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¿No estaremos consumiendo demasiado?
En general pensamos en la potencia eléctrica como una característica positiva. Mientras más potencia tenga la fuente de nuestro computador, o el aire acondicionado de un Mall, mejor. Pero, ¿nos hemos parado a pensar que nada es gratis?, ¿que más potencia implica la necesidad de más energía que tal vez no tenemos cómo pagar o generar?
El Problema
Junto con estas comodidades de nuestro tiempo, hay muchas otras razones por las cuales el consumo eléctrico actual es mayor que hace 5 años, y hace 5 años mayor que hace 10. Los países progresan, o eso nos quieren hacer creer. El progreso de los países los hace pasar de economías eminentemente agrarias a industriales, y al aumentar el ingreso de las personas, las familias tienden a comprar más y mayores artefactos electrónicos y electrodomésticos.
Uno de los problemas de los artefactos eléctricos es que no sólo gastan energía cuando los usamos sino también cuando los tenemos en Stand By. El consumo en ese estado no es nada despreciable y un estudio reciente hecho en Europa demostró que bajo una aparente inactividad en realidad se esconde un consumo nada despreciable. Aparatos como, por ejemplo, un lavavajillas, consumen en modo Stand By un 80% de lo que consumen en pleno funcionamiento. Tenerlo todo el día Stand By equivale a tenerlo más de 19 horas de corrido lavando platos. Aunque el caso del lavavajillas es extremo, la conclusión del estudio era que un 10% del consumo total de cada hogar se va en mantener los artefactos eléctricos en Stand By en vez de simplemente apagarlos o desenchufarlos.
Hasta aquí, tenemos un claro problema del lado de la demanda por energía eléctrica pero, ¿Qué pasa con la oferta?
Crisis Energética
Aunque en ese momento el problema principal apuntaba a lo vital que el petróleo es para los motores de combustión interna, la generación de electricidad depende en gran parte de recursos no renovables, en donde inciden tanto el petróleo como el gas natural y el carbón. En otras palabras, el peligro de agotar los yacimientos no es quedarse en pana y hacer guerra por la bencina como Mad Max, sino más bien quedarse sin la electricidad que producen las centrales termoeléctricas en todas sus variantes.
El problema es de escala mundial, y recientemente en Estados Unidos han sufrido una serie de apagones porque las centrales de generación eléctrica no están dando abasto para satisfacer la demanda de las ciudades, no tanto porque éstas crezcan o porque viva más gente que antes, sino porque hace algunos años -probablemente, cuando se dimensionaron las centrales- nadie tenía un aparato de Aire Acondicionado en su casa, y ahora cada gringo tiene uno. El brillante presidente Bush ilustró el problema con una de sus geniales frases de preclara inteligencia: “El problema de los apagones se produce por que las centrales no están recibiendo suficiente energía”. En fin, si él no lo entiende, qué quedará para el ciudadano común.
Aunque no hemos llegado al extremo de tener nuestro propio Aire Acondicionado, en Chile no estamos para nada ajenos al problema del abastecimiento eléctrico. Dependemos en gran parte del tan famoso gas que los argentinos nos venden, y el consumo local de energía en Argentina creció tanto que en ocasiones sencillamente se quedan sin excedentes para vender y nos cierran la llave a nosotros.
Las políticas fiscales de los últimos años han seguido una vertiente populista que apunta a congelar las tarifas eléctricas o incluso rebajarlas, con lo cual se da en el gusto a la masa pero se genera un ambiente en donde las empresas de generación de electricidad tienen poca o ninguna voluntad de invertir en nuevas centrales. Por otro lado, los grupos ecológicos ponen tantos problemas en contra de los proyectos de generación hidroeléctrica, que para los inversionistas es menos problema gastar su plata en centrales de ciclo combinado que pueden instalar en la mitad del desierto, pero que a diferencia de usar un recurso renovable como el agua, dependen del combustible fósil.
Los computadores son parte del problema
Uno tendería a suponer que la refinación de las técnicas de manufactura debiera llevarnos a consumir menos energía, no? Si pensamos en un Impala setentero y lo comparamos con un Kia Morning actual uno creería que el mundo se pegó el alcachofazo y dejamos de diseñar mecanismos derrochadores, pero aunque hay algo de cierto en eso, y en el mundo de los CPU ahora tanto AMD como Intel están explotando el concepto de rendimiento por Watt, el ahorro derivado de CPUs algo más eficientes se diluye cuando se conjuga con tarjetas de video que se chupan por sí solas lo que un PC consumía hace 5 años. No estamos exagerando, la próxima generación de Nvidia y ATI estaría consumiendo entre 175 y 200 Watts.
Las principales innovaciones para el ahorro energético en los computadores han sido apreciadas en los laptops. Por un lado la eficiencia de las baterías es notoriamente mayor que en el pasado, y el público está cada vez más dispuesto a pagar un extra por llevarse una mejor batería a la hora de configurar su equipo. Por otro lado, desde que Intel le dió el palo al gato con su Pentium M que la potencia bruta dejó de ser el factor más importante de un equipo portátil y esa condición se desplazó a la eficiencia y duración de la batería. Si los laptops son capaces de sacrificar parte de la potencia bruta para no dispararse en consumo energético, entonces está claro que se puede. Tal vez sea más fácil vender bestias que consumen como una secadora industrial en vez de reeducar a la gente y de paso intentar que los programadores de juegos hagan más con menos, pero insistimos: se puede, y si en vez de tener laptops que sean un remedo de un buen PC de escritorio terminamos con PC de escritorio que sean un remedo de un buen laptop, tal vez hayamos aprendido algo.
Palabras al Cierre
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atenuar un poco el problema, y aunque sabemos que nadie nos hará caso no hay razón para no decirlas.
Por ejemplo, podríamos acostumbrarnos a tener el monitor apagado cuando el PC esté idem… y podríamos extender esa costumbre a todo el conjunto que constituye nuestro PC si enchufamos todo (incluyendo impresora y subwoofer) a una zapatilla con interruptor.
Podríamos poner interruptores en los ventiladores adicionales de nuestro PC y no encenderlos más que cuando jugamos, porque para el uso de ofimática o la navegación web están de más.
Para terminar, queremos decir que este artículo en realidad no pretende ser un análisis profundo del problema, ni proponer soluciones radicales. Nuestro objetivo ha sido más que nada poner el problema en vitrina, arruinarles el desayuno de día lunes a todos con una sana dosis de alarmismo, y poner en la mente de todos este importante tema, ya que a ninguno de nosotros nos gustaría que nos anduvieran con cortes por que hace mucho calor, o porque todos tienen tremendos servidores en cada casa y no tenemos energía para todos, o porque se te quedó prendido el microondas, el hervidor eléctrico, tus tres computadores con mil luces y ventiladores, tus ampolletas de halógeno en toda tu casa, y como si fuera poco tu aire acondicionado. No parece un futuro inmediato en Chile, pero es un futuro, y como bien sabemos, tarde o temprano va a llegar, al menos que tomemos las providencias a tiempo.