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La serie de fenómenos inusuales que azota la Antártica

El pasado 6 de febrero se rompió el récord histórico de temperatura en la zona este de la península antártica. No se descarta que produzca hidrofracturas en el hielo, debido a grandes posas de agua. En la zona de las bases chilenas, los termómetros marcaron más de un grado por sobre lo habitual. 

Referencial. Getty

Nubes gigantes provenientes de los incendios de Australia, récords de temperatura máxima y colosales desprendimientos de icebergs. La Antártica ha tenido este verano una triste racha de episodios inusuales y mediáticos, donde el deshielo y los peligros a la diversidad biológica quedan de nuevo expuestos a un escenario cada vez más volátil. Pero, ¿cada año será peor que el anterior?

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El pasado 6 de febrero, los termómetros en la Base Esperanza, centro argentino ubicado en el extremo noreste de la península, registraron una temperatura de 18,3 grados centígrados, alzándose como el nuevo récord del Continente Blanco. El anterior era de 17,5º, registrados en marzo del 2015.

Bastante trabajo tienen los científicos. Raúl Cordero, investigador del equipo Antártica de la Usach, explica que los récords de temperatura se rompen en la parte este de la península. ¿La razón? los «vientos foehn».  «Son rachas que atraviesan el cordón montañoso de la península. El viento es húmedo y nuboso, pero cuando sube se seca y, al cruzar al lado este, baja, se comprime y calienta».

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Cordero indica que este fenómeno es normal en la zona, pero el hecho de que esté ocurriendo con mayor frecuencia y que los récords de temperatura se rompan en tan pocos años, indicaría que el cambio climático es el detonante.

Hidrofracturas

Pero los récords de temperatura no son sólo anecdóticos: luego del 6 de febrero, la zona norte de la península apareció con enormes pozas de agua que se apreciaron por satélite. Eso se conoce como «meltponds», y son un problema porque al ser más oscuras que el hielo, atraen más radiación, calientan el agua y ésta se infiltra en el hielo. Al tiempo, esas gritas podrían terminar en ‘hidrofracturas’ capaces de hacer colapsar grandes plataformas de hielo.

Sin ir más lejos, la aparición de meltponds fue la causa de la fractura en la plataforma LarsenB en 2002, que en un mes perdió más de 3.200 kilómetros cuadrados de hielo, según cuenta Ricardo Jaña, glaciólogo del Instituto Antártico Chileno. «Estas lagunas supraglaciares contribuyeron a la destrucción rápida, debido a que la gran cantidad de agua penetró en las grietas superficiales y facilitó la fractura y posterior desmembramiento».

Por su parte, y si bien la reciente rotura del iceberg en Pine Island, con más de 300 kilómetros, parece impresionante, se enmarca en una serie de fracturas que viene sufriendo la misma zona antártica al orden de un episodio cada año y medio.

¿Qué ocurre en el territorio antártico chileno? En la Base Escudero, según cuenta Cordero, han tenido un verano «un tanto más cálido de lo normal». Los termómetros han marcado cerca de 1,5º más que el promedio de la última década, con varios días donde la temperatura alcanzó los 7º, siendo que lo normal son 3º o 4º celsius.

Además, con instrumentos de medición atmosférica, el equipo de Cordero logró constatar sobre el continente la nube de humo proveniente de los incendios en Australia. «Fueron tan grandes las concentraciones que fueron detectables. Esa es la mala noticia. Lo interesante es que la nube llegó a alturas insospechadas, arriba de los 10, e incluso a 25 kilómetros», dice el académico del Departamento de Física de la Usach.

Si bien las consecuencias del fenómeno «aún están en evaluación», el científico destaca que parte del hollín de la nube -conocido como blackcarbon- se depositará sobre la nieve. El material, al ser oscuro, absorberá radiación solar y favorecerá el derretimiento del hielo.

Hielo antártico

El mes pasado, se registraron más anomalías en la extensión del hielo marino. Comparando la extensión histórica del mar congelado al rededor de la Antártica, enero marcó un retroceso del 10% de la extensión, que lo convierte en el décimo peor registro para dicho mes. 

Jaña explica que «durante el invierno las bajas temperaturas de la atmósfera hacen que el agua de mar -salada- se congele a los -1.8°C. Si el invierno es crudo y no hay ingreso de masas de aire cálido ni influencia de océanos más cálidos, el hielo marino crecerá normalmente y se extenderá a valores que en promedio corresponden a unos 14 a 20 millones de km2. El caso es que a partir del año 2015 hemos tenido una tendencia a la baja», dice el experto.

 

 

 

 

 

 

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