The Line, el ambicioso proyecto de una ciudad lineal de 170 kilómetros en Arabia Saudita, ha generado sorpresa e interés a nivel mundial. Se trata de una iniciativa distópica, pero a la vez futurista, que buscaba albergar a 1,5 millones de personas en un entorno urbano completamente nuevo y tecnológicamente avanzado.
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Sin embargo, recientes reportes de Bloomberg apuntan a un posible enfriamiento de las expectativas por parte de los inversores. Las fuentes consultadas por el medio estadounidense indican que la población objetivo para 2030 se ha reducido de 1,5 millones a apenas 300.000 personas.
De 170 a 2,7 kilómetros
En cuanto a la construcción, se esperaba que para 2030 se hubieran completado 170 kilómetros del proyecto, pero las nuevas estimaciones apuntan a solo 2,7 kilómetros. Esto ha llevado al principal contratista de la obra a prescindir de una parte importante de sus trabajadores.
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Las razones detrás de este recorte de expectativas podrían estar relacionadas con el mal rendimiento financiero del Fondo Soberano de Arabia Saudí en los últimos meses. Su cotización ha caído cerca de un 75%, lo que podría afectar la financiación de The Line y de otros proyectos faraónicos de NEOM, como Siranna, Aquellum, Epicon y Mukaabo.
Hasta el momento, el único proyecto de NEOM que se ha concretado es Helios, un parque energético para la fabricación de hidrógeno verde. Este proyecto ha supuesto una inversión de 8.000 millones de dólares y permite a Arabia Saudita mantener su posición como proveedor de energía, a la vez que diversifica su economía y reduce su dependencia del petróleo.
El futuro de The Line y de otros proyectos de NEOM es incierto
El recorte en las inversiones y la ralentización de la construcción son señales preocupantes. Habrá que esperar para ver si el proyecto se recupera o si se convierte en un nuevo caso de megalomanía faraónica frustrada.
En un contexto de creciente interés por la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, proyectos como The Line generan controversia. Sus dimensiones descomunales, su elevado costo y su impacto ambiental son aspectos que no pueden ser ignorados.
El debate está abierto. La decisión final sobre el futuro de The Line y de otros proyectos similares estará en manos de las autoridades de Arabia Saudita y de los inversores que los financian.