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Trabajadores fantasma que alimentan la Inteligencia Artificial: centenares de venezolanos y bajos sueldos

Medios internacionales reportan que gigantes tecnológicos acuden a trabajadores de países en crisis para el entrenamiento de su Inteligencia Artificial.

Sudamérica Inteligencia Artificial. Composición Alberto Sandoval
Sudamérica Inteligencia Artificial. Composición Alberto Sandoval

Diferentes medios internacionales hacen un reporte en el que se informa que gigantes tecnológicos están contratando recursos humanos de bajo costo para el entrenamiento de sus mecanismos de aprendizaje automático, a través de empresas tercerizadas. Una nota de El País reseña que cientos de venezolanos se han convertido en los trabajadores invisibles que alimentan la Inteligencia Artificial.

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El medio citado destaca el testimonio de Oskarina Fuentes, una trabajadora que ejerce labores para una aplicación llamada Appen, desde hace siete años. Informan que su rol es etiquetar datos para que el rendimiento de los bots de Internet mejoren.

Busca información de empresas, personas y selecciona las mejores respuestas en los criterios de búsqueda para que la Inteligencia Artificial mejore sus mecanismos, en el uso diario de los usuarios.

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Appen es una plataforma virtual australiana. La empresa compila datos para reconocidas empresas de tecnología como Google, Amazon y Microsoft.

Este servicio australiano ofrece diferentes tipos de tareas a los trabajadores remotos como el de etiquetadores o anotadores de datos, que ayudan a las IA en cuestiones que van desde mejorar ”las búsquedas en la red hasta permitir el funcionamiento de algoritmos más complejos como los de un coche autónomo”, informa El País.

Todo, por supuesto, a cambio de un sueldo mínimo, que no compensa lo que devenga un empleado de uno de estos gigantes tecnológicos. Si encuentran tareas que hacer, los que desarrollan estas labores podrían obtener entre 200 y 300 dólares. Pero a veces no alcanzan siquiera los 10 dólares semanales.

No obstante, para lograrlo en ocasiones es necesario estar pegado a la computadora durante las 24 horas para no dejar pasar una tarea, ya que suele ocurrir que el momento en el que se libera una labor, no coincide con el huso del horario laboral de Venezuela.

El testimonio de Oskarina, residente de Colombia, se junta con el de cientos de compatriotas que se quedaron en Venezuela, y debido a la crisis del territorio llanero, ven esta oportunidad como una de las pocas opciones para generar ingresos.

“Con muchísimo esfuerzo, logro juntar unos 200 dólares al mes”, dice otra trabajadora que prefirió no identificarse, por miedo a perder su trabajo. Esta otra “empleada” vive en Cabimas, una ciudad en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo (occidente de Venezuela).

Su reto es mayor, debido a que debe luchar contra las adversidades del país: servicio inestable de electricidad, Internet y altas temperaturas. La trabajadora que no se identificó le dijo a El País que además de hacer tareas para Appen, también labora en otras webs como Toloka, Hive Micro, Testable Minds y Paidera.

“Lo que gano apenas me alcanza para la comida. El trabajo es esclavizante y mal pagado”, dice la venezolana. Y debido al tema de las tareas en cualquier horario, explica que tiene la computadora “encendida las 24 horas”, situación que le provocado “problemas de sueño”.

La primera trabajadora citada, Oskarina, dice que no se siente esclava de la app o de la Inteligencia Artificial. Apunta que este fenómeno se genera por la situación política y económica, no solo de su país, sino de la inestabilidad que se vive en el continente. “Somos esclavos del sistema de Latinoamérica”, puntualizó.

Al igual que los cientos de venezolanos que trabajan bajo esta modalidad, no buscan que los puestos sean eliminados, sino mayor reconocimiento económico ya que ejercen una labor importante en un sistema que se acentúa cada día con mayor fuerza en el mundo: la Inteligencia Artificial.

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