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Windows Vista: Bailando con la fea

Como les habíamos comentado antes, Microsoft cree que la solución para mejorar la imagen que tiene Vista es por medio de una campaña de marketing. ¿Es acaso esto, junto con el lanzamiento del SP1, razones suficientes para que de una vez y por todas se acallen las críticas a este sistema operativo?

Antes que nada, debo aclarar una cosa, desde aproximadamente Marzo de 1995 soy beta tester oficial de sistemas operativos de Microsoft. Ha sido una de las experiencias más entretenidas que he tenido y me ha permitido saber de primera mano hacia dónde van los desarrollos de la empresa hacia el futuro sin necesidad de leerlos en alguna publicación. A través de todos estos años he desarrollado una paciencia infinita para convivir constantemente con un computador que vive en un estado de prueba continuo.

Antes de que recibiera el primer beta de Windows Vista, la verdad no tenía ningún patrón de referencia de lo que hacía esta nueva versión de sistema operativo como para considerarlo un cambio indispensable,  algo que la gente debiese tener. Vista lo cambio todo. Muchos han medido y comparado su experiencia en Windows Vista con la experiencia en sistemas operativos anteriores en términos de rendimiento, compatibilidad y estabilidad. Para mí, el patrón de referencia fue mucho más simple, pero me costó entender porqué lo sentía así.

Mi metodología para probar cada copia de Windows en estado beta ha sido convertirlo en mi  sistema operativo principal. Siempre mantengo, claro, una instalación segura con la versión estable de Windows para todas aquellas veces en que el software, por su condición de beta, no me permite cumplir ciertas tareas vitales, pero en general intento asumir el desafío de prescindir de la versión estable con todos los problemas que ello conlleva. Por poner un ejemplo, recuerdo una vez en que me toco despertar a un amigo para que me imprimiera un trabajo del colegio que debía entregar a primera hora el día siguiente, pues un bug del beta de Windows 95 -que a la sazón me encontraba probando- no me permitía imprimir un archivo ni si quiera en Notepad alegando falta de  memoria.

Con todo ello, siempre opté por lograr que la mayoría de mi tiempo la pasase en la versión beta del momento. Cuando recibí el primer beta de Windows Vista, me sorprendí haciendo justamente lo contrario, evitando y postergando su uso tanto como me fuera posible.

Me costó mucho entender por qué este sistema operativo no me lograba agradar, pero después de obligarme durante un mes a usarlo, junto con leer mucha información en Internet, logré sacar algunas conclusiones para racionalizar este sentimiento que ha afectado la imagen de Vista desde su lanzamiento:

  1. Diseño de la interfaz y sus elementos inconsistente e incomoda
  2. Ninguna aplicación o característica indispensable con respecto a XP
  3. Excesiva dependencia en el disco duro

Daría para hacer un análisis detallado de cada una de estas razones, pero para evitar que este artículo sea muy largo, solo los menciono de forma muy puntual.

La verdad es que Microsoft siempre se esmeró en cumplir con la optimización de la interfaz precisamente para evitar recibir una enormidad de quejas. Por ejemplo, si recuerdan el salto de la interfaz de Windows 3.11 a la de Windows 95 fue bastante fluida pues supieron mezclar un cambio de interfaz gráfica con la familiaridad de la interfaz anterior. Adicionalmente siempre existía un “mal necesario” que justificara la transición al nuevo SO, esto podía ir desde una interfaz grafica nueva (Windows 95), hasta la consolidación de la arquitectura del sistema operativo (Windows XP).

Finalmente, la excesiva dependencia en el disco duro se puede ver de forma muy fácil sin entrar en detalles técnicos del por qué ello ocurre. La forma más fácil de notarlo es percibir que el disco duro no para de funcionar prácticamente nunca y a un nivel de carga por lo menos moderado (se sienten los cabezales moviéndose por el disco). Una experiencia más avanzada puede obtenerse haciendo la prueba de instalar aplicaciones mientras uno le pide a Windows Media Player que indexe la música en el equipo. En XP el sistema funciona más lento, pero el PC es utilizable, en Vista pareciese que hubiéramos vuelto a los tiempos en que Windows era un sistema de multitarea cooperativa (Windows 3.1) en donde una aplicación mal comportada se tomaba todos los ciclos de CPU y no permitía que se usasen las demás aplicaciones. En efecto, el sistema como un todo se torna inutilizable.

Este punto anterior explica el fenómeno por muchos comentado, en el cual las pruebas de rendimiento comparativo entre XP y Vista dan resultados similares, pero así y todo el equipo con Vista se siente más lento. ¿Cómo puede ocurrir esto?  Aparentemente Microsoft, en su intento por agregar mayor funcionalidad al sistema operativo, olvidó que aun cuando el rendimiento de los CPUs –entre otros componentes- aumentó considerablemente, el de los discos duros no ha variado de forma muy notoria. El resultado es un sistema operativo que a la hora de usarlo en el mundo real nos obliga a disminuir la simultaneidad de las tareas, con el fin de evitar que éstas compitan por el disco duro provocando que el rendimiento percibido decaiga. Todo esto, claro, va muy en contra de la tendencia en sistemas operativos modernos.

Si Vista fuera el modelo 2009 de un auto y XP fuera el mismo modelo pero del año anterior, tendríamos lo siguiente: El modelo 2009 tendría un diseño estético más atractivo pero similar a los de la competencia. Tendría detalles funcionales molestos como la activación de luces direccionales en el sentido contrario de la señalización de viraje.Adicionalmente, el auto tendría un motor de mucha mayor potencia pero con un tercio de la aceleración. Finalmente, la mayoría de los avances significativos del modelo 2009 habrían sido incluidos en una variación posterior del modelo 2008. ¿Qué tantas estrategias de marketing  podrían hacer los concesionarios para vender este modelo 2009? Fuera de ofrecerlo con un fuerte descuento, no mucho.

Algo similar le pasa a Microsoft con Vista. Solo por poner un ejemplo, XP tuvo muchos más problemas de incompatibilidad con hardware que Vista. Además, conto con el triste record de ser extremadamente inseguro en sus inicios. Sin embargo, la interfaz remozada y coherente, junto con el hecho de que por fin Microsoft lanzaba Windows basado en tecnología NT para las masas, fueron razones suficientes para que este fuera altamente demandado desde un principio.

XP maduró lo suficiente, adquirió muchas características nuevas en el camino y estuvo tanto tiempo con nosotros, que hizo que nos acostumbráramos a su comportamiento actual y olvidáramos que la transición en un momento fue difícil. Sin embargo, Vista no trajo razones de peso para ser deseado por las masas que nos hicieran perdonarle los errores típicos de su infancia. Eventualmente nos veremos forzados a cambiar a Vista con el pasar de tiempo pues los programas dejarán de lado el soporte a XP. El tiempo, no las estrategias de marketing consolidarán a Vista pero el recuerdo amargo de su aceptación seguirá rondando a Microsoft por mucho tiempo. Esperemos que esto sea una buena razón para que Windows 7 sea el verdadero digno reemplazante de Windows XP.

 

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