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Engañar al cerebro: Cómo consigue la realidad virtual provocar el vértigo o palpemos objetos

Lo más cercano a un “fantasma virtual”.

Realidad Virtual
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Las tecnologías de realidad virtual continúan evolucionando, ofreciendo experiencias cada vez más inmersivas y realistas.

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Sin embargo, la inmersión completa no siempre depende de gráficos hiperrealistas. Incluso vídeos virales han demostrado cómo la realidad virtual puede engañar nuestros sentidos, llevando a algunas personas a perder el equilibrio o experimentar sensaciones de mareo.

Los científicos están interesados en comprender por qué sucede esto y cómo la realidad virtual puede engañar tan efectivamente a nuestro cerebro.

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Esta comprensión no solo es crucial para mejorar los dispositivos y el contenido de realidad virtual, sino también para profundizar en nuestra comprensión del cerebro humano y cómo percibe el mundo que nos rodea.

Uno de los aspectos clave de la realidad virtual es su capacidad para engañar a nuestros sentidos, especialmente a través de la vista. Los dispositivos de realidad virtual ofrecen una sensación de tridimensionalidad y un seguimiento preciso de los movimientos, lo que contribuye a una experiencia inmersiva.

Además del aspecto visual, el sonido también desempeña un papel importante. El sonido envolvente, como el sonido 6D, puede generar la ilusión de que el sonido proviene de cualquier dirección, aumentando aún más la sensación de realismo.

Incluso nuestro sentido del tacto se ve involucrado. Pequeñas vibraciones en los mandos pueden convencer a nuestro cerebro de que estamos tocando algo en el mundo virtual.

Un estudio reciente destacó la complejidad de esta interacción entre la realidad virtual y nuestro cerebro. Los participantes experimentaron una “ilusión de tacto fantasma”, donde sintieron sensaciones táctiles al manipular objetos en realidad virtual, incluso cuando no había contacto físico real.

Sin embargo, la experiencia de realidad virtual no es perfecta. Nuestro cerebro también depende de señales sensoriales, como las del oído interno, para mantener el equilibrio. Cuando estas señales entran en conflicto con la información proporcionada por la realidad virtual, pueden surgir sensaciones de mareo o desequilibrio.

Comprender mejor cómo interactúa la realidad virtual con nuestro cerebro podría conducir a mejoras en la tecnología y a nuevas aplicaciones, incluso en el ámbito de la salud y el bienestar.

Las experiencias inmersivas virtuales podrían ayudarnos a comprender cómo diferentes contextos afectan nuestro bienestar sin exponernos a situaciones reales.

A medida que las tecnologías de realidad virtual continúan avanzando, representan una oportunidad para explorar y comprender mejor la complejidad de nuestra mente y nuestros sentidos.

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