Pensábamos que la compra de Uli por parte de Nvidia, o la de Maxtor por parte de Seagate eran un terremoto para el mercado, pero para esto no estábamos preparados:
Microsoft está comprando ATI, y el panorama cambia completamente.
Tiburón a la Vista, bañista
Desde que Nvidia perdió el contrato para la fabricación del Xbox 360, a manos de ATI, que empezamos a preguntarnos si acaso esto era un indicio de cercanía entre la firma canadiense y el gigante de Redmond.
En ese momento, discutimos sobre cómo ATI, que en el campo de los chipsets había mostrado ser bastante mediocre, tendría que afirmar el pulso para trabajar con Microsoft, y de alguna manera adquirir experiencia en la materia.
Pasó el tiempo y ATI fué sorprendiéndonos una y otra vez con la creación de chipsets bastante meritorios, como fué el RD480, el integrado por excelencia para Athlon 64, y eventualmente le plantó cara a Nvidia creando la tecnología Crossfire, capaz de rivalizar con la exitosa SLI de Nvidia.
Tal parece que tanto mérito le ha rendido frutos, porque Microsoft está comprando el 53% de las acciones de ATI, conservando a la totalidad de la plana ejecutiva y, obviamente, a todo el departamento de R&D.
Con esta maniobra, Microsoft entra al campo de las tarjetas de video y los chipsets, y esto cambia radicalmente el panorama para los demás fabricantes de chipsets y VGA, lo cual equivale a decir que tanto Nvidia como Intel deben estar viendo que el futuro se ha vuelto incierto para competir.
Por lo general, Microsoft se ha caracterizado por ser egoísta cuando uno de sus productos compite con soluciones ajenas. Esto le ha valido más de alguna demanda en tribunales antimonopolios, pero más allá de eso también le ha valido su buenas turradas de plata y la posibilidad de sacar del mercado a más de un rival.
En esta ocasión, ya se está hablando de que los chipsets ATI-Microsoft serían los únicos en soportar 100% las especificaciones de Windows Vista, y que la próxima generación de VGA sería la única en soportar el próximo DirectX 10.
