Se sospecha de China
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Dos instalaciones top del programa nuclear de los Estados Unidos, el Oak Ridge National Laboratory (ORNL) en Tennessee y el Los Alamos National Lab en Nuevo México, fueron supuestamente hackeados y aunque no se sabe exactamente qué pudieron haber encontrado u obtenido durante el ataque, al menos ya hay indicios del origen de éste: la República Popular China.
Ahora bien, yo podría ganar acceso a un computador en Ucrania y usarlo para atacar el objetivo de mi elección, y los atacados identificarían el ataque como ucraniano sin serlo. Por lo mismo, no hay seguridad de que sean hackers chinos los autores del asunto.
Averiguando un poco más sobre el incidente, me encontré con que en realidad no hubo tal cosa como hacking. El ingreso no autorizado en realidad fue culpa de funcionarios de los laboratorios, que cayeron en una trampa más vieja que el hilo negro. Me explico: cientos de laboratorios y otras instalaciones de los Estados Unidos han sido bombardeados con correos maliciosos destinados a engañar al receptor y hacerle abrir un troyano. Pues bien, al menos un funcionario de cada laboratorio cayó en la trampa y dejó un virus instalado en su sistema, el cual le abrió las puertas a los hackers para visitar las respectivas bases de datos.
Aparentemente, no se filtró información relativa a los experimentos nucleares, sino que sólo tuvieron acceso a la base en donde se mantienen los datos personales de todas las personas que visitan los laboratorios: nombre completo, número de social security, dirección, teléfono, email. No se a ustedes, pero no me deja nada tranquilo saber que un grupo de hackers tiene ahora un listado con los científicos que se peinan en experimentos nucleares.
Fuente: CNET