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La ética en la informática

CHW es un medio electrónico que cuenta, entre sus lectores, a muchos programadores, encargados de laboratorios,  administradores de sistema y/o bases de datos de todos los rincones de américa latina. Para todos ellos,  este es quizá un pequeño ensayo o reflexión personal sobre aquellas actividades.

La primera duda existencial que aparece cuando hablamos de ética es la diferenciación entre la ética y la moral. Según la definición estricta descrita en la RAE, la ética se puede definir como:

1.- Perteneciente o relativo a la ética.
2.- Recto, conforme a la moral.
3.- Persona que estudia o enseña moral.
4.- Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
5.- Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Ética profesional

Aunque todas las definiciones son válidas, consideraremos para este artículo sólo el punto 3 y 5: Aquellas que interrelacionan la ética con el estudio de lo moral y aquella que relaciona la ética con las normas morales y la enlaza con la ética profesional. A través del artículo sólo hablaré sobre la ética teniendo en cuenta estos dos conceptos.

Ahora que ya tenemos listo la introducción y de qué aspecto de la ética vamos a hablar (los humanistas sabrán que la ética en general es bastante amplia), vamos al grano:
Uno de los puntos que más claro me quedó al pensar sobre el tema, fue que la información hace al informático. El informático/a es la persona que es capaz de mantener, actualizar, organizar, borrar y en general administrar la información; tan vital para empresas, instituciones y otros para que se puedan tomar las decisiones correctas en el momento correcto. Asimismo, el informático sabrá cuando el usuario se mete a páginas de dudosa reputación o cuando está ingresando facturas al sistema de la empresa. Discúlpenme que cite a un vil personaje de comic, pero la descripción de esta tarea no pude calzar mejor: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad«.

Hace algunas semanas atrás, mirando una comedia inglesa llamada The IT Crowd me pude dar cuenta de algo que lamentablemente ocurre muy a menudo y que la serie retrata bastante bien: El informático es visto muchas veces como un mal necesario: una persona a la cual se le paga poco y mal, teniendo que hacer una lista tremenda de cosas durante el día sin reconocérsele recompensa alguna. Pensando en esto mismo, ¿sería posible que esto facilitaría las cosas para la «fuga» de información?
Dependiendo del punto de vista, es altamente probable. Imaginemos la siguiente situación:
Un informático X trabaja todo el día en un sistema para una empresa. Se le paga un poco más que el sueldo mínimo (sin contrato, sólo boleteando) y lo tiran en una oficina improvisada que suele hacer las veces de bodega de aseo. El trato es malo, y aparte del sistema que tendría que haber estado listo el mes pasado (según el jefe es sólo mostrar algunas cosas), no ha podido enfocarse bien en progresar ya que tiene que reparar desde celulares a servidores, pasando también por televisores e impresoras.
Un día a la salida del trabajo, lo contacta un señor Y que le dice que le ofrece un contrato, un buen sueldo, notebook personal pagado por la empresa y para finalizar, el computador de sus sueños con dos monitores LCD de 40” (En la mejor onda Swordfish), PERO a cambio tiene que entregar la base de datos de la empresa donde está trabajando actualmente.
Claro, lo primero que uno pensaría es que es antiético entregar la base de datos, pero por otro lado… ¿no es antiético también el ambiente de trabajo actual? El resumen: «¿Mal necesario o demasiado necesario?»

El siguiente punto tal vez no entre en la categoría del estudio de la moral, pero sí es una anécdota de la vida real y a su vez el resumen de este «ejemplo» es fundamental para conocer otro aspecto que podría llegar a influir en la ética del informático.
Un amigo mío (informático) que trabajaba para una constructora estaba en alguna actividad X cuando lo llama el gerente general. Éste le dijo si acaso podía averiguar quién había impreso algo. Inocentemente, mi amigo le dijo que si. Fue en ese momento cuando el gerente general le encomendó la tarea de averiguar quién había estado imprimiendo libros de historia de la música, ya que nada tenían que ver con el rubro ni el trabajo de la empresa.
Rápidamente, se consultó en la impresora quién había estado enviando estos libros, y resultó ser el gerente del departamento de arquitectura. Este hecho ya empezaba a ser un poco extraño así que mi amigo informático decidió ir a conversar con esta persona antes de hablar con el gerente general. Al plantearle la pregunta, la respuesta fue categórica: «¿Y cómo quieres que le ponga los nombres a las más de 50 calles si de música no tengo ni idea?» En breve: no podía estar más cerca del trabajo propio de la constructora ya que una de sus tareas es justamente ponerle nombre a las calles y la imaginación no es infinita a pesar de que los niños digan lo contrario.
¿Moraleja? «No todo es lo que parece«.

Aunque el tema podría dar para mucho (Y de hecho, creo que quedaré con gusto a poco), la idea es mantenerlo corto justamente para no aburrir la lectura, y por lo mismo; me gustaría tocar un punto más que en lo personal, considero quizás el más importante.
Hace algún tiempo atrás, trabajando en la empresa privada, se declaró una emergencia de proporciones. Por primera vez en años, se había colgado el servidor de correo a las 11AM, (pleno horario de oficina) en un día que no prometía ser relajado: fin de mes y día lunes. Entre darnos cuenta de que el sistema de mails estaba abajo y reiniciar el servidor recibimos la temible llamada del peor número posible dentro de una empresa: el Gerente General; the Big Boss en persona.
Por supuesto que esa llamada no era para felicitar a los informáticos, y para hacer el cuento corto: después de arreglado el problema, quería un informe detallado de qué había pasado.
Indagando sobre las posibles causas, encontramos algo curioso: alguien de los puestos altos había mandado un video de dudosa procedencia de casi 100MB. Ningún problema, siempre y cuando no le hubiese mandado una copia a 50 contactos dentro de la misma empresa, resultando en una falta de espacio, tanto de disco duro como de RAM.
Y es aquí donde entra la ética: ¿debíamos revelar quién había sido el culpable y por qué, o mejor nos quedábamos callados, aludiendo al hecho de que no se podía saber a ciencia cierta qué había pasado? Nota para aquellos curiosos: empleamos la segunda opción. «Saber cómo ocupar la información disponible«.

A través de la presente noticia, he ido recalcando «resúmenes» o ciertas ideas principales que se pueden extraer de los relatos, las enseñanzas que nos pueden dejar:

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: Querámoslo o no, el informático tiene información, e información en este mundo globalizado conlleva necesariamente poder. Sin embargo, hay que actuar responsablemente.

No todo es lo que parece: A pesar de que el informático trabaja con muchos números a veces las cosas no son lo que parecen ser a primera vist
a. Generalmente existe una razón fuerte detrás y uno como informático tiene que tener claro todos los puntos de vista.

¿Mal necesario o demasiado necesario?: Hasta el día de hoy, la informática es vista como el departamento que más dinero gasta: se pide plata para servidores nuevos, pero a su vez se reclama porque el sistema está demasiado lento. Cuando existen pequeñas mejoras, éstas no son suficientes debido a que la intención original dista mucho de la situación que finalmente se logró, y aunque el informático no lo hizo como una forma de satisfacción personal, sino para solucionar una necesidad de la empresa, muchas veces se corta el presupuesto porque simplemente “no lo justifica”.

Saber cómo ocupar la información disponible: Es tal vez el punto más importante, y que de alguna u otra forma, se interrelaciona junto con las demás. Al respecto, dos dilemas éticos que se me vienen a la cabeza de forma inmediata:
1. Si la gerencia sabe que el informático lo controla todo, lo más probable es que se pidan informes periódicos sobre la actividad en la red.
2. Esto lógicamente viola la privacidad de las personas. Se sabe que un trabajador feliz produce más en un ambiente grato donde se le puedan dar ciertas ventajas como el hecho de poder navegar libremente a través de la red.

Como último punto, usted, querido lector… ¿Ha estado en alguno de estas situaciones antes? ¿Ha tenido alguna vez algún debacle ético en su trabajo diario? Por supuesto que nuestra intención no es juzgarlo ni apiedrarle, pero nos gustaría conocer su opinión; para ello; puede comentar esta noticia haciendo click en este link

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