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Las crónicas de un niubie en StarCraft II [NB Original]

¿Qué se siente jugar StarCraft II cuando nunca has jugado StarCraft?

Soy un hombre común y corriente, corro 30 minutos diario y acostumbro lavar mi ropa los fines de semana. Soy enemigo del hype y difícilmente duro más de 20 minutos jugando la misión Favela en Veterano antes que decida apagar la consola de puro coraje. Tampoco he visto Avatar y lo poco que se de StarCraft es gracias al programa de E-Sports que pasan en el canal Arirang que tengo en cable.

Curiosamente hace unos días recibí un correo de Blizzard que decía más o menos así: Congratulations! You’ve been selected to participate in the beta test of StarCraft® II: Wings of Liberty™ y después de un par de horas de descarga decidí investigar por qué tantas personas se orgasmean con este título.

Cabe mencionar mi estimado lector que hubo cero protocolo de búsqueda, en ese momento no tenía la más remota idea de qué carajos eran los Zerg, ni la historia así que mis expectativas de éxito en una partida ni siquiera figuraban en el horizonte cercano, de menos no contra otro jugador.

De igual modo decidí librarme de cualquier prejuicio por lo que podría decirse que entré virgen a la beta. ¿Qué me encontré? A continuación la crónica.

Después de instalar el juego, crear mi usuario y escoger la imagen lo primero que noté fue lo impresionante de la música orquestal. De ahí comencé a moverme en la Interfaz de Usuario y me agradó lo sencillo que puede ser cambiarse entre pantallas. Los íconos son grandes y bastante claros. Lo poco disponible de Battle.net 2.0 es agradable, se siente integrado al juego y no como un dashboard externo.

Participar en una beta multijugador siendo un novato es una tarea difícil, muchas veces evitamos sufrir la humillación y preferimos armar partidas con los amigos. Cuando esto pasa en un juego como StarCraft, la humillación se puede disparar a un millón si es que te llegas a topar con algún coreanito sin vida, afortunadamente Battle.net entra al rescate y te asegura jugar con gente igual de n00b que tu.

En mi caso se sugirió participar en una especie de liga de práctica antes de tomar el toro por los cuernos. La primer partida fue con un fulano llamado Topo que escogió Zerg, yo como buen n00b apliqué la clase más balanceada que por lo regular resulta ser la que tiene humanos (en este caso los Terrans). La primer experiencia fue conocer el menú, las acciones y el modo como debería construir mi fortaleza para ir a reventar al Topo.

¡Oh gran error! Por espacio de 16 minutos perdí mi tiempo explorando, disfrutando la gráfica del escenario y mandando unidades a hacer scouting del terreno. En el inter, Topo armaba una plaga de todos sabores para deshacer mi única base, protegida de torres, vehículos y bastantes soldados. Por ahí del minuto 17 se abrió un portal, una planta carnívora al estilo de Mario Bros de la cual en tres segundos salieron decenas de cucarachas que devoraban en segundos lo que había tardado 16 minutos en construir.

¿Frustración? ¿Coraje? No, me sentí como parte de un capítulo de E-Sports y disfruté el espectáculo de ser owneado en tan poco tiempo. Parece que a Topo no le interesó una revancha ya que de inmediato abandonó la partida dejándome con cientos de dudas. ¿Cómo demonios entrenó a tantos enemigos? ¿Por qué pudo abrir un portal y yo no? ¿Qué necesito para contrarrestar una oleada similar? La única opción era investigar su forma de juego y para eso la opción de Repetición era mi mejor amiga.

En cuanto arrancó el juego, Topo comenzó a crear bichos para captar minerales y después de un buen rato comenzó con la mutación de estructuras y el dominio de dos nuevas regiones para obtener la mayor cantidad de recursos posible. En el inter mandó una especie de globos a hacer scouting de mi base, yo mientras tanto daba un paseo por el mapa y aprendía los comandos. Durante 16 minutos Topo se las ingenió para armar un ejército decente, abrir un portal detrás de la única base y terminar con mis ilusiones.

Lo curioso es que al ver la repetición, solo le bastó la mitad de ese ejército para destruirme. Las cosas que aprendí en mi primer experiencia con Starcraft II fueron: Capta la mayor cantidad de recursos, no generes soldados a lo idiota si no planeas ocuparlos, actualiza tus estructuras pero de un modo inteligente y no simplemente porque crees que lo ocuparás.

Por último, estudia el mapa, juega contra la computadora (existe la opción aunque es en Super Fácil) y haz anotaciones en una libreta si es que deseas armarte una buena estrategia. Al igual que cualquier multijugador, conocer el mapa y las zonas de recursos es primordial, pero es más importante todavía saber que construir y en qué orden para evitar sorpresas.

Después 2 horas en Starcraft II concluí que la experiencia es similar a mis primeras partidas de ajedrez. Conocer las reglas es lo primero, de igual modo uno decide qué tan ofensivo o defensivo quiere comportarse. Jugarlo es sencillo, de hecho es tan fácil que resulta ser el primer RTS que no me invita a desinstalarlo gracias a lo intuitivo, sin embargo la clave es dominarlo y para eso se necesitan de muchas horas de práctica y prueba y error jugando contra otras personas.

La próxima vez que lo abra seguro escogeré a lo Zerg, sin embargo tengo la ligera sospecha que es una clase destinada a expertos en el juego ¿o me equivoco?

Link: StarCraft II en Niubie

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