La higiene y la computación no siempre van de la mano. Monitores llenos de polvo, gabinetes con pelusas entretejidas y mouses con sebo son pan de cada día en nuestros escritorios.
Para nadie es un misterio que la ADS te pueda requisar el PC por fraudulento, pero hay casos en que más que ADS puedes enfrentarte al SESMA y la CONAMA.
¿Qué no conoces el jabón?
No todo el mundo conoce el jabón, pero por nuestra pega de reporteros tech al menos sabemos que queda en algún punto incierto del Asia Pacífico.
Lo cierto es que casos más casos menos, todos tenemos una cantidad de mugre harto indecente en torno a nuestros tarros. Incluso aquellos que se ufanan de tener un gabinete bonito sin manchas, no resistirían la prueba de la blancura si abrimos el tarro y revisamos la acumulación de pelusas, insectos y por ahí algún vertebrado sin identificar.
En lo personal, el teclado en donde redacto la mayoría de mis aportes se ha convertido en una tabla de naturaleza oblonga en donde sólo yo soy capaz de ubicar las teclas, porque la grasa y manchas de alimentos de toda índole ya no permiten leer sobre ellas. Creo que a esta altura las reconozco por posición y forma, pero más que nada por instinto y buena memoria.
Todos tenemos acécdotas relacionadas con este tema y, al fin y al cabo, no hay una sanción moral para los cochinos del PC. Todos consideramos que usar un tarro inmundo es simpático y denota que eres tan genial que puedes usar un PC al que hasta las moscas de hacen el quite.
Los peores alimentos para comer en el PC
Nuestros amigos de ZDNet han elaborado un levantamiento de riesgos y vulnerabilidades (aaargh, malditas normas ambientales!) que pueden representar distintos tipos de comida.
Mal que mal, aunque seas un tipo limpio y prolijo, algún día te pedirán algo tan urgente que estarás obligado a almorzar con una mano mientras con la otra tipeas y clickeas a velocidad warp.
Lo peor según ZDNet
Entre los candidatos a las peores comidas para ingerir sobre el teclado, ZDNet propone lo siguiente:
Lo peor según CHW
Como los gringos tienen sus propios alimentos que nosotros malamente copiamos para ser cosmopolitas, hemos creído necesario identificar una serie de engaños y tentempiés que para un gringo parecerían sacados de las pesadillas de un loco, mientras que aquí son parte del picnic urbano de cada día.
Así las cosas y como los cubiertos son un invento moderno, el oficinista que no repara en formalismos podría chantarle un bello mordisco al mejor lomo palta, produciendo un efecto turboreactor que terminase en un bollo de palta depositado sobre el teclado, el cual debe ser removido primero con los dedos, luego con la lengua, para posteriormente retirar las teclas y tratar con quix o algún otro solvente, detergente o lavalozas. Este procedimiento en general termina con la compra de otro teclado.
El problema es que entre tanto repositorio, supositorio, chupones y untamientos, es inevitable que parte de la vinagreta caiga sobre el teclado y que de buenas a primeras la disposición de las teclas termine auxiliando temporalmente para sostener en posición vertical algunos de los pétalos de la alcachofa, con lo cual todo estará perdido.
Ni hablar del momento en que se retira el poto de la alcachofa en que hay que encontrar qué hacer con esos pelos que parecen espinas, para lo cual el espacio junto al teclado numérico se ofrece como un albergue cómodo y seguro.
En conclusión, querido lector, si para el geek gringo hay una serie de peligros que acechan a la hora de disfritarlos junto a un periférico tan común como el teclado, tales peligros se ven redoblados a la hora de adaptarlos a los embelecos propios del panorama culinario chileno.
Salud y felices fiestas.
fuente:
ZD Net