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El poder de la imaginación

Esta noticia no necesariamente va en el topic de humor, pero igual me pareció gracioso el contexto.

Un usuario de un juego de rol online en donde se transan bienes raíces, demando a la compañía por cerrarle la cuenta. Es un juicio que puede sentar precedentes acerca de la jurisdicción de la justicia real sobre la tierra virtual.

El poder de la imaginación

Una vez escuché que un sicótico es aquel que construye castillos en el aire, y que un esquizofrénico es aquel que reside en ese castillo. Finalmente, el siquiatra es el que les cobra el permiso de edificación, las contribuciones y el dividendo.

El ejemplo (o chiste fome, como quieran verlo) es válido porque en los 7000 años de civilización humana el espíritu del comercio ha evolucionado desde el trueque de carne de mamut por trigo a la venta de servicios intangibles que ya rayan en lo surrealista.

Por supuesto, todo servicio es en esencia un bien intangible, y por ejemplo en el caso de un guardia de seguridad te está vendiendo algo tan difuso como la probabilidad incrementada de que no te ocurra un robo o asalto. Así de difuso puede ser el tema.

Por otro lado, si vamos a transacciones difusas e intangibles, una de las razones que Martín Lutero esgrimió para mandar al catolicismo a freir monos fué la venta de indulgencias. El noble o burgués ricachón hacía jugosas donaciones a la Iglesia y a cambio sus pecados eran expiados abriéndole las puertas del cielo. Pero hay una diferencia… cuando los ricos compraban indulgencias realmente creían que estaban obteniendo algo a cambio. En el caso de la noticia de hoy, el bien intangible es un terreno virtual cuya calidad de imaginario está fuera de toda duda….

Billetes de metrópoli

El juego Second Life, de propiedad de Linden, es un MMORPG (Massive Multiplayer Online Role Playing Game) en donde puedes hacer de todo tal como se hace en la saga de los SIMS, aunque la gracia es que mientras los SIMS constituyen una experiencia presencial de unos monos que están más cerca de ser tus marionetas que de mandarse solos, en Second Life tu personaje interactúa con gente real que se conecta desde otras partes del mundo. Respecto a las actividades, puedes hacer de todo como dije, pero el juego se centra en la tierra. En otras palabras, la tierra es el bien transable que mueve el juego, y si bien puedes jugar sólo para chatear, la idea central es el mercado de los bienes raíces. Inviertes en tierra, la vendes a través de un leasing, con la plata compras una parcela rural y rezas porque el límite urbano se corra y tu propiedad suba de precio.

Mientras más tierra tienes más negocios haces, y como la tierra en el fondo se la pagas a Linden, tus Linden Dollars, una moneda imaginaria que corre dentro del juego, se refleja también en la cuota mensual que pagas por tener una tierra propia, algo así como el pago de contribuciones de la vida real. Entonces, para el que tiene mucha tierra y consigue arrendársela a otros jugadores, les está ahorrando el pago a Linden, por lo que se ha hecho común que ese arriendo se pague en dinero real. En otras palabras, los Linden Dollars pueden cambiarse a dinero contante y sonante, si sabes cómo invertirlos y arrendar o subarrendar tus propiedades.

Hasta ahí todo bonito… pero resulta que Marc Bragg, un abogado de Pennsylvania, puso una demanda en contra de Linden por haberle suspendido la cuenta. La razón: explotó un bug que le permitió comprar cantidades masivas de tierra virtual.

Bragg dice haber invertido más de 32.000 dólares (reales, no Linden Dólares) para adquirir toda esa tierra, y en sus palabras “esta es la primera vez que se probará la jurisdicción de la ley real sobre una tierra virtual”. Luego agregó: “Linden igual tiene que honrar el contrato de servicio y la ley del consumidor, sin importar que venda un bien intangible y virtual”.

En Linden dicen que resolverán la disputa en el foro correcto, o en otras palabras que la ropa sucia se lava en casa y arreglarán el asunto por vía interna con el usuario, y que llevar el tema a tribunales es inútl porque no hay méritos para demandar.

La cosa es -y esto se lo deben estar preguntando- que Bragg se enriqueció haciendo un chanchullo. El juego tiene un sistema de remates de terreno y Bragg descubrió una manera de manipular la URL del remate para que nadie más pudiera entrar. Lo que hacía, entonces, era poner una oferta inicial y manipular el URL, de manera que se adjudicaba la tierra por la primera y miserable oferta.

En realidad, pensándolo bien, decir que esto es una demanda de la justicia real sobre tierra virtual es una manera interesante de ponerlo, pero en realidad lo que hay detrás de esto es simplemente una disputa sobre a validez de un contrato de servicio entre Linden Labs y uno de sus usuarios, quien reclama la invalidez de la revocación del servicio, nada más. Así lo indicó Joshua Fairfield, un experto legal de la Indiana University Law School.

La cosa es… igual el tema tiene una connotación acrecentada para todos los que frecuentamos alguna clase de juego online, sea Battle.net, Ogame, Lineage o lo que sea… cuando el juego cobra tanta importancia que los recursos, armas y objetos virtuales empiezan a ser transados por ejemplo en Ebay, el tema deja de ser un simple juego y se convierte en una transacción monetaria sujeta a las leyes del mundo real. En ese contexto, ahora hacer trampa en un juego puede costarte el baneo, pero eventualmente podrá costarte una multa y acaso la cárcel.

En todo caso, para que no piensen que estoy divagando, hace algún tiempo en un juego de rol chino tipo Lineage, un tipo vendió en un remate online una espada superpoderosa con death touch, shocking graps, poison y toas las flags, y después que le pagaron se hizo el loco. Esa vez hubo condena en un tribunal real además de la suspensión de la cuenta. Claro que eso era en China y ya sabemos que en ese país se tomas las cosas con seriedad extrema.

Bueno amigos, por ahora ya saben que hacer trampa nunca es bueno, y si la trampa afecta a un juego en donde se mueve plata real… puede que terminen muy mal parados.

Fuente: New Scientist

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