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Es oficial: Microsoft y Yahoo cierran acuerdo

Esta mañana se firmó un acuerdo entre Yahoo y Microsoft que involucra el uso de Microsoft Bing como algoritmo de búsqueda y una fuerza de venta compartida.

Me atrevería a decir que la teleserie (o culebrón) de Microsoft y Yahoo es de los más largos que me ha tocado ver y, al igual que cuando en TV los guionistas alargan durante meses y años algo que ya no tiene sabor, pasó que el desenlace ocurrió un día cualquiera y sin generar expectación alguna: recién anoche algunos medios electrónicos consignaron la “inminencia del acuerdo”, un concepto que de por sí ya nadie tomaba muy en serio.

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Pero bueno, después de 18 meses de teleserie, he aquí lo bonito del rubro Web:  el panorama puede cambiar de la noche a la mañana. Literalmente.

Carol Bartz y Steve Ballmer

Los términos del acuerdo son los siguientes:

  1. El acuerdo tendrá validez por 10 años (o el fin del mundo, lo que ocurra primero)
  2. Microsoft adquiere, mediante este acuerdo, una licencia exclusiva para usar el núcleo del motor de búsqueda de Yahoo e integrarlo a sus plataformas existentes. Esto significa más o menos que si lo desea, Microsoft podrá enriquecer Bing usando tecnología Yahoo, o bien desechar absolutamente el motor Yahoo.
  3. Por su parte, Microsoft Bing será el algoritmo de búsqueda exclusivo para todos los sitios Yahoo, aunque Yahoo seguirá usando su propia tecnología en tareas que no sean de búsqueda (como el despliegue contextual de publicidad).
  4. Yahoo! se convierte en la fuerza de venta premium para ambas compañías a nivel mundial, mientras que el negocio no-premium (léase, los avisos más simplecitos) se ofrecerán a través e Microsoft Adcenter.
  5. Ambas compañías mantendrán separados sus negocios publicitarios y la fuerza de venta asociada a ellos, lo cual no tengo idea cómo se condice con lo anterior pero hey, tampoco me quita el sueño.
  6. Yahoo! continuará trabajando en mejorar e innovar la interfaz de usuario en los sitios de su red, Microsoft sólo pone el algoritmo tras bambalinas.
  7. Microsoft compensará a Yahoo! mediante una repartija de los ingresos generados en sitios de Yahoo. ¿Qué porcentaje se lleva cada uno? Durante los primeros 5 años, es un 88% para Yahoo!, y luego irá bajando gradualmente. Pero, además, Microsoft ha ofrecido un ingreso mínimo garantizado, el cual tiene validez  durante los primeros 18 meses en que se implemente el sistema en cada país. La implantación no se hará globalmente al mismo tiempo y el ingreso garantizado cambia según el país.
  8. Según Yahoo, anualmente este acuerdo le significará aumentar sus ingresos operativos en unos USD 500 millones, mientras que ahorrarán unos USD 200 millones en costos de capital.

Lo anterior sale de sendos webcasts realizados tanto por Ballmer como por Carol Bartz, que les presentamos a continuación:

Según el programa piloto de reconocimiento facial de CHW, Ballmer sería el del segundo video. Nunca he sido buen fisonomista pero supongamos que tienen razón.

Ahora bien, me divierte un poco el que esta gente sea incapaz de promocionar un acuerdo o servicio sin mencionar a Google aunque sea para criticar su monopolio de facto. Ciertamente, si Google tiene casi el 70% del mercado de búsquedas web, para los avisadores es más atractivo que el segundo lugar sea lo más fuerte posible en vez de un conjunto atomizado de motores con muy poca participación pero uno ya empieza a pensar que Ballmer sufre pesadillas con Google.

¿Y cómo queda el panorama ahora?

Hay cuatro aristas que me llaman la atención en este sentido. Primero, la redistribución del mercado de las búsquedas web. Según Nielsen Ratings, en mayo 2009 Google tuvo 136 millones de usuarios únicos en los Estados Unidos, contra 41 millones de Microsoft y 67 millones de Yahoo.  Ahora bien, según el Departamento de Matemáticas de CHW, 41+67 es aproximadamente 107 (no son muy brillantes), por lo que ni siquiera unidos le hacen el peso a Google. OK, eso es cierto, pero también es cierto que Bing ha ido tomando vuelo y se proyecta mejor que el buscador Microsoft Live Search.

Por la contraparte, nadie puede asegurar que la unión de Microsoft y Yahoo conseguirá capturar la suma de sus respectivas participaciones, siempre es posible que parte de los usuarios de uno y otro les den la espalda en desacuerdo por su alianza.  Finalmente, puede que los 136 millones de usuarios únicos de Google generen miles de impresiones cada uno, mientras los usuarios de MS y Yahoo busquen acaso una vez al mes. También puede ocurrir el caso contrario obviamente, pero los usuarios únicos no necesariamente son un indicador del tráfico bruto contabilizado en búsquedas mensuales.

Pero eso es sólo una arista. Otra arista es el negocio publicitario. Verán, en este minuto Google, con sus programas complementarios Adsense y Adwords cubren todo el espectro del negocio:  cualquiera puede crearse una cuenta Google Adwords y si quiere pagar por eso, tiene cientos de millones de sitios web que Google maneja en su inventario de Google Adsense.  Este negocio está muy bien, claro, pero es un modelo que sólo puede crecer extensivamente y no intensivamente, puesto que no hay mucho valor agregado en que su aviso salga en un cuadrado blanco al lado de otros avisos iguales a cualquier otro aviso.  Se vende por volumen y como es barato, funciona.

Por el contrario, en lo que son avisos premium hay todavía mucho paño por cortar. Las grandes corporaciones todavía no le han sacado el jugo a la publicidad web, en el sentido de diseñar campañas todavía más llamativas, más interactivas e integradas con los espacios donde se muestran. Eso de disfrazar un sitio web con la imaginería de una campaña es un servicio personalizado, que mueve mucha plata y que está en pañales. Cuando las marcas que otrora nos han deleitado con los comerciales televisivos más elaborados -pensemos en Coca Cola, por ejemplo- empiecen a gastar en serio en este rubro, una fuerza de venta premium puede pesar más que el tráfico bruto.

Tercera arista: con todo lo que grita, con su cara de loco, con su pelada sudorosa y su fama de mal carácter, con todo lo que quieran criticarle a Steve Ballmer, al sellar este acuerdo el actual CEO de Microsoft se gradúa como líder y forjador de acuerdos. Si bien este señor asumió el mando ejecutivo cuando Bill Gates seguía activo, no fue sino hasta que el fundador se retiró que la empresa empezó a evidenciar con mayor trasparencia el ímpetu del nuevo mandamás.

La era de Bill Gates fue la era de un computín que, pese a tener buen ojo, ser astuto y todo o que quieran, seguía siendo un computín, un nerd glorificado que todos imaginábamos detrás de un teclado y no de una chequera, mientras que Ballmer es el caso contrario. En lo anterior no hay nada de malo, porque Ballmer representa el nuevo carácter de Microsoft. Después de 25 años de crecer creando cosas -algunas sospechosamente inspiradas en OS/2, MacOS y Linux, claro- a lo mejor a la empresa ahora le toca crecer menos pero consolidar más, y una manera de consolidar su posición es con estas alianzas.

Finalmente, la cuarta arista es la directiva de Yahoo. Esta empresa ha tenido 3 CEO en dos años, empezando por el defenestrado Terry Semel, que salió por que bajo su mando la empresa tenía resultados mediocres, siguiendo por Jerry Yang que no sólo no logró revertir la tendencia de la era Semel sino que al negarse al acuerdo con Microsoft metió a la empresa en una destructiva guerra de poderes, una caída sostenida en la bolsa y en general un caos que sólo se ordenó un poco cuando salió y Carol Bartz asumió el puesto. Esta señora llegó sin mucha fanfarria, pero con seriedad y un objetivo claro, logró lo que Carl Icahn, con su guerra frontal no pudo conseguir: darle a la empresa un camino sustentable aunque sea de la mano de Microsoft.

Al final, hay muchas lecciones que aprender y en los años venideros este caso se enseñará en las universidades para ejemplificar las complejas negociaciones que hay detrás de las fusiones, adquisiciones, joint ventures y revenue sharings, pero yo en cambio me quedo con otra sensación: tanto Gates como Yang son fundadores, saben del apartado técnico y constituyen el corazón de las empresas que crearon, pero no se negocia con el corazón sino con el cerebro. Los CEOs que hoy guían las compañías a lo mejor lo hacen sin poner el corazón en su tarea, pero basta con que pongan la cabeza y la mantengan fría para avanzar incluso en tiempos de crisis.

Fuentes:

PCWorld

SearchEngine Land

Googlesystem

GigaOM

Financial Times

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