Y Apple hace la vista gorda
Como el lector sabrá, Apple tiene una serie de APIs autorizadas para que los desarrolladores generen aplicaciones para sus aparatos, las cuales son ofrecidas al público a través del famoso App Store. Si una aplicación resulta estar usando o haber usado un API truculento, alternativo o prohibido ésta rápidamente es sacada del catálogo y Apple ha sido enfático en que no tiene por qué dar explicaciones al respecto.
Específicamente, el API que utiliza da acceso a un sensor de proximidad como para saber cuando la persona sostiene el iPhone frente a sí para declarar una frase de búsqueda. Otras aplicaciones que usaron ese API fueron retiradas del App Store, y sin embargo Google parece estar por encima del reglamento que corre para desarrolladores independientes.
No somos nadie como para decirle a Apple a quien dejar y a quien retirar del App Store, pero hacer esta clase de excepciones definitivamente desmoraliza a los desarrolladores más pequeños.
