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Debuta el Kindle: Ebook Reader de Amazon

Así como Howard Hughes se obsesionó con un avión que todos pronosticaron demasiado grande para volar, demasiado caro para tener éxito, y al final cambió la aeronáutica, hoy un visionario como Jeff Bezos presentó lo que según él es la revolución del libro: el Kindle, el primer lector de ebooks que no decepciona.

Ok, pero ¿Quién es Jeff Bezos?

Esto es parecido a lo que le pasaba a Aragorn. Cuando se presentaba diciendo: “Soy Aragorn, hijo de Arathorn” todos deben haberse preguntado ¿Y quién era Arathorn? Bueno, la pregunta es más compleja de lo que parece, porque ni Tolkien se ocupó de inventarle una historia a ese caballero.

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En el caso que nos reune, cuando decimos que el Kindle es el hijo regalón de Jeff Bezos habría que empezar por presentarles al padre.

Jeff Bezos , señoras y señores, es el fundador, CEO, presidente y piedra pilar de Amazon.com , la tienda virtual más grande de la internet, que fue fundada en 1994, logró sobrevivir al reventón de la primera burbuja .com y sobrevive hasta el día de hoy no sólo como tienda, sino plasmada para siempre en los libros de márketing para la posteridad.

Como resultado de su creación, Bezos no solamente acumuló fama de emprendedor, visionario y reputado empresario. Además, a la fecha, está ubicado en el puesto 35 de los hombres más ricos del planeta, con una fortuna personal de 8.700 millones de dólares… algo así como el PIB de Mozambique.

Con esa cantidad de plata en el bolsillo y probablemente una imaginación que nunca se estuvo quieta, Bezos dedicó los últimos tres años a concebir, desarrollar y finalmente presentar a su hijo regalón: el Kindle, que según sus expectativas es la primera verdadera evolución del concepto de libro al menos desde que Gutenberg descubrió el Times New Roman… o eso me han contado.

El hijo regalón de Jeff Bezos

Ya que le tiramos flores al padre, veamos cómo viene el hijo. Para empezar, hay que decir que han pasado muchos meses desde que escuchamos del dispositivo por primera vez. Fueron  meses de prototipos, maquetas, rendereos y mucho bla bla, hasta que Bezos, a través de Amazon, por fin presentó el Kindle, su lector de ebooks que pretende revolucionar la manera en que el ser humano lee libros.

Como todos sabrán, una pantalla de computador no es de lo más amigable para leer, y de entre los dispositivos portátiles no hay mucho donde elegir: esta PDA tiene muy poca pantalla, esta otra tiene mejor pantalla pero poca batería y finalmente aquella casi no se lee en exteriores. Incluso los ebook readers propiamente tales de Sony, Fujitsu y otros han fracasado más que nada por dos razones. Primero, son incómodos de usar (pesados, lentos, poco intuitivos) y segundo, no tienen una manera expedita de conseguir contenido. Pues bien, el invento de Bezos pretende corregir esto.

El Kindle utiliza una tecnología conocida como E Ink, la cual tiene dos ventajas por sobre una pantalla convencional. Primero, se puede leer perfectamente aunque tengas el sol a tu espalda y, segundo, consume mucho menos energía. Por lo que dicen, el Kindle aguanta 30 horas de funcionamiento ininterrumpido, lo cual al menos quintuplica el uso de corrido que puede dársele a un iPhone.

El Kindle tiene un browser experimental, una conexión inalámbrica capaz de descargar RSS, navegar rudimentariamente y, lo más importante, descargar libros de una red llamada Whispernet.

Whispernet funciona sobre una conexión llamada EV-DO (Evolution Data Optimized) que funciona sobre la red celular del proveedor de telefonía Sprint Nextel. Sin embargo, no hay tal cosa como un plan de datos o una tarifa para conectarse a Whispernet, sino tan sólo el precio de cada libro. Según Bezos, si bien este aparato podría ser considerado “El Ipod de los libros”, no hace falta un PC para conectarse, comprar y descargar un título, un proceso que debiera demorar menos de un minuto.

Ahora bien, no se puede compartir los libros que bajas pues vienen con DRM, pero los títulos son baratos (parten 99 centavos) y además el Kindle es capaz de leer libros que tú mismo copies a la tarjeta SD, sea en formato html, mobitext, .txt y .doc. Por otro lado, soporta imagenes gif y jpg, por lo cual también puede usarse para leer comics, aunque considerando que el kindle es en blanco y negro, más que comics sería ideal para leer manga. Si hay un formato que falta ahí, es el PDF, pero bueno, quien sabe si lo incorporan más adelante mediante un nuevo firmware.

Otra gracia del juguete es que los libros soportan hiperlinks y otras características como subrayar, destacar pasajes o escribir comentarios. Sin embargo, el Kindle se trata de leer, no de compartir, por lo que no esperen que traiga una red social para comentar los libros.

Respecto de esto último, Bezos ha hecho incapié en que después de mucho darle vuelta al asunto, el dispositivo ha sido diseñado a propósito para pasar lo más desapercibido posible. Aunque suena un poco sospechoso que alguien te diga: “sí, parece una baratija plástica pero es a propósito”, Bezos defiende que otros aparatos son tan llamativos que terminas siendo incapaz de concentrarte en el contenido y terminas distraído por la máquina. Por el contrario, el Kindle apunta a que dejes de percibirlo, a que después de un rato de uso te olvides de su peso en tu mano (que anda por los 300g, menos que un libro promedio) y  sólo estén tu imaginación, una historia bien escrita, y tú.

Al final, este experimento con aspecto setentero, cuya galería pueden ver aquí, puede ser el más acabado y eficaz lector de ebooks que se haya hecho hasta el momento, aunque a USD 400 probablemente esté muy por encima de lo que la gente realmente está dispuesta a pagar para leer uno, diez o cien libros.

Como siempre cabe concluir cuando nace uno de estos inventos: su devenir no está escrito, y aunque mi impresión inicial es: “feo y caro pero vaya que me gustaría probar uno…” no soy yo, sino la experiencia de miles de geeks lo que determinará su éxito o fracaso.

Leyendo y releyendo lo escrito, me queda una última reflexón, y es la misma con la que Bezos abrió su speech. El libro no sólo no ha pasado de moda, sino que hasta ahora no hay ningún sustituto que lo amenace en el mundo digital. Todo esto es por una sola gran razón que en realidad son muchas razones: el libro, como invento, es perfecto. La información no se borra ni se corrompe, no hace falta esperar a que encienda, ni apagarlo después de usar, no requiere baterías, la navegación es absoutamente intuitiva y, a diferencia de la vida real,  parafraseando al célebre escritor G.K. Chesterton, todo libro puede tener un final feliz. Sólo es cosa de encontrar un pasaje que te guste y abandonar la lectura sintiéndote satisfecho.

Fuentes: Boing Boing, Forbes, TechCrunch, Roughtype.

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