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El monopolio llamado Apple iTunes

En los últimos meses Palm y Apple han jugado al gato y al ratón respecto a la Pre y su conectividad con iTunes. Bloqueos, trucos sucios y polémicas aparte… ¿Quién tiene la razón en realidad?

Jaspers no obliga a nadie a comprar sus productos, y los habitantes de Santaroga no son xenofóbicos ni cerrados. De hecho son más abiertos, cultos e inteligentes que el gringo promedio, pero no consumen productos de otras marcas y en esa elección no hacen sino ejercer el derecho legítimo de todo consumidor.

Por supuesto, el libro tiene otras vueltas de tuerca, que incluyen un aditivo en los productos Jaspers y una mente central que conecta los pensamientos de los habitantes de Santaroga, pero creo que por el bien de nuestra sanidad mental podemos omitir ese paralelismo a la hora de comparar Santaroga y Jaspers con la venta de música online y Apple iTunes.

El punto es este: Apple tiene un imperio en donde domina tanto el mercado de los reproductores de música como el de la venta de música online. No contento con eso, hace que sólo su reproductor se pueda sincronizar con su tienda/aplicación de escritorio. Esta política evidentemente anticompetitiva ha pasado casi desapercibida ante las autoridades, pero los competidores han pasado más de un mal rato a la hora de enfrentarla.

En su edición más reciente, la historia del monopolio llamado iTunes ha tenido como protagonista a Palm y su teléfono Pre. En los siguientes puntos te contaremos la historia de iTunes y sus prácticas restrictivas.

La guerra entre reproductores

El formato MP3 para comprimir música existe desde principios de los 90, pero no fue sino hasta 1994 que se publicó un software para codificar archivos de audio a ese formato, que no recibió su nombre actual sino hasta 1995. Ya en 1997 empezó a inundar la red con la aparición MP3.com y Winamp, y aunque la RIAA intentó sabotear su difusión,algunos fabricantes de electrónicos empezaron a sacar dispositivos independientes, como los primeros discman capaces de reproducir MP3 (recuerdo el MPTrip, por ejemplo) y poco después los reproductores digitales basados en memoria flash como el Diamond Rio PMP300 y el Creative Zen.

Finalmente, la pieza que faltaba apareció cuando en 1999 Shawn Fanning inventó Napster y popularizó  la idea de los P2P. La música digital se había convertido en un ecosistema que podía prescindir por completo de los CD.

El primer iPod fue lanzado el 23 de octubre de 2001. Su campaña de lanzamiento sigue preservada para la posteridad gracias a The Web Archive. Era un aparato masacotudo, con una pantalla grisácea de aspecto triste. Cuando lo conocimos, muchos pensamos que era una versión simpática de un invento que ya existía. Nunca se nos ocurrió en ese momento que 8 años después había vendido 220 millones de unidades, ni que sería el gadget que cambiaría el destino de aquel mercado y, de pasada, el de Apple.

El iPod no exterminó la competencia. Es decir, derribó a gigantes como Diamond Multimedia y Creative, pero al mismo tiempo se convirtió en paradigma de un mercado que floreció en una miríada de pequeños fabricantes, sobretodo en oriente. Cuando se masificó el iPod también se masificó la noción de que todos debían tener un reproductor de música portátil.

Hoy en día siguen apareciendo aparatos que intentan reunir lo mejor de los reproductores Apple más alguna ventaja comparativa a nivel de precio o prestaciones. Fabricantes como Archos y Cowon, por ejemplo, siguen sacando reproductores de excelente calidad, prestaciones y precio.

Tal vez el mejor ejemplo de un buen competidor actual, estrictamente como media player, sea el Zune HD, cuyas bondades a nivel de hardware son una maravilla.  Tímidamente, Microsoft ha empezado a intentar construir un ecosistema que conecta Xbox Live con el Zune y, por supuesto, su consola Xbox 360. Si mencionamos esto es porque el iPod desplazó a los mejores reproductores de su época no por sus prestaciones -que no eran nada del otro mundo- ni por su calidad de sonido -que los entendidos califican como “pobre”- sino por la sinergia que creó con iTunes.

El dominio en la venta de música

Nueve meses antes del iPod, Apple había lanzado un refrito llamado iTunes. Digo refrito porque era una versión ligeramente modificada del producto SoundJamMP adquirido por Apple el año anterior. Compatible sólo con MacOS 9, era simplemente un software reproductor de MP3 que gestionaba tu biblioteca de música. En los años que siguieron añadió sincronización con el iPhone, versiones para PC y el nuevo MacOSX, y eventualmente, la tienda online.

iTunes Store fue lanzado en el 2003, junto con la versión 4.0 del reproductor. En ese momento, muchos pensaron que frente a redes P2P como napster, audiogalaxy, kazaa y el novedoso bittorrent, una tienda online en donde tenías que pagar por tus MP3 no tenía sentido. Se equivocaban, claro.

A mediados del 2007  iTunes Store tenía un 9.8% del mercado, desplazando a Amazon del tercer lugar, quedando sólo por debajo de Wal-Mart y Best Buy. En febrero del año siguiente ya ocupaba el segundo lugar y un par de meses después, con un 19%, desbancó a Wal Mart convirtiéndose, por fin, en el número uno. El panorama no ha cambiado sustancialmente desde entonces, salvo por que la tendencia se ha reafirmado. Según The iPhone Blog, Apple vende hoy un 25% de la música en los Estados Unidos.

Esa participación no sólo alimenta su papel como eTailer de música, sino que le da tiraje al iPod (y ahora al iPhone) como reproductores de música porque, verán, son los únicos aparatos capaces de sincronizarse con iTunes.

En la intro de este artículo dije que Apple tenía un monopolio disimulado sobre este mercado, pero con un 25% de participación suena un poco absurdo. Sin embargo, si tomamos en consideración únicamente las ventas de música por canales virtuales, dejando fuera todas las formas de venta presencial, iTunes Store no tiene el 25% del total sino el 70%.

El 30% restante no es un pedazo que Apple esté luchando por conquistar, sino lo que le queda al resto por mantener. Otros reproductores, otros servicios online, todos dándose codazos por repartir ese 30% que Apple cínicamente dice que es un 75%.

En el fondo, un 70% de la música en formato digital que se vende en los Estados Unidos se sincroniza únicamente con los dispositivos de Apple. Si encima son archivos de sonido con DRM no sólo no se sincronizan con otros reproductores sino que, aunque te tomes la molestia de copiarlos a mano, no vas a poder reproducirlos sin importar que hayas pagado por ellos.

El iPhone trasladó la guerra

Hace tres años me tocó escribir un artículo que se tituló “Todos quieren ser iTunes” y relataba los esfuerzos de otras compañías por crear una simbiosis reproductor-tienda online tan provechosa como iPod + iTunes Store. Traigo ese recuerdo a colación porque en ese tiempo Nokia hacía una reflexión que a la sazón nos parecía autoindulgente, cuando decía que, desde el momento en que los teléfonos pueden reproducir MP3, ellos eran el vendedor de reproductores de música más masivo del planeta.

Claro, en el 2006 era un poco antojadizo pensar así, considerando que salvo algunos modelos de gama alta la mayoría de los equipos no soportaban expandir el almacenamiento interno via tarjeta de memoria, por lo que sí, al igual que todos los otros fabricantes de celulares Nokia vendía reproductores MP3, pero eran reproductores que podían alojar a lo sumo 10 canciones.

Apple no se tomó la reflexión de Nokia a la ligera. Efectivamente, se dieron cuenta de que habían ganado la batalla contra todos los otros reproductores de MP3, pero venía una nueva disputa con los celulares que cada día se hacían más aptos para ser considerados un verdadero reproductor multimedia. ¿Cómo se preparó Apple para ello? Bueno, no es ningún misterio: hizo un teléfono. El iPhone se lanzó en junio de 2007 y no fue sólo un teléfono reproductor de música sino un verdadero computador de bolsillo que pasó a ser la plataforma multimedia más pegadora de los años que siguieron. A tal punto llegó, que el iPhone eclipsó al iPod y hoy han tenido que redefinir el nicho de este último como plataforma de juegos. Si les cabe alguna duda, vean el siguiente comercial para el iPod Touch de tercera generación:

La teleserie con Palm Pre

Competir con el iPhone sin entender todo lo que es el iPhone sería como construir una ciudad en medio del desierto, llenarla de hoteles extravagantes y espectáculos musicales pero omitir los casinos, y luego preguntarse: ¿Por qué no recibimos tantos turistas como Las Vegas?

Como los grandes fabricantes no son tan negligentes como el ejemplo anterior, obviamente entienden que un teléfono que compita con el iPhone debe ofrecer alguna manera de sincronizar tu biblioteca de música con el teléfono. Nokia ha optado por regalar un modelo de tenedor libre con algunos de sus teléfonos llamado “Comes with Music“, algo que Sony Ericsson ha imitado parcialmente.

Cuando Palm salió de su  letargo presentando WebOS y el smartphone Pre todos dijeron: “Hey, ahí tenemos un iPhone Killer” considerando un sistema operativo multitarea y abierto a los desarrolladores sin el control férreo de Apple, complementando un teléfono atractivo que incorpora teclado. Sin embargo la pregunta que quedaba en el aire era ¿Y cómo pretenden competir con el hecho de que el iPhone es un extremo de un ecosistema mucho más complejo que un mero celular? La respuesta vino en la forma de una pequeña trampa o avivada de Palm: hizo que la Pre engañara a iTunes identificándose como un iPod.

El truco le duró poco, debido a que Apple lanzó una actualización para iTunes (versión 8.2.1) que, sin aludir particularmente a nadie, señalaba la reparación de un “problema con la verificacion de dispositivos Apple” esa actualización, ya se imaginarán, terminó temporalmente con el truco de Palm.


En la versión 1.1 de Web OS, Palm volvió a habilitar la sincronización yendo un paso más lejos, y no conforme con identificarse como un iPod, se consiguió el Vendor ID del adaptador USB de los iPods, y usó lo que se llama spoofing para engañar a iTunes identificándose como un reproductor Apple.

Product ID:    0x8002 Vendor ID:    0x05ac  (Apple Inc.) Version:    0.16 Manufacturer:    Palm Inc.

Al mismo tiempo consideró que discriminar entre aparatos usando el Vendor ID atentaba contra el principio abierto de la conectividad USB, por lo que interpuso una queja ante el USB Implementers Forum.

Con un poco de sentido común coincidirán conmigo en que ese organismo no tendría por qué regular o hacer de garante de la libre competencia en el ecosistema de los eTailers y reproductores de música. Palm emitió una queja quizás correcta ante un organismo equivocado, y por lo mismo desestimaron su alegato.

Al mismo tiempo, el USB IF quedó bastante molesto con Palm porque encuentran que usar el identificador USB de otro fabricante es abusar de la estructura usada por el organismo y de paso explotar lo que podría ser interpretado como una falla. Ahora Palm podría incluso perder su licencia USB por violar la cláusula que todo fabricante acepta al conseguir un Vendor ID y que dice:

Unauthorized use of assigned or unassigned USB Vendor ID Numbers and associated Product ID Numbers are strictly prohibited.

La versión 9 de iTunes presentada la segunda semana de septiembre en el evento “It’s only Rock and Roll” volvió a dejar a la Pre sin sincronización iTunes. Todos pensaron que la batalla había terminado cuando la versión 1.2 de WebOS no rehabilitó la sincronización con iTunes sino que ofreció, a cambio, el uso de Amazon MP3 Store. Sin embargo, la teleserie aún no termina.  Esta semana Palm lanzó la actualización 1.2.1 de WebOS y adivinen qué: de nuevo puede sincronizarse con iTunes, lo cual de seguro se revertirá cuando Apple actualice su producto.

Conclusión

iTunes existe en la forma de un revenue share entre Apple y las disqueras en la proporción 30 y 70% respectivamente. Técnicamente, aunque Apple pone la infraestructura para el funcionamiento de la tienda electrónica, no es dueño de lo que se vende en ella. A lo mejor es de perogrullo precisarlo, pero Apple no compra veinte millones de canciones a las disqueras para revenderlas más caras, sino que le paga a las disqueras una proporción de lo que vende, eliminando toda carga financiera de sus espaldas, como no sea la de financiar el costo fijo de la infraestructura.

En contraposición, Walmart o Best Buy cargan con el costo fijo de su propia infraestructura (el local físico) pero además deben pagar a sus proveedores por la mercadería: los discos propiamente tales que venden en sus estanterías son propios, y sólo logran resistir la carga financiera dilatando los pagos a las disqueras en 90 o 180 días, algo que sólo traslada el problema a los hombros de aquellas.

Ese no es su único problema: el espacio físico, a diferencia del electrónico, no se expande fácilmente. Si quieren tener un catálogo con 50 millones de canciones distintas, y varias copias de cada una, necesitarán un galpón del tamaño de una ciudad, y un ejército de camiones renovando el material. Estas son sólo algunas de las ineficiencias del modelo tradicional de venta de música, por lo que sería racional pensar que Apple tiene toda la motivación para explotar sus ventajas comparativas.

Aparentemente no es asi, y muchas personas dicen que Apple está siendo innecesariamente obtuso a la hora de impedir que cualquier aparato que no sea un iPhone o iPod se sincronice con iTunes. ¿A qué le teme? Hay quienes dicen que si permitieran que otros reproductores se sincronizaran con iTunes no sólo no perderían la hegemonía que ostentan con el iPod e iPhone en el mercado de los PMP, sino que terminarían de controlar el mercado del comercio digital de música.

La pregunta es ¿Realmente quiere Apple controlar este mercado? A lo mejor están justo donde quieren estar, o de otra forma no se explica que hayan evitado la expansión mundial impidiendo la compra de música en iTunes con tarjetas de crédito extranjeras. Digo, si Apple quisiera vender más música por iTunes sólo tendría que aceptar que pagásemos con nuestras tarjetas de crédito en vez de tener que manejarnos a punta de Gift Cards… pero no lo hace. ¿Será que el 30% de la tajada no lo motiva lo suficiente? Yo me inclino a pensar, más bien, que iTunes Store no es más que un bastión desde donde asegurar el dominio de sus reproductores, en cuya venta consigue altos márgenes, y no lo expandirá sino hasta que haya saturado el mercado de USA al punto que se vea obligado a salir a buscar más clientes afuera.

Siguiendo esa misma lógica, Apple no permitirá que ningún aparato se sincronice con iTunes sino hasta que esté convencido de que ha vendido todos los reproductores y teléfonos que puede vender. Conociendo a este mercado que tiene una tasa de recambio anual o bienal, eso podría no suceder nunca.

Para todos los que no tenemos iPhone ni iPod, o bien nos resistimos a usar iTunes, no todo está perdido: mientras se trate de música sin DRM hay muchas maneras de sumar un intermediario como Salling MediaSync -que no soporta mi Samsung S5230 ouch!- y sincronizar nuestro teléfono o PMP con la biblioteca de música comprada en iTunes y otras tiendas, o ripeada de nuestros viejos CDs. Mal que mal, aunque Apple ejerza todo el control que pueda, quiera o le permitan las autoridades, históricamente la gente siempre se las ingenia para obtener lo que busca en desmedro de lo que las empresas quieren obligarle a tener.

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