Telecomunicaciones

¿Los chilenos podrán tener 5G comercialmente antes que el resto de los países? [FW OPINIÓN]

“Ningún operador chileno podría acceder a la convocatoria anunciada por el regulador. Ninguno, ni siquiera Wom”.

*Por Rodrigo Ramírez Pino

Las expectativas creadas desde el Mobile World Congress #MWC en Barcelona sobre 5G son altas. A diferencia de la tecnología precedente, se trata de la transición del tradicional mundo de las telecomunicaciones hacia una nueva generación de ecosistema digital de distintas tecnologías, con infraestructuras convergentes, servicios diversos de alto valor agregado que junto con nuevas interfaces harán posible promesas de menor latencia, robustez de red y mayor eficiencia en uso de espectro radioeléctrico.

Aprovechando este contexto, donde por tradición se ocupa esta tribuna para dar algún anuncio del sector, la autoridad informó que Chile tendrá comercialmente 5G en dos años. Para ello, este año licitará 60MHz, entre la banda 700MHz y la 3.5GHz, para la construcción de dicha red.

 

Este anuncio hay que felicitarlo, apoyarlo y concretarlo. Eso sí, hay que leerlo con cierta rigurosidad para no crear una sobre expectativa, una promesa que no se pueda cumplir o generar una sospecha se pasar algo por 5G no siéndolo, pues la gente puede estar pensando que en unos meses más podrá ocupar su actual teléfono móvil y poder sumergirse en tiempo real, desde su trayecto en bus desde Licantén a Curicó, mediante realidad aumentada a un partido en el Camp Nou en calidad 4K, consumiendo sólo el 1% de su plan de datos.

Caps, todos los operadores móviles están topados.

Para sostener un anuncio de esta magnitud, primero que todo, hay que despejar previamente los termas regulatorios y judiciales aún abiertos, especialmente el que tiene que ver con los topes de espectro o Caps. Además del cumplimiento de la sentencia de la Corte Suprema por el concurso de la banda 700MHz; congelamiento y descongelamiento parcial de la banda 3.5GHz; se devuelve o no espectro; resolver las consultas pendientes ante el TDLC sobre la consulta del Plan de Uso de Espectro y responder la solicitud técnica del Tribunal Constitucional.

En Chile, la banda 3.5GHz está asignada para servicio fijo inalámbrico, no para servicio móvil de banda ancha. Hay cinco operadores con asignación de espectro en esta banda: Entel, Claro, Movistar, VTR y GTD. En la banda 700MHz, que está asignada para servicios móviles, hay tres operadores: Entel, Claro y Movistar.

En la banda 3.5GHz, dependiendo la zona del país y si es contiguo o no, puede disponibilizarse unos cuantos bloques. En la banda 700MHz se puede disponibilizar los 20MHz que estaban reservados para la red de emergencia, pero no habiendo aún una definición al respecto ni un plan para su despliegue y financiamiento, lo probable es que se concurse comercialmente para mejorar el despliegue de la actual red 4G.

Dado este escenario, y manteniendo los actuales topes de espectro, incluso cambiando atribución de uso, despeje, reordemaniento, refarming de cualquier banda, ningún operador chileno podría acceder a la convocatoria anunciada por el regulador. Ninguno, ni siquiera Wom. En el actual escenario no se podría asegurar que el mensaje sea viable, incluso teniendo bajo la manga la entrada de un nuevo operador de infraestructura o de servicio de telecomunicaciones.

El entusiasmo va necesariamente por resolver los Caps. Es la oportunidad para que la autoridad regulatoria pueda decidir que hoy no se justifican los topes máximos de espectro o por el contrario que son necesarios por el riesgo de concentración y acumulación del mismo. También puede optar por un tercer camino y afirmar a priori que los límites de espectro se revisarán cada cuatro años, dada la rápida evolución de la demanda, tecnologías y servicios. En cualquier caso es el momento que la autoridad recupere el dominio de un ámbito que es de su competencia.

Licitar el remanente de la banda 3.5GHz y los 20MHz de la banda 700 MHz no es sinónimo que en Chile habrá 5G comercial disponible para todos los chilenos. Lo prudente es subrayar que se concursará más espectro radioeléctrico. Lo que ya es una buena noticia.

Recordemos que 5G no es una banda, sino que es un ecosistema con ciertas condiciones híbridas. La banda 700 MHz no está en este ecosistema (en Chile no, en otros países como Inglaterra sí), y las cualidades del servicio fijo inalámbrico del 3.5GHz están más cerca a un servicio 4G al hogar ‘enchulado’, pero muy distante a lo que hemos visto sobre lo qué se trata 5G como servicio móvil de banda ancha.

La mayoría de los pilotos mostrados esta semana en Barcelona (vehículos autónomos, operaciones médicas a distancia, conciertos de música simultáneos, realidad inmersiva) están siendo desarrollados sobre un rango de bandas de la 24GHz a la banda 28GHz, por ser banda ancha más rápida, fácil de introducir a un mismo dispositivo, más fácil traspasar paredes y mayor rendimiento en su proximidad. Chile tiene estas bandas limpias, listas para ser concursadas.

Enfrentar la evolución del espectro requiere introducir más espectro en el mercado y construir una visión de futuro; actualización de la política de infraestructura, inversión y despliegue, tanto del mundo fijo [fibra óptica última milla] y móvil; y modernizar las regulaciones obsoletas.

Despliegue de infraestructura

La necesidad por infraestructura de telecomunicaciones es constante. Como condición habilitante para soportar la digitalización y despliegue de una red 4G que aún necesita crecer y de una futura red 5G, debe haber un sostenido despliegue de fibra óptica, ya no sólo de troncales sino con toda la capilaridad necesaria. La industria móvil necesita sí o sí de la infraestructura de fibra óptica para las radiobases y las small cells.

Hoy los grandes proyectos de inversión son los se aseguran contar con infraestructura digital fija en sus territorios. A su vez ambos mundos (fijo/móvil) requieren de la industria de la energía para soportar sus servicios y las tres industrias requieren de políticas públicas y regulaciones que les facilite el despliegue de infraestructura.

El despliegue de infraestructura es vital para lo que viene. En la banda 700MHz se necesita 1 radiobase para 12Km; en la banda 2.6Ghz se necesitan 16 radiobases para 3km. Mientras que sobre 3.0Ghz requieres instalar una red de small cells distribuidas por las ciudades cada 100 metros, ya que estas ondas tienen poca penetración y alcance (corta longitud de onda), parte de esa localización será en bienes e infraestructura pública.

Esta discusión sobre el modelo de despliegue de infraestructura debe darse junto a todo el entorno de actores que convivirán en este ecosistema. Partiendo con los gobiernos locales. No hay posibilidad de avanzar y cumplir con una red 5G en dos años con el actual modelo. Sencillamente no es posible. La promesa de contar con millones de aparatos conectados, de sensorización, de la gestión del tránsito y del transporte en el actual escenario no es posible. Cada vez es más complejo tender una red de fibra óptica y aún más instalar sistemas radiantes. Partiendo por la forma, tiempo, permisos y hasta su ubicación y prestación de servicios. Actualmente en el parlamento existen siete proyectos de ley que fijan su atención en el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones. Desde someter a evaluación de impacto ambiental la instalación de antenas y transmisoras de servicios de telecomunicaciones, hasta suspender la instalación de todo sistema de telecomunicaciones en zonas urbanas. Aquí se requiere fijar un nuevo modelo despliegue de infraestructura conveniente para el país, su gente, las industrias y para quienes desarrollan y hacen las inversiones.

Construir la red 5G, dada la densidad que implica su despliegue, por la inversión involucrada que supera en 5 veces la inversión anual del sector, y por el retorno esperado, se requiere tener claridad en los modelos de negocios, que en su mayoría serán apalancados por patners dispuestos a realizar inversiones que hagan atractivo nuevamente al sector.

Se espera que concurran las industrias del ocio, robótica, entretenimiento, deporte, automóviles, comida rápida, seguridad, atenciones médicas, big data. No hay un modelo de negocio visto hasta hoy que se sustente por el intercambio de llamadas y de datos entre usuarios. Todo hoy en modo de prototipos y pilotos. Además este despliegue de red será en zonas altamente pobladas y atractivas comercialmente. Las zonas rurales están hoy fuera del modelo de negocio. Hay un riesgo que el 5G los excluya aún más. Por lo que no hay que renunciar a continuar con el avance de la red 4G, más aún que en Chile aún hay zonas que sólo tienen servicios 2G y 3G.

Aspirar a contar con una red 5G dependerá, primero que todo, por resolver los topes de espectro, disponibilizar un ecosistema de bandas; que sobre esas bandas se presenten servicios de alto valor agregado; que sea viable y atractivo el despliegue de infraestructura de fibra óptica, antenas/radiobases y tener un mercado competitivo que permita la actualización tecnológica de redes y de los dispositivos de acceso.

Este es un desafío que es posible alcanzar, entre el Estado, el sector privado, la academia y con todo el nuevo ecosistema que se brotará a partir de esta nueva generación tecnológica. Lo cierto es que Chile y Latinoamérica no pueden mirar desde la vereda…así que adelante!

*Rodrigo Ramírez Pino es ex subsecretario de Telecomunicaciones

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