Tarjetas que se hacen llamar GeForce 8800GT hay muchas y todas idénticas entre ellas. Para distinguirse en un mundo de clones, Palit nos invita a degustar su modelo cocinado en casa de esta tarjeta gráfica. Una invitación a relajarse y disfrutar de los placeres del valor agregado.
Ya han pasado cuatro meses desde que tuvimos por primera vez en nuestros laboratorios secretos una GeForce 8800GT y ya es momento de algo nuevo, más renovado, con un desarrollo desde cero para obtener un producto que espera darnos más de una sorpresa.
Nos referimos a la versión cargada de testosterona que diseño Palit de la GeForce 8800GT, para lo cual fue necesario rediseñar la placa de circuito completamente, modificar las fases de poder, colocar 16 chips de memoria GDDR3 y por si fuera poco instalarle un disipador de tamaño doble ranura PCI todo esto respaldado por la calidad que distingue a Palit, el principal socio estratégico de la firma gráfica de Santa Clara, NVIDIA.
Desde los cuarteles centrales de Palit en Hong Kong nuestro siempre tan efectivo escuadrón letal pudo hacerse de una tarjeta de vídeo que promete un gran rendimiento con filtros y a altas resoluciones (siempre y cuando los juegos lo aprovechen). Ahora sin más preámbulos los dejamos con la estrella de esta revisión, la tarjeta de video Palit GeForce 8800GT Super+ 1GB.
