La gran apuesta de Christopher Nolan ya está en los cines del mundo. La cinta que narra la vida del “Padre de la Bomba Atómica”, Robert Oppenheimer, recolecta los mejores elementos de cintas pasadas del director estadounidense, además de un elenco de primera que te tendrá pegado a tu asiento.
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Cilian Murphy destaca en su primer protagónico de la mano de Nolan, el irlandés tiene la enorme capacidad de narrar su desesperación, carga moral e inteligencia con el simple movimiento de sus ojos y retratar una mirada penetrante en cada aseveración de cara a la fabricación de un arma que cambió el curso de la historia humana.
A diferencia de otras películas, esta ya tiene una historia que prácticamente no es ningún spoiler. La gran mayoría sabe que pasó con la bomba atómica pero verlo retratado en la pantalla grande es un placer que te hará nutrirte de ciencia y pasión.
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Es que el amor, los valores, la ficción y la física son elementos que se entrelazan con cada toma. A la gran propuesta de Murphy se une un arrollador trabajo de Robert Downey Jr., Florence Pugh, Emily Blunt, Matt Damon, Rami Malek, entre otros.
A medida que avanza la cinta podrás tener sentimientos encontrados sobre la moral humana y te quedarás con una interrogante: es capaz poner por encima la conciencia a tus sueños y aspiraciones.
El visualizar este trabajo cinematográfico en una sala IMAX es un lujo que debes vivir. El sonido te enganchará, la imagen no te querrá hacer pestañar y, los silencios, te harán sostener la respiración ante una inevitable explosión de emociones.
Una historia del pasado que refleja una preocupación actual
La película es capaz de generarte una imperante reflexión sobre el destino de la humanidad y lo vulnerables que nos encontramos ante la decisión inhumana de un grupo de personas. Cuestiona cómo el intelecto y la prosperidad en común puede verse doblegadas por los intereses ajenos y egocéntricos de ciertos autores.
La combinación de acción explosiva y comercial que se nos presentó en Batman, el manejo del sentimiento humano señalado en Interestelar, el final abierto en El Origen y los planteamientos estructurales en Tenet se resumen en Oppenheimer.
Al salir de la sala de cine no aceptarás el hecho que se creó una bomba con el fin de exterminarnos, sabrás lo afortunado que ahora somos al sobrevivir a una casi nula posibilidad de exterminio mundial y comprenderás como el genocidio, más que nunca, es una realidad.
Nolan cumple su objetivo: no exalta a Oppenheimer, más bien a través de la narración de su vida te invita a cuestionar la realidad que atraviesa el humano. Magnífica y satisfactoria, la película es un placer para los amantes del séptimo arte.