¿Qué tan mal podrían las cosas con un LCD como para pensar en demandar? Con lo caros que son (pese a que ya no tanto como antes) si se me quema el LCD lloraría y rasgaría vestiduras, pero no demandaría. Si me tan un tortazo con el LCD de 32″ vería estrellitas, pero no demandaría. Si Chile hace el ridículo en el mundial lo vería en pantalla gigante y me sentiría aún peor… pero no demandaría.
AT&T en cambio piensa llegar hasta las últimas consecuencias en una demanda interpuesta hoy en San Francisco contra LG, Samsung, Chunghua, AU Optronics y otras firmas quienes formaron un cartel internacional ilegal para restringir la competencia e inflar artificialmente el precio de los LCD entre el 1 de enero de 1996 y el 11 de diciembre del 2006. (estoy repitiendo lo que dijo AT&T solamente, no la tomen contra mí).
AT&T no fabrica celulares, asi que ¿Por dónde le hace daño que los precios de la pantalla LCD haya sido inflado? Bueno, según dicen ellos -y tienen razón- ellos venden equipos subsidiados, por lo que el precio inflado no se traspasa al consumidor sino que disminuye el margen del operador.
Ahora bien, es evidente que si estas empresas se pusieron de acuerdo para inflar el precio de los LCD ese acuerdo no afectó sólo a las pantallas de celulares sino a monitores, televisores, relojes de pulsera, consolas portátiles, PDAs, smartphones, reproductores multimedia y lo que se les ocurra. Eso significa que si a AT&T le va bien con su demanda, va a haber una fila de un kilómetro de fabricantes esperando para demandar a Samsung, LG y sus cómplices presuntos.
Si alguien de LG y Samsung quiere contratarme me ofrezco a defenderlos con un argumento irrefutable: el 1 de enero de 1996 nadie se puede haber puesto de acuerdo en nada, era el día de año nuevo y todos estábamos medio vegetales.
