Si, me encanta que me roben
La policía mexicana allanó las oficinas de Sony Music en el DF, incautando 6400 ejemplares del nuevo disco de Alejandro Fernandez.
El disco se llamará o llamaría “Diferente“. Se anunció su venta para el 15 de septiembre e incluye 12 canciones rancheras de compositores como Indalecio Ramírez, Federico Méndez, Manuel Eduardo Castro, Manuel Monterrosas, Roberto Cantoral, Alfredo Gil, y Manuel Eduardo Toscano.
El problema, y he aquí por qué llegó la policía, es que Alejandro Fernandez firmó un contrato con Sony Music para grabar 7 discos, cumplidos los cuales se fue al sello Universal. De su paso por Sony quedaron canciones grabadas que no se incluyeron en ninguno de los discos, y Sony se avivó sacando un octavo disco sin autorización de Fernandez, quien argumenta que él cumplió con su contrato de 7 discos y que el resto de las canciones le pertenece, lo cual me parece harto razonable.
Saquemos cuentas: Jammie Thomas fue demandada por la RIAA y condenada a una indemnización de USD 220.000 por compartir 24 canciones. Eso nos da USD 9.250 por canción.
Si Sony Music distribuyó ilegalmente material ajeno (luego, lo compartió y encima con fines de lucro) debiera ser sometido a la misma condena. 6400 discos, a 12 canciones por disco y 9.250 dólares por canción, estamos hablando de más de 700 millones de dólares. Lo justo es justo.
Link: Copyright Troubles For Sony (Slashdot)