Un hombre llegó al aeropuerto de Haneda, en Tokio, Japón, en julio de 1954. Entregó su pasaporte a las autoridades para ingresar, pero todos se extrañaron al ver el lugar de origen del documento. Decía Taured.
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Este no era ningún país conocido, ni siquiera alguna región. Sin embargo, el pasaporte estaba sellado varias veces, aprobado en otras naciones.
La persona era caucásica, con barba, vestido de traje. Hablaba japonés fluidamente, de acuerdo con los testigos.
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Pero, ¿de Taured? ¿Qué era Taured? ¿Y quién era este misterioso hombre?
Quedó retenido, a la espera de más averiguaciones.
El misterioso hombre de Taured
Cuando las autoridades aeroportuarias de Haneda confrontaron al hombre, preguntándole sobre dónde quedaba su país, apuntó al mapa y señaló a Andorra, entre Francia y España. Además, decía que Taured existió por más de mil años y tenía una historia rica y brillante.
Pero nadie le creyó.
La persona contaba con dinero de varios países europeos, y había visitado Tokio varias veces. Dijo que trabajaba en una empresa nipona y que tenía una reserva de hotel. Pero estos dos últimos detalles no fueron confirmados cuando se les consultó tanto a la compañía como al hotel.
El hombre de Taured fue llevado a un hotel, con dos policías en la puerta. Era un piso alto, no había mucho qué temer mientras se seguía investigando sobre esta persona.
Sin embargo, ocurrió algo extrañísimo: cuando los policías, después de tocar varias veces, ingresaron en la habitación… no había nadie allí. ¿Huyó la persona, pese a estar en un piso alto?
¿O viajó en el tiempo?
El suceso se prestó para las elucubraciones, y hubo quién dijo que el misterioso hombre de Taured venía de otro universo donde sí existía su país. Algo ocurrió para que terminara en el nuestro, desorientado.
La estafa de John Allen Zegrus
Quizás todo era una simple estafa. El portal Snopes recuerda que las autoridades acusaron, años después, a un tal John Allen Zegrus de crear toda esta ficción.
Zegrus fue arrestado en Tokio en 1960 por intentar cobrar cheques falsos, luego de haber entrado al país con documentos forjados.
En ese momento se describió como “un agente de inteligencia del coronel egipcio Nasser y un etíope naturalizado”.
Volvía a la palestra el pasaporte de Taured: según Zegrus, el país existía, pero era un estado independiente de cerca de 2 millones de habitantes, ubicado al sur del Sahara.
Aquí se conocieron más detalles sobre el tema: un informe publicado por el diario The Province, de Vancouver, señaló que John Allen Zegrus había inventado una nación, una capital, un pueblo y una lengua.
Claro, y un pasaporte para ese país.
Pudo viajar por varias naciones sin inconveniente (total, nadie estaba verdaderamente preocupado de la existencia de Taured), hasta que llegó a Japón.
Finalmente, cuando se le sentenció por el forjamiento de documentos, ya había cumplido la pena durante todo el tiempo de retención. Dejó Japón y su nombre se perdió con el paso de los años.