Ciencia 101 para abrir la semana
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Tengo que partir aclarando dos puntos: primero, esta es la cuadragésimo novena vez que les contamos sobre un descubrimiento que “podría revolucionar el aspecto X de la informática” y, como ocurre con todos estos descubrimientos, es tremendamente probable que nunca llegue a aplicarse en el plano real. Segundo, mi conocimiento de este tema es superficial y me limitaré a contarles lo que puedo entender de la noticia.
Sucede que el Arizona State University’s Center for Applied Nanoionics (CANi), anunció haber hecho un gran avance hacia lo que un día será la producción de memoria basada en nanotecnología.
Según Michael Kozicki, director de CANi, hay un límite por debajo del cual se vuelve imposible seguir miniaturizando los actuales chips de memoria, lo que en otras palabras implica que, con la tecnología actual, la densidad de memoria no puede superar un cierto límite teórico. Verán, el funcionamiento de la memoria flash se basa en retener electrones en determinada posición de un semiconductor, pero mientras más pequeño el tamaño de estas celdas de posicionamiento, menos electrones pueden ubicarse en ellas, y más difícil de torna leerlos como unos o ceros. En el fondo, la miniaturización nos llevará a un punto en el cual sencillamente no se puede leer de la memoria.
Este problema puede superarse, según CANi, utilizando como moneda de cambio ya no electrones, sino nanoiones. Esta tecnología existe a nivel experimental, pero requiere el uso de materiales caros como la plata, o escasos como el sulfuro de germanio. El descubrimiento anunciado esta semana por CANi permite la construcción de esta clase de circuitos utilizando sencillamente silicio y cobre, dos materiales bastante más comunes.
¿Tendrá este descubrimiento un uso práctico alguna vez? ¿Llegará a usarse a nivel masivo en la construcción de memorias flash? Probablemente no, pero igual vale la pena saber que estas cosas existen.
Fuente: Ars Technica