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Chrome: Un lobo disfrazado de oveja

No todos los días nace un nuevo navegador para Internet y menos de uno de los lideres del mercado. Google ya no es un buscador sino una poderosa casa de servicios y software destinadas a ayudar a los usuarios. ¿O estamos equivocados?

No hace mucho que mostraba un posible escenario en el que Google con su poder, podría ser protagonista de una interesante teoría de conspiración basada en el hecho de que esta empresa, cayendo en las manos equivocadas y gracias a toda la información que ella recolecta, se aprovechara de toda la información privada que a cada rato le regalamos.

Justo antes de su cumpleaños número 10, Google decidió hacer todo lo posible para no sacudirse la fama que se ha ganado recientemente como una empresa a la cual hay que tenerle mucho cuidado. Esto lo hizo por medio del lanzamiento de su muy publicitado navegador Google Chrome.

Antes de entrar en los aspectos preocupantes sobre Chrome, es necesario mostrar cómo este programa, disfrazado con piel de oveja resulta ser muy atractivo. Siendo que el navegador está absolutamente inventado hace ya varios años, resulto muy interesante como con pequeños toques cosméticos (que realmente son mejoras profundas con respecto a cómo estos son diseñados) y mucho trabajo en los componentes funcionales de Chrome se llegase a un navegador que efectivamente se siente como si le hubieran quitado varios años de encima a esta herramienta.

Centrándose en las pestañas como elemento funcional principal del diseño, en conjunto con una única barra para navegación, búsqueda, favoritos e historial (Omnibar como la llama Google), el navegador se ve increíblemente sencillo de usar, pero en su interfaz minimalista se esconden conceptos muy poderosos. Uno de ellos es el hecho de que el usuario no se centre en buscar donde esta lo que quiere sino que el navegador lo encuentre por sí mismo.

Por otra parte, Google es una empresa que pone mucho énfasis en desarrollar aplicaciones web y conceptos tan simples como crear accesos directos a dichas aplicaciones, muestra como independientemente de que haya tomado a muchos por sorpresa la aparición de Chrome, este paso era lógico para Google, pues a fin de cuentas el “sistema operativo” con el cual operan la mayoría de sus productos es el navegador.

La arquitectura del navegador está pensada para aprovechar el hardware de la actualidad. Al comprender un poco sobre ella, es fácil ver cómo le pesan los años a los demás navegadores. Pensado en nuestros computadores con amplias capacidades para realizar múltiples tareas, Chrome emplea una arquitectura que es capaz de sacarle provecho a estas haciendo que cada pestaña corra en su propio proceso.

La queja más común que se ha recibido al respecto de esto es que es más ineficiente este navegador pues consume más memoria que la mayoría de sus competidores. Sin embargo, es el único capaz de soltar dicha memoria una vez que se cierre la pestaña. Una prueba en Anandtech demostró que al cargar cuatro sitios (Anandtech, Digg, Google Docs y Facebook), el que más consumía memoria era Chrome con 105MB a comparación de los 87MB consumidos por Firefox. Sin embargo después de cerrar tres pestañas, dejando abierto solo una página, el consumo de Chrome bajó a 38MB a comparación de la disminución de apenas 17MB por parte de Firefox. Viendo esto, es claro que Google ve más a su navegador como una maquina virtual la cual debe funcionar de forma eficiente para no hacer decaer el rendimiento del computador. Ciertamente esta mentalidad es muy acertada y es un paso en la dirección correcta para hacer de los navegadores herramientas aun más poderosas.

Este breve resumen muestra algunas de las virtudes de Chrome y por qué es un salto sustancial en innovación en cuanto a navegadores se refiere. Sin duda, comenzar de cero en esta era de aplicaciones web dinámicas es lo que favorece a Google. Sin embargo, este artículo no comenzó con una nota positiva con respecto a su lanzamiento y por eso, dejando de lado esta faceta sin duda interesante, se debe hacer un análisis crítico a las graves decisiones que ha tomado Google y que se ven reflejadas en Chrome.

A poco tiempo del lanzamiento de Chrome, hubo un gran revuelo en internet debido a que el EULA del navegador tenia clausulas muy poco amigables, siendo la más mencionada la siguiente: “Al enviar, publicar o mostrar el contenido usted le da a Google una licencia perpetua, irrevocable, mundial, sin regalías y sin exclusividad para reproducir, adaptar, modificar, traducir, publicar, presentar, mostrar en público y distribuir el contenido que usted envié, publique o muestre dentro o a través de los servicios. Esta licencia es solo para el propósito de permitir a Google mostrar, distribuir y promover los servicios y puede ser revocada para ciertos servicios tal como son definidos en los términos adicionales de esos servicios.”

Es cierto que posterior a este descubrimiento portavoces de Google dijeron que simplemente usaron un EULA genérico y que debido a que Chrome es software libre, éste queda prácticamente invalidado por la licencia BSD con la cual fue liberado el código. Sin embargo, esta noticia despertó a muchos a darse cuenta que varios de los servicios de la empresa operan bajo los términos anteriormente descritos, algo que sin dudas es escalofriante, especialmente para empresas que operan con Google Apps, donde dicho apartado es válido. La pregunta obvia es ¿habría Google cambiado los términos de la licencia si no hubiera sido tan publicitada esta noticia?

Concentrándose en algo que actualmente tiene si tiene Chrome y Google lo confirma, es el hecho de que su famosa barra multifacética Omnibar se puede considerar como spyware…y de los peores. Resulta ser, que al escribir una letra, palabra o frase en dicha barra, la información es transmitida a los servidores de Google para que su motor busque posibles resultados útiles para el usuario. Hasta ahí todo va bien, de hecho muchos navegadores tienen esta funcionalidad en su barra de búsqueda. Ahí precisamente viene el primer problema, Chrome solo tiene una barra para poner direcciones y buscar en los favoritos, historial y Google, con ello no hay forma de optar por una navegación segura sin deshabilitar la búsqueda.

Pero esta barra resulta ser más siniestra todavía, pues Google le reconoció a CNET que ellos piensan almacenar el 2% de la información que se escriba en dicha barra…CON SU RESPECTIVA IP. No se ustedes, pero si no es porque este navegador es hecho por la gran G, todo antivirus reconocería esto como un keylogger.

Para hacer este problema más complejo, Google le acaba de dar una brillante idea empresas establecidas como Apple y Microsoft para explotar esta “innovación” en sus respectivos navegadores, esto sin contar quien sabe cuántos programas maliciosos que puedan hacer uso de esta función o implementarla en otros navegadores.

Pensando en lo planteado en la columna mencionada al principio de este escrito, pareciese ser que los pronósticos de hacer que Google y otras empresas violen nuestra privacidad es más real de lo que aparenta. Como van las cosas y con la poca oposición que tienen este tipo de prácticas por parte de la gente encargada de regularlas, no es difícil pensar en un futuro en el cual la violación de la privacidad de forma muy explícita
este activada por defecto en el software que usamos. Por mi parte, Chrome podrá ser muy innovador pero un software así no tiene cabida en el pequeño rincón de privacidad que intento defender, no por tener algo que esconder, sino porque no quiero compartir con extraños lo que siento, tengo, creo, hago o dejo de hacer.

 

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