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Tutorial W: Preguntando (y reservando a la fuerza) por un iPhone 3G en Claro

Hemos recibido varios comentarios de nuestros usuarios contándonos de las peripecias que han vivido estos últimas 48 horas tratando de conseguir a la niña bonita de Apple que tan solo hace pocas horas hizo su desembarco oficial en el país. Pero, esta vez, quise tomar la iniciativa yo y enterarme de primera fuente cuales son los requisitos de Claro Chile para tener entre las manos al iPhone 3G.

Esta tarde acudí a un distribuidor autorizado en el sector de las torres de Av. Carlos Antúnez, en Providencia, luego de recibir este correo electrónico en mi casilla anoche. Para que se hagan una idea, me inscribí en el formulario apenas lo dimos a conocer en FW, y jamás me tocó contestar los llamados que muchos si recibieron durante el jueves.

Al llegar allá, pregunté por el bendito aparato. Una amable vendedora me consultó si me había inscrito y le respondí que sí, y me pidió mi cédula de identidad. Creí que ingresaría mis datos en un sistema para corroborarlo o verificar mis datos, pero la chica me comenzó a narrar las características del plan más conveniente — CLP$32.490 por 400 minutos libres, 200 SMS y 400MB en tráfico + CLP$59.900 por el equipo de 8GB.

Luego de eso, me preguntó si tenía cuenta corriente y si andaba con la chequera. A ver, un momento, señores: Yo le entregué a Claro mi número de tarjeta de crédito hace casi dos meses (en un formulario no seguro) por una sola razón. ¿No me llamaron, estoy inscrito, entregué un número sensible que permite verificar mi información financiera… y ahora tengo que acreditar de nuevo que (sí) tengo plata? ¿La inscripción, entonces, no sirvió para nada?

Asi que no, señor. Dije la verdad — no uso la chequera — y me resistí a entregar mi tarjeta de crédito, por lo que dejé mi nombre y un número de teléfono falso para evitarme molestias. Pero mientras todo estro ocurría, otra chica fotocopiaba mi CI en una multifuncional para “dejarlo reservado”. Otra vez, sorpresa.

Prácticamente, luego de ese momento, me vi con la máquina encima y salir se me hizo prácticamente imposible. Las vendedoras, una a cada lado, me señalaron que tenían 40 iPhones en la sucursal, 30 de los cuales ya habían sido confirmados por los clientes interesados (los que no habían entregado hoy por “fallas en el sistema”, ojo), y otros 10 para gente “como yo”, que pudiese entrar a preguntar por el dispositivo.

Mientras, en un abrir y cerrar de ojos me habían sacado la información financiera de DICOM y ya estaban los contratos de cargo a la cuenta corriente mensual, de prestación de servicio de telefónía móvil pública, el de arriendo de equipos y el especial para el iPhone sobre la mesa. Al lado, el lápiz y la tinta indeleble, listos para actuar. Y yo solo entré porque quería saber si habían equipos.

Me preguntaron donde vivía, para saber cuanto me demoraba en ir a buscar lo que ellas necesitaban — un cheque o la tarjeta de crédito — y ahí les dije que no firmaría nada aún. Entonces, las vendedoras me dijeron que me fuera tranquilo (?) y que, si todo salía bien, podía tener el iDiota esta misma tarde o mañana después del mediodía. Me pidieron el teléfono de la casa (ya tenían mi celular falso) y me dijeron, antes de salir del local, que me llamarían en una hora y media más para pedirme la serie de uno de mis cheques y… ¡el código de confirmación de la inscripción!

Me despedí y me fui del local limpiándome el dedo de la tinta del dedo pulgar, el que no puse en ninguno de los contratos.

Eso fue demasiado agresivo, y punto. Ojalá que no les pase a ustedes, y tengan una buena experiencia. No quise pasar a ver que pasaba con otro distribuidor — los que hoy y mañana estarán abiertos prácticamente todo el día — por miedo a que ocurriera otra vez lo mismo. Les recomiendo entonces, a título personal, que si quieren llevarse el superteléfonohipermegacondobletocinoypapasfritas de Apple en la compañía del globo rojo, háganlo directamente en las oficinas de la operadora y, por favor, tengan en cuenta lo siguiente:

  1. La cuenta te va a ser cargada directamente en la tarjeta de crédito o en la cuenta corriente. No la vas a poder pagar con los métodos tradicionales (Centros de Atención Claro, Distribuidores, Servipag, Sencillito, etcétera).
  2. El pago del equipo es inmediato. No se acepta efectivo; sólo tarjeta de crédito, tarjetas de débito (Redcompra) o cheque personalizado.
  3. Si no tienes cuenta corriente, te van a pedir que lleves dos acreditaciones: una, que eres trabajador dependiente (tus tres últimas liquidaciones de sueldo y seis de la AFP); la otra, es que debes llevar una cuenta de algún servicio básico, para acreditar donde vives.

Eso. Y ojo, mucho ojo.

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