalentes al valor de las suyas), en lo que parecía ser un procedimiento más engorroso.

Como HP era en definitiva la que ofrecía más, con una oferta de aproximadamente mil millones de dólares, “A” y “B” no resultaron ser del interés de la princesa cuya mano se disputaba y terminaron yéndose para la casa.

El 20 de abril los mensajeros del Reino de Palm partieron a dialogar con HP. Dichas reuniones dieron como resultado una oferta de US$ 5 por acción. Por otra parte, al día siguiente los emisarios encargados de tratar con la empresa “C” consiguieron una oferta de US$ 5,50 más un trato modificado de yapa, el cual conllevaba una negociación más riesgosa y extensa, junto con una “multa” de 60 millones si no llegaban a buen puerto.

Mientras tanto, y como al rey naturalmente le interesaba que su hija se quedara con el competidor que tuviera más lucas más fortachón, el CEO Jon Rubinstein le comunicó a HP que si querían seguir en carrera tendrían que mejorar “significativa e inmediatamente” su oferta. Así es que ésta se incrementó a US$ 5,70 por acción, superando en apenas 20 centavos a la de su rival. Hecho aquello, no había más que discutir y se dijo “tenemos un ganador”.

Como último dato interesante, el rival “C”, desistiendo de aumentar la apuesta, quiso apelar al premio de consuelo planteando la posibilidad de comprar algunas patentes y hacerse de una licencia no exclusiva de WebOS, por la módica suma de 800 millones. La mesa directiva de Palm lo pensó y el mismo día le dieron una respuesta: no.

Si siguieron la historia con atención, deberán estarse preguntando “¿y qué pasó con D?” -de hecho nunca apareció en el relato- . No se sabe. Algunos dicen que se rindió en el camino y hoy vaga errante por lejanos parajes; otros que se lo comió algún dragón en el camino. Como sea, lo cierto es que simplemente no está claro en qué parte de la historia el quinto elemento queda fuera.

Ahora bien, más allá de los dimes y diretes trazados a lo largo de esta narración épica y su correspondiente final feliz, ¿quiénes eran las misteriosas compañías escondidas bajo esos seudónimos tan misteriosos? Tiene chipe libre para especular.

Link: HP bought Palm after a five-company bidding war (Engadget)

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